Jorge Claro: «Desigualdad no es culpa del modelo, sino de los Gobiernos»

Jorge Claro: «Desigualdad no es culpa del modelo, sino de los Gobiernos»

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Creó el Canal del Fútbol en 2003 y el resto es historia conocida. Jorge Claro logró desarrollar dicho proyecto, hasta que, junto a los clubes de fútbol, lo vendió hace poco a la norteamericana Turner, operación que le significó réditos por cerca de US$ 130 millones, que hoy se invierten en distintos rubros bajo el nombre de su oficina familiar, Grupo Prisma.

Además de empresario, Claro es ingeniero civil y comercial de la Universidad Católica, casa de estudios de la cual llegó a ser vicerrector económico entre 1974 y 1975. Conoce la economía desde lo teórico hasta lo práctico, y ante un llamado telefónico de Pulso, se dio el tiempo de analizar el actual estallido de demandas sociales, sus respuestas políticas y el devenir del actual modelo económico.

¿Cómo analiza este despertar social?

-Se ponen las culpas en gobiernos que no las tienen, porque no me cabe duda que todos estos problemas no surgieron en el último año. Esto viene desde hace mucho tiempo.

El crecimiento económico tan rápido abre unas expectativas de las cuales la gente no estaba acostumbrada y, sanamente, piensan que podrían estar mejor.

Pero Piñera también tuvo un primer mandato hace algunos años…

-Sí, pero que yo recuerde tuvo una oposición similar en el Congreso. De todos modos, creo que hay muchos errores de políticas públicas que han generado los resultados que se están viendo, y mucha gente que contribuyó a eso no ha asumido su responsabilidad, se lava las manos y le echa la culpa a este gobierno. Es lo más fácil.

¿Cometió errores este gobierno?

-Claro, pero es muy difícil actuar en pos de mejorar la situación en tantas áreas cuando se necesitan leyes. Dios quiera que este paquete de medidas anunciadas se apruebe, pero noto que el Congreso hace tiempo que se abanderiza con posiciones políticas extremas, de ambos lados, y a la hora de legislar en vez de pensar en el bien de todos, en políticas sanas, se cree que se está haciendo un gallito, terminan votando en bloque y no escuchan a nadie, ni siquiera a sus electores.

¿Tiene que haber cambio de gabinete?

-Ahora creo que no tiene sentido hacer eso. Hay que dedicarse a lo importante, que es lo que hizo el Presidente: dejar de lado otras consideraciones y centrarse en sacar adelante algunas de las muchas leyes que son necesarias impulsar para corregir errores y fallas que se han ido generando en los últimos 30 años, como la desigualdad que existe en Chile.

¿Por qué existe la desigualdad?

-Hay desigualdades que son innatas a las capacidades con las que cada persona nace. Yo no puedo compararme con Alexis Sánchez para el fútbol, porque él tiene una capacidad infinitamente mayor a la mía para eso. Yo me he podido desarrollar en lo mío porque tuve padres que me pagaron mi educación, que en esa época era muy barata porque había muy pocos estudiantes. En los sesenta en la educación superior no había más de 30 mil estudiantes, hoy en día son 1.250.000, entonces ha habido un cambio gigantesco en la cobertura -donde se puede debatir acerca de su calidad-. Otro ejemplