No son pocas las expectativas con las que carga Jaime Bellolio (UDI) en su primera elección para alcalde.
Primero, porque es el “delfín” de la mandamás de Providencia, Evelyn Matthei, quien optó por no ir a una segunda reelección para intentar una candidatura presidencial. Así que los ojos están puestos en el desempeño electoral del exvocero de gobierno. Segundo, porque -según él mismo afirma- la alcaldesa le deja una vara alta en términos de gestión. Y tercero, porque aunque no cree que el resultado que obtenga el 27 de octubre sea necesariamente un test a los ocho años de la exministra en esa comuna, sí hay una suerte de ligazón.
Bellolio -44 años, ingeniero comercial y exministro del segundo gobierno de Piñera- aterriza acá sus expectativas, afirma que después de la municipal Chile Vamos debiera pensar seriamente en fusionarse como un partido y dice que el sector espera respuestas por parte de Andrés Chadwick, a propósito del caso Audio.
¿Cómo se siente esta presión por ser el candidato que continúa a la alcaldesa que va a intentar una aventura presidencial?
Es un gran orgullo, pero también una tremenda responsabilidad. Cuando partimos la campaña, hace unos tres meses, nos juntamos con cerca de mil vecinos de toda la comuna, para hablar no solo de los problemas, sino también de las cosas que les gustan de Providencia. La gente nos dijo, primero, me encanta Providencia, me gusta que sea caminable, me gusta su vida de barrio, y reconocen una gestión en Evelyn Matthei muy notable en la recuperación de plazas, parques, barrios, y eso es lo que nosotros denominamos una vida buena. Mantener eso es un desafío gigantesco y el estándar al cual llevó la municipalidad Matthei es muy potente. Le tocó tener que recuperar dos veces el municipio. La primera vez después de una pésima gestión del Frente Amplio, que dejó al municipio con una deuda de 7.000 millones en materia de educación, que hasta el día de hoy se sigue pagando: todavía quedan 3.200 millones por pagar. Y después con el estallido y la pandemia. La justificación de la violencia y el octubrismo le hicieron mucho daño a la comuna, que es el principal temor que tienen las personas. O sea, cuando te dicen esta vida es buena, el temor es el deterioro. Y el ejemplo del deterioro es la comuna de Santiago Centro.
En su última elección, Matthei obtuvo un 54%. ¿Qué expectativas tiene al respecto?
Yo sé que también ahí estamos siendo observados. Yo le digo siempre a mi equipo: lo higiénico, lo básico es ganar. El 54% tiene que ser nuestra meta y de ahí para arriba es un premio. Veo que vamos bien, pero uno nunca puede confiarse.
¿Y cómo repercutiría para las posibilidades presidenciales de Matthei el que a usted no le fuera tan bien? ¿O que llegara solo al objetivo “higiénico”?
El candidato soy yo y no ella. Ella deja un estándar, pero también es responsabilidad de cada uno. Nosotros partimos con una base buena, porque ella ha tenido transversalmente una muy buena evaluación. Entonces, ¿repercute? Yo creo que no, porque la evaluación de ella es distinta, y lo otro es lo que nosotros podamos hacer en la campaña y en el ejercicio.
¿Sus resultados van a ser un test a la gestión de ella?
O sea, hay una parte de eso, pero si uno pusiera ese termómetro hoy día, sabe que ella pasa la prueba con un 7.
Y usted no va a sacar un 7, eso me está diciendo…
Yo esperaría tener la mejor nota posible, sé que vamos a estar súper exigidos, por eso es una responsabilidad, pero a la vez también es un orgullo.
¿Y a ella le preocupa el rumbo de su campaña?
Bueno, la verdad es que es muy exigente, pero hasta ahora yo he visto que están contentos con la campaña que hemos estado haciendo y lo más importante es que hay muchos vecinos que están contentos también con eso. La presión la siento no solo por Evelyn Matthei, sino también por los mismos vecinos, que te dicen que quieren tener una gestión de muy buena calidad y eso requiere de saber trabajar en equipo y haber tenido también esa experiencia de trabajar bajo esa presión con buenos equipos. Por eso creo que soy el único candidato que puede ofrecer enteramente, con ciertas garantías, la continuidad y la gestión que se ha estado haciendo en el municipio.
