Jesuitas se reúnen en Roma para elegir nuevo Superior de la orden

Jesuitas se reúnen en Roma para elegir nuevo Superior de la orden

Compartir

Era un cargo vitalicio, pero desde que en 1983 el español Pedro Arrupe decidiera renunciar al cargo de Superior General de la Compañía de Jesús, todos sus sucesores han seguido el mismo camino. El último en hacerlo fue el también español Adolfo Nicolás, quien a sus 80 años optó por dar un paso al lado y convocar a la 36 Congregación general en Roma para elegir a su sucesor. Un proceso que tiene en esta ocasión un componente distinto, porque por primera vez un jesuita dirige los destinos de Iglesia Católica y entre la orden y el Papa Francisco hay una fuerte sintonía.

El llamado “Papa negro” es elegido en el más absoluto secreto y siguiendo una serie de normas establecidas por el fundador de la orden, Ignacio de Loyola. “Si no han vivido este proceso es difícil creer que exista”, comentó el portorriqueño Orlando Torres antes de iniciar el “encierro”.  Como sucede con el cónclave para elegir al Papa, está prohibido candidatearse o hacer campaña. Los 215 jesuitas reunidos en Roma deben primero conocerse, evaluar posibles nombres en forma individual y luego pasar a la votación, que se espera se realice a principios de la próxima semana.

“El proceso se inicia con unos días de murmuratio, donde nadie puede candidatearse o candidatear a otro, pero donde podemos preguntar a otro miembro de la Congregación General por éste o aquel jesuita. Luego de estos días de conversación, reflexión y oración, comienzan las votaciones”, comentó antes de partir a Roma el provincial de los jesuitas en Chile, Cristián del Campo (ver entrevista). Para ser elegido se requiere la mitad más uno de los votos y en las últimas congregaciones la elección fue rápida. El sucesor de Arrupe, Peter Hans Kolvenbach lo logró en la primera votación y el saliente superior general, en la segunda.

Pese a no haber candidatos oficiales, ya circulan nombres. Entre los favoritos está Federico Lombardi, el ex vocero de la Santa Sede y hombre cercano al Papa -que dejó hace sólo unos meses la oficina de prensa vaticana-; el estadounidense James Grummer; el indio Lisbert D’Souza y el francés Francois-Xavier Dumotier.

Si bien el nombre más conocido es el de Lombardi, los nuevos equilibrios dentro de la orden no permiten descartar que el nuevo superior provenga de Asia, que concentra el mayor número de miembros :5.600 de los 16.750 que existen actualmente. Además, el porcentaje de electores de ese continente ha sido el que más ha crecido en la última década de 28% a 33%, mientras que Europa y América Latina han bajado -31% a 26% y 18% a 16% respectivamente.

El panorama en que se da esta elección es muy distinto al que existía cuando se produjo la primera dimisión de un Superior general en 1983. En esa ocasión, la congregación se dio tras la decisión del Papa Juan Pablo II de intervenir la orden. “Fue el mayor impacto recibido por los jesuitas desde que el Papa Clemente XIV suprimiera la Compañía en 1773”, escribió George Wiegel en su biografía sobre el Papa polaco. Hoy los jesuitas han recuperado un protagonismo que no tenían desde los 60, cuando la orden tenía más de 36 mil miembros -su período de mayor expansión. El nuevo superior deberá saber administrar esa influencia. (La Tercera)

Dejar una respuesta