El 2023 no fue un buen año para la inversión pública, con una tasa de avance de la ley aprobada a diciembre de 82,2% y una caída de 2,4%. Por lo mismo, este año el gobierno generó una modificación para acelerar el ritmo de esta variable clave para el impulso de la actividad económica.
A principios de año, se instruyó identificar durante enero y febrero los proyectos específicos a los que se va a destinar el 90% del presupuesto asociado a iniciativas de inversión. Eso se logró en febrero y por ello, el gasto de capital, que se compone de inversión pública y transferencias de capital, tuvo un buen arranque de año.
De acuerdo al informe de Ejecución Fiscal de la Dirección de Presupuestos (Dipres) del primer trimestre, el gasto de capital creció 28,2%, siendo su mayor expansión desde 2009 para dicho periodo, en plena crisis subprime, cuando subió 57,4%. Y su ejecución llegó al 16,9% entre enero-marzo de 2024.
En el desglose, el informe señala que la primera parte del gasto de capital, que corresponde a inversión, registra un crecimiento de 45% respecto a la ejecución acumulada a marzo del año anterior.
Obras Públicas tuvo la mayor expansión con 60,5%, lo que se explica por la mayor ejecución en iniciativas de inversión, asociado con la ejecución de proyectos de la Dirección de Vialidad y de Concesiones. Salud aumentó 31,4% real, explicado por una mayor ejecución en iniciativas de inversión en infraestructura hospitalaria y en establecimientos de atención primaria. Y Vivienda registró una expansión real de 17,6% en el monto ejecutado, debido al mayor avance en el desarrollo de proyectos de inversión.
Educación, en tanto, presentó un incremento real de 14,3%, debido a una mayor ejecución en iniciativas de inversión de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas y, en menor medida, a iniciativas de inversión de la Junta Nacional de Jardines Infantiles.
En cuanto a transferencias de capital, el informe de la Dipres señala que tuvo un crecimiento de 22,1% respecto al acumulado a marzo del año pasado. En esta línea, destaca el aumento real de 76,4% registrado en Gobiernos Regionales, debido al financiamiento de compromisos de arrastre asociados a la ejecución del programa de Inversión de Gobiernos Regionales. En Obras Públicas, se anotó una expansión de 50,7% real anual, explicado principalmente por las transferencias para pagos por reintegros de IVA a las empresas concesionarias, y en Vivienda y Urbanismo se observó un incremento real de 15,7% en relación con el mismo período de 2023, debido a la mayor ejecución de los subsidios habitacionales.
En cuanto al gasto corriente, este presentó un avance al primer trimestre de 25,4% y un crecimiento de 5,6%, nivel similar al avance de los últimos años, y está encabezada por los gastos de los Ministerios de Salud, Trabajo y Previsión Social, y Educación.
En suma, el gasto del Gobierno Central total creció 7,7% acumulado al primer trimestre, siendo el mayor desde 2021, cuando en el mismo período subió 12,3%. Para el año, la última proyección que hizo el gobierno para el crecimiento del gasto público es de 5,6%. Asimismo, la ejecución fiscal del presupuesto fue de 24% al primer trimestre.
“Hay una expansión significativa de la inversión pública, mientras que el avance de ejecución a marzo alcanzó un 24%, superior a lo registrado en 2022 y 2023. Estas cifras indican una mejor capacidad de ejecución y es una buena noticia, en línea con un repunte de la actividad económica”, sostiene el economista senior del OCEC-UDP, Juan Ortiz.
Margarita Vial, investigadora Programa Fiscal de la Universidad San Sebastián (USS), añade que “lo que vemos en el gasto de capital es un adelantamiento de la ejecución de la inversión, asociado a un cambio en el trámite administrativo que habilita este tipo de gasto, modificación que permitió comenzar a ejecutar un mes antes. Por lo tanto, salvo que ese adelantamiento se traduzca en una mayor capacidad de ejecutar del MOP, el impulso se va a diluir mes a mes”.
Si bien para los economistas es una buena noticia este nivel de ejecución y crecimiento de la inversión pública, en el análisis muestran cautela: “Se observa una importante ejecución de la inversión pública del primer trimestre, lo que es una buena noticia. Sin embargo, hay que mencionar que este avance recién refleja una recuperación del promedio histórico de avance a marzo que había antes de la pandemia. Los últimos 4 años tuvieron una subejecución mayor a lo normal producto de la pandemia mientras este año se estaría recién recuperando la ejecución histórica”, subraya la economista de LyD, Macarena García.
Por el lado de los ingresos fiscales, las cifras no son tan positivas como la inversión. Según la Dipres, al primer trimestre los ingresos del Gobierno Central Total tuvieron una disminución real de 10% incididos, principalmente, por la menor recaudación de ingresos tributarios que cayeron 8,3%, particularmente de la tributación de resto de contribuyentes, que disminuyó 8,1% y de rentas de la propiedad, que cayó 59,3%. En este último caso, el informe de la Dipres precisa que esta merma se explica por “la caída de los pagos de SQM y Albemarle a Corfo por los contratos de explotación de litio, lo que se encuentra en línea con la reciente evolución de la cotización del mineral”.
Por otro lado, la tributación de la minería privada (GMP10) disminuyó 12,8% real y cobre bruto se redujo en un 5,9%. Así, los ingresos totales alcanzaron $16.031.553 millones (5,5% del PIB).
En el detalle, la disminución de los ingresos tributarios (-8,3%) del primer trimestre se explica por la menor recaudación del Impuesto a la Renta de -16,3% y la menor recaudación del Impuesto a Productos Específicos de -38,6%. En cuanto al primero, tanto resto de contribuyentes como la gran minería privada (GMP10), presentaron disminuciones.
En resto de contribuyentes, la recaudación por impuesto a la renta disminuyó un 8,1%, lo cual se debe a la caída de los pagos provisionales mensuales (PPM) y de la declaración y pagos mensuales. En el caso de la declaración anual, la recaudación acumulada muestra un crecimiento de 38,5%,explicado principalmente por una diminución en el gasto por devoluciones de renta de 39,4%.
Los expertos afirman que la fuerte caída de los ingresos por litio está dentro de lo previsto por Hacienda. “Ya en el Presupuesto de este año se esperaba una caída de 40% de los ingresos del litio respecto de lo obtenido en 2023 producto del menor precio, por lo que la caída de casi 60%, hasta el momento, tendría más bien efectos acotados en los ingresos del fisco”, comenta García.
Vial suma argumentos al señalar que “el año pasado las rentas de arrendamiento de litio representaron un 4,5% de los ingresos fiscales, lo que es un porcentaje bastante alto, y para este año se espera que alcancen el 2,2% del total de los ingresos, superior a los ingresos que se espera entregue Codelco. Sin embargo, a principios de este año vimos que la línea de ingresos donde se registran las rentas del litio cayó un 59,3%, aunque es difícil hacerle seguimiento porque la Dipres no reporta información desagregada de litio en la ejecución”.
Ortiz pone paños fríos al análisis: “Los ingresos por el litio han tenido una mayor importancia, a través de los pagos por el arriendo a Corfo. En todo caso es necesario considerar su peso relativo en los ingresos totales. Según la Dipres, los ingresos por litio de Corfo ascenderían a 0,5% del PIB, siendo un 2,2% del total de los ingresos totales del gobierno central”.
Asimismo, menciona que “la reducción de los ingresos por litio ya se encuentra contemplada en el Presupuesto, toda vez que se estima una caída anual del 47,8% en términos reales en 2024 respecto a 2023″. (Pulso)