En una entrevista que hace poco dio Daniel Mansuy a La Tercera dijo que Chile Vamos es un lastre para la candidatura de Matthei. ¿Cómo ve el estado general de los partidos de la coalición?
Mira, leí la entrevista, estoy en desacuerdo en algunas cosas y en otras creo que tiene puntos totalmente ciertos. Primero, estoy en desacuerdo en que no estemos preparados para gobernar, ya lo demostramos dos veces. Más allá de los bemoles de cada una de las administraciones, particularmente el ultimo gobierno del Presidente Piñera en que me tocó estar, cada mes que pasa hay una mejor imagen al respecto y es en base a que se daba por sentado que los gobiernos eran buenos para ejecutar materias. Y al ver el desastre de la gestión de este gobierno, uno se da cuenta de que eso no era así. Y, por ejemplo, en materia de reconstrucción, que hasta el día de hoy no haya una mínima parte reconstruida de los incendios de Valparaíso, habla casi de una desidia en materia de gestión. El método Piñera en eso era muy exigente, porque no había tiempo que perder para las personas. Y al final eso tiene que ver profundamente con la dignidad de las personas. Yo no creo que sea cierto que no hay la capacidad ni la preparación para gobernar.
Mansuy planteaba que no hay una preparación para gobernar porque no ha habido una reflexión en la coalición sobre el momento en que sus parlamentarios dejaron solo a su Presidente para los retiros.
Y esa es la parte que comparto. La parte que no comparto es que yo creo que sí estamos preparados y capacitados para gobernar y creo que, por lejos, la mejor persona para hacerlo hoy día es Evelyn Matthei, entre otras cosas porque las materias que hoy las personas están exigiendo son seguridad y trabajo. Y en eso Matthei no solo ha dicho, sino que ha hecho, lo que es una ventaja al dar más certezas a las personas. Ahora sí creo que lo que nos falta es un proyecto de país. Una cosa es gobernar y otra cosa es ver cuál es el destino, hacia dónde se va. Una cosa es la gestión y otra cosa es tu proyecto político. Que tienen que ir de la mano absolutamente, porque si no, no funciona. Y Chile Vamos no puede contentarse simplemente con volver a La Moneda a solucionar los problemas que va a dejar una mala gestión del Frente Amplio. No es suficiente. Tiene que ir más allá.
¿Ha estado Chile Vamos perdido en la inmediatez? ¿En la cosa chica?
Yo creo que la política está perdida en la inmediatez y uno de los factores que aumentan ese problema es la dispersión de partidos políticos. El no hacer una reforma al sistema político también nos augura problemas en el futuro. Uno necesita tener una coalición amplia para poder llevar adelante un gobierno. De lo contrario nos va a seguir pasando lo que nos ha pasado los últimos 12 años.
En esa línea, ¿sería deseable que los tres partidos de Chile Vamos se terminaran fusionando?
A mí me parece que sí. Y creo que hay espacio para pensar en una coalición unida. Creo que el ideal es llegar a un solo partido. Puedes partir siendo una federación de partidos que te obliga a tener una directiva que refleje las distintas sensibilidades y que después transites hacia un solo partido. Debiera irse hacia allá y que haya discusiones permanentes para fijar posición y darles certeza a los chilenos.
Me parece que la mejor manera en la cual tú puedes ofrecer una gran coalición, con alta gobernabilidad, es generando un partido de Chile Vamos y que sea ese el eje que permita unir a posiciones que son distintas, como la que tienen el Partido Republicano o los centros democráticos.
¿Y le ve futuro a una alianza con republicanos, como quería el Presidente Piñera? Porque la negociación municipal no fue nada fácil.
No, y yo creo que no lo fue por los incentivos que existen hoy en día a la atomización y la diferenciación. Obviamente en época electoral, como hay que elegir, tú quieres diferenciarte. El problema es que la oferta que tiene que hacer la centroderecha tiene que ser suficientemente grande como para ofrecer gobernabilidad. Y si bien lo municipal en sí mismo es muy importante, sí va a ser visto también como una prueba a esa capacidad de gobernar después.
¿Después de la municipal se debiera abrir esta conversación más clara respecto de la eventual unidad en Chile?
Creo que sí. Vamos a tener un espacio entre diciembre y marzo donde se podrían dar conversaciones no solo sobre lo presidencial, sino también de hacia dónde queremos que el país se conduzca. Y eso debe incluir cambios políticos que puedan hacerse en el Congreso o también decisiones, dentro de la misma coalición, en el sentido de poder ir unidos.
CASO AUDIO
El senador José García planteó que es bien probable que el caso Audio golpee los resultados municipales de Chile Vamos. ¿Lo ve así?
Esta es una elección que tiene más de componente local que nacional. Entonces no sabemos exactamente cómo afecta.
Usted fue ministro del segundo gobierno de Piñera cuando Luis Hermosilla tuvo su mayor nivel de influencia. ¿Tuvo alguna prueba de eso?
Me tocó relacionarme con él cuando fui diputado y él era el abogado defensor de Andrés Chadwick. Y cuando él llevaba algunas causas en el Ministerio del Interior. Pero para serte franco, a mí no me tocó verlo con esa gran influencia. Era otro Ministerio del Interior, eran otras personas, era otra época. Nos tocó estar muy concentrados en la pandemia. Y ahí hubo querellas penales, por cierto, que la izquierda trató de politizar la justicia, llevando muchas causas sin fundamento hacia el Presidente Piñera. A mí me tocó interactuar mucho más con quienes eran los abogados del Presidente, que eran Samuel Donoso y Juan Domingo Acosta.
¿Y qué relación tenía Piñera con Hermosilla?
Yo la verdad es que no vi que tuvieran alguna relación. Pueden haber tenido alguna conversación, pero con quien más hablaba Piñera los temas judiciales era con Juan Domingo Acosta.
¿Este caso empaña el legado de Piñera?
No, creo que no. El legado del Presidente Piñera es mucho más grande que los actos de una persona en particular, porque tiene que ver con la Pensión Garantizada Universal, la gestión en materia de Covid y vacunas, la reconstrucción del país, el rescate de los mineros, son un conjunto de cuestiones que van mucho más allá, son institucionales en vez de individuales.
¿Cuánto complica al sector el silencio de Andrés Chadwick?
Le tengo mucho aprecio a Andrés Chadwick. Hoy día tenemos preguntas y creo que las tiene que contestar en la sede que corresponda. O sea, si eventualmente es en un tribunal de justicia, allí tiene que hacerse. Tiene que haber un estándar de transparencia completo. Y me imagino que más temprano que tarde tendrá que hacerlo, pero no soy yo quien le va a decir cuándo, digamos, sino que él va a tener que hacerlo.
¿Pero no sería deseable que hiciera también una explicación política?
Creo que sí, que es deseable que eso ocurra. Hay dudas sobre hechos y, por tanto, son preguntas que deben ser contestadas con la mayor transparencia.
¿Cuál es la principal duda que queda abierta?
Han aparecido cosas que sabemos que son filtraciones parciales, dirigidas y otras, pero en el fondo (falta por saber) cuáles son esos vínculos entre el mundo público y el mundo privado y cuál fue su rol al respecto.
¿Particularmente, por ejemplo, lo que fue el llamado a la CMF?
Por ejemplo, claro.
¿Fue imprudente eso?
Él ha dicho que lo que hizo fue una consulta sobre procedimientos. Pero en el contexto actual, por supuesto que eso se ve como una duda. Entonces, ese es el tipo de cosas que yo creo que son preguntas que tienen que contestarse.
¿Ha hablado con él últimamente?
No.
Matthei dijo que en este caso se tiene que investigar caiga quien caiga…
Matthei tiene toda la razón. La severidad para tratar estos casos tiene que ser como dice Evelyn Matthei, caiga quien caiga. Y es la justicia la que tiene que determinar cuáles son esas dudas que existen y que tienen que ser contestadas en ese mismo seno. Ella ha fijado un estándar que es muy claro, y que no puede haber espacio -ni en lo municipal- para algo que no sea probo. Entonces, cuando ella dice, en esa investigación, que es caiga quien caiga, lo está diciendo en serio. Y el resto tenemos que seguir eso. (La Tercera)