Que la innovación es el trampolín para que el país deje de depender de las materias primas no es anda nuevo, tal como la necesidad de mayor inversión en Investigación y Desarrollo (I+D).
Haciéndose cargo de ello, en el plano estatal se activó el plan de Innovación 2014-2018, que se ha buscado democratizar las rutinas de innovación en pequeñas y medianas empresas e incrementar la producción de nuevo conocimiento en todas las empresas con especial énfasis en la colaboración con universidades y centros de investigación, para lo cual se ha incrementado el financiamiento público a la I+D aplicada.
Pese a ello, Chile sigue muy por debajo de la recomendación internacional y del promedio OCDE. Así se desprende de la VII Encuesta Nacional sobre Gasto y Personal en I+D, correspondiente a 2016 y que se aplica en cuatro sectores: Empresa, Estado, Educación Superior, e Instituciones Privadas sin Fines de Lucro.
Según el informe elaborado por el Ministerio de Economía, el gasto en I+D del año 2016 llegó a $ 613.475 millones, lo que equivale a un 0,37% del PIB. Con este resultado, Chile se ubica en el último lugar de los países de la OCDE, donde el gasto promedia el 2,38% del producto. El registro del país es 11 veces menor al de Israel, el líder con un 4,25%.
En el detalle, comentan desde el ministerio, el gasto total tuvo un descenso real de 3,27 % respecto a la encuesta anterior, el cual se explica, principalmente, por el cambio metodológico recomendado por la OCDE para la contabilización del gasto en I+D en Observatorios.
“La entidad sugiere que ya no se considere el gasto del 100% que ellos realizan en I+D, sino que sólo el 10% que corresponde al tiempo de observación que los telescopios tienen reservado a proyectos chilenos. En efecto, si se excluyen los observatorios -para aislar el efecto del cambio metodológico- el gasto en I+D aumentó un 8% en términos reales”, afirman.
FINANCIAMIENTO Y EJECUCIÓN
En cuanto a las fuentes de financiamiento, el documento señala que el Estado sigue siendo el principal aportante, ya que financió 46,4% del gasto total, lo que representa un aumento de 5,43 %, en relación a la medición anterior. Algo que “es consistente con el comportamiento de países en desarrollo donde, en las primeras etapas del establecimiento de economías del conocimiento, el financiamiento público es el impulsor de la inversión en I+D”, detalla el documento.
Las empresas en tanto, financiaron el 35,8 % del gasto total, con un incremento de un 5,78%. En esta línea, el número total de empresas que ejecuta gasto en I+D aumenta en un 15,9 % en todas las formas de ejecución (intramuros o mixta).
En términos de ejecución, el documento evidencia que en 2016 el sector de educación superior lideró este ítem con un total de $ 256.688 millones, correspondiente al 42% del total; lo que a su vez implica un 5,04% más que el catastro anterior. El segundo sector que ejecutó mayores gastos en I+D, muy cerca de las universidades, fueron las empresas. Este llegó a $ 236.243 millones, esto es un incremento de 8,6% frente a 2015.
INVESTIGADORES
La encuesta también contempla la medición de profesionales dedicados a actividades de I+D en Chile, medido en jornadas completas. En este ítem, se aprecia un aumento de 8,9 % versus 2015. Aquí, los investigadores, técnicos y personal de apoyo aumentaron en 10% y 5,5% respectivamente. A esto se suma que el 33 % de los investigadores presentes en Chile son mujeres, cifra superior al promedio de países líderes en I+D como Alemania, Corea del Sur y Japón.
Pese a lo positivo en el índice de mujeres investigadoras, el país vuelve a caer al final de la lista al realizar una comparación entre el número de investigadores cada mil trabajadores. De acuerdo a la medición, Chile sólo alcanza 1,09, lejos del país más cercano, Turquía, con 3,21 y muy por debajo del promedio que alcanza los 7,75 cada mil investigadores.
HITOS DEL ESTUDIO
El Estado financió 46,4% del gasto total en I+D.
El número total de empresas que ejecuta gasto en I+D aumentó en 15,9%.
El personal total dedicado a actividades de investigación y desarrollo en Chile aumentó en 8,9% respecto a 2015. (DF)