En el marco del coloquio “Venezuela ¿Democrática? Análisis y Proyecciones de la Crisis”, que se llevó a cabo en la Sede Bellavista de la Universidad San Sebastián, el exsecretario de la Organización de Estados Americanos (OEA) José Miguel Insulza se refirió a la crisis que afecta al país caribeño.
El actual candidato a senador por la Región de Arica y Parinacota, empezó su discurso citando a la Carta Democrática Interamericana -firmada en 2001 por los países miembros de la OEA- declarando que “si los países son evaluados como democráticos o no, es según lo más cerca que estén de la Carta”.
En el mes de septiembre se cumplirán cinco meses de protestas en Venezuela con un saldo de más de 150 personas fallecidas, una crisis económica sin precedentes y un desabastecimiento de productos básicos a gran escala.
La “migración política” en Venezuela es una realidad latente. Las cifras de los venezolanos que abandonan su país se han disparado. Sólo en junio de este año, un estudio del Banco Mundial, a través de su iniciativa Knomad, establecía en 655.400 los venezolanos que se despidieron de su país. Muy posiblemente esa cifra actualmente puede estar cerca del millón de personas.
Bajo este mismo prisma otra de las expositoras del coloquio, María Laura Liscano, Presidenta de Amigos de Venezuela, declaró que “el gobierno chavista-madurista es una dictadura que estuvo disfrazada durante años y que hoy decidió mostrarse al mundo tal cual es“.
“El cuestionamiento de que si Venezuela es democrática (tema central del coloquio) o no, la verdad es que hace años que no lo es. En Venezuela no sólo existen presos políticos desde el 2014 (tomando como referencia el arresto de Leopoldo López) sino que existen desde el 2002 y 2004″, indicó Liscano.
LA AC
Durante su intervención en la actividad, Insulza hizo un recorrido por la historia reciente venezolana abarcando desde el ascenso al poder de Hugo Chávez hasta la actual crisis venezolana, señalando que “antes del actual gobierno, situaciones como los cierres de los canales de televisión podían suceder, pero esporádicamente”, señaló el exsecretario de la OEA.
“Lo que claramente rompe la discusión sobre el tema (la democracia en Venezuela) es la creación de una Asamblea Constituyente, la que además pretende atribuirse poderes legislativos. El llamar a una Asamblea Constituyente significa que se devuelve al pueblo soberano el derecho a transformar todos los órganos del estado”, indicó Insulza.
“Esta Asamblea Contituyente, al igual que la primera, se atribuye poderes legislativos. A mi juicio esas atribuciones rompen con el régimen democrático”, señaló el candidato a senador.
En junio de este año, en el marco de la 47° Asamblea General de la OEA, muchos analistas y expertos hacían presagiar una condena sin precedentes para Venezuela, pero finalmente no se obtuvieron los 23 votos necesarios. De este modo, el país caribeño se anotó una “victoria diplomática” gracias al apoyo de países del Caribe y a la aun latente “diplomacia petrolera”.
La Nación le consultó a José Miguel Insulza sus impresiones sobre este “fracaso” de la Asamblea que el mismo dirigió y al peso de la “diplomacia petrolera” de Venezuela en ciertos países de Centro América y El Caribe.
“La fuerza de una diplomacia petrolera depende del precio del petróleo. Los países del Caribe podrían pagar el precio del barril a $40 dolares, pero no a $100. Es importante mencionar los mecanismos, el gran mecanismo de Venezuela es vender el petróleo a precio de mercado. Lo que sucede es que una determinada parte de ese dinero entra como pago del producto y otra parte entra a un fondo especial para presentar proyectos.
“Todos los días vemos en los medios declaraciones cruzadas entre el gobierno de Estados Unidos y el de Venezuela. Y esto es algo que nadie dice pero que tiene que ver con la moderación que tienen los países en momentos determinados: si Venezuela no le vende petróleo a Estados Unidos probablemente no se lo podría vender a nadie. Y si Estados Unidos no compra ese petróleo, se podría desabastecer la mitad de la parte este del país y cerrar un montón de gasolineras, situación que aun no ha pasado”. (La Nación)