En sus declaraciones entregadas a la Fiscalía Oriente, en agosto de este año, los entonces empleados de Penta, Francisco Astorga (subgerente de administración), Dora Pérez (contadora general de la empresa) y Hugo Bravo, ex gerente general del conglomerado, afirmaron que a través de una sociedad perteneciente al holding “Inversiones Pacífico” se compraron tres autos para las esposas de los dueños. Verónica Méndez, cónyuge de Carlos Alberto Délano, y María de la Luz Chadwick, de Carlos Eugenio Lavín.
Según la investigación, ninguna de las dos desempeña función alguna en la empresa y, de hecho, boletas suyas son indagadas como “ideológicamente falsas”, al ser emitidas al holding por servicios que nunca se prestaron pero cuyos montos servían para descontar impuestos.
En este caso, el equipo que integran los fiscales Carlos Gajardo, Pablo Norambuena y José Antonio Villalobos, sobre la base de los testimonios que tienen en su poder, investigan la compra de un BMW 330 CI/a convertible (en la foto), avaluado en poco más de $10 millones; una camioneta Dodge Dakota, que cuesta casi $8 millones, y un Range Rover 2013, avaluado en $83 millones.
Según las declaraciones que reproduce Emol, el subgerente de administración Francisco Astorga afirmó que “Hugo Bravo me daba instrucciones de comprar los automóviles tanto personales de los dueños de Penta como las que se ocupaban en la empresa a nombre de Pacífico. Esto se hace desde siempre. Se le compraban autos a los dueños Carlos Lavín y Carlos Délano y a Hugo Bravo. (…) También se compran autos para las cónyuges de Carlos Délano y Carlos Lavín de nombres Verónica Méndez y María de la Luz Chadwick, quienes no trabajan en la empresa. La última vez, hablaron conmigo Carlos Eugenio Lavín y su señora María de la Luz y yo adquirí un Land Rover que costó 83 millones de pesos y que actualmente lo utiliza la señora”.
Mientras que la contadora Dora Pérez afirmó que Inversiones Pacífico “es una sociedad de inversiones que tiene a su haber los automóviles de los jefes. Deben ser unos ocho automóviles. También los gastos de mantención se pagan y no mucho más. Sólo tiene pérdidas y no tiene ingresos. Hemos querido planificar cómo arreglar este problemas pero hasta el momento no se ha podido. No sé el monto de la pérdida acumulada que tiene pero es harta. Las dos camionetas de administración están justificadas. Los demás son los autos de los jefes, que no se tendrían que haber comprado con dinero de la empresa, sino que con dineros personales”. (El Mostrador)