Don José Miguel tiene una empresa de la cual viven decenas de familias, que paga sueldos decentes y respeta el medio ambiente, y cuyo patrimonio es de 2.800 millones de pesos. Tiene casa propia en Santiago y otra en la playa, más sus ahorros en AFP y otros, le suman 900 millones más de patrimonio personal que, en total, asciende a poco más de 5 millones de dólares. La empresa le genera alrededor de 200 millones de utilidades al año, con lo que, luego de impuestos y reinversiones, vive razonablemente acomodado, con ingresos equivalentes a los de un diputado o un alcalde.
De salir electo el señor Jadue, la situación cambiará drásticamente. De los 200 millones de utilidades tendrá que destinar 54 millones a pagar impuestos (27%) y, ahora, agregar 60 millones (30%) a repartir entre sus trabajadores y 92 millones a pagar por el impuesto a los ricos (2,5% del patrimonio), lo que suma 206 millones de pesos. No quedan excedentes para reinvertir en la modernización de su empresa, la que acumulará deuda cada año, dejando de tener valor real, y, en consecuencia, terminará quebrando y sus trabajadores cesantes. En lo personal, quedará sin ingresos para mantener a su familia y no tendrá dinero para pagar las contribuciones de sus casas, que deberá desalojar. Adicionalmente, si vende sus casas tendrá que pagar más por la plusvalía acumulada y si quiere irse a vivir a Argentina, deberá pagar nuevos impuestos por su ya deteriorado patrimonio. Bueno, no tendrá que pagar el impuesto global complementario, ahora correctamente desintegrado, porque no podrá retirar utilidades en su empresa.
Esto es consecuencia de políticos que no saben de economía y sostenibilidad de las empresas y su irresponsabilidad de hacer “programas de Gobierno” sentados en un escritorio y entre cuatro paredes. En el programa del señor Jadue se pueden encontrar las razones de la quiebra de la Universidad Arcis. (El Mercurio Cartas)
José Sanfuentes