A pocos meses del aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, un millar de japoneses rindieron homenaje este domingo a los kamikazes en un antiguo aeródromo del sudeste de Japón, desde el que los pilotos despegaban para sus misiones suicidas.
La multitud, entre la que había familiares de los antiguos pilotos, se congregó en Chiran, en la isla de Kyushi, desde la que volaron 439 kamikazes al final del conflicto bélico, informó la cadena pública NHK.
Bajo la lluvia, rezaron en silencio y depositaron crisantemos blancos ante un monumento budista.
«Juramos trabajar por la paz, sin olvidar los duros sacrificios de los jóvenes desaparecidos en misiones suicidas», afirmó un hombre de 84 años que perdió a su hermano, piloto kamizake, citado por NHK.
Entre el 25 de octubre de 1944 y el 15 de agosto de 1945, día de la derrota japonesa, cerca de 4.000 nipones murieron a los mandos de sus aviones, en los que transportaban bombas de hasta 250 kilos, y eran frecuentemente abatidos por el enemigo americano antes de alcanzar sus objetivos.
La palabra «kamikaze» significa «viento divino», en referencia a los tifones providenciales que destruyeron las flotas de invasores mongoles en el siglo XIII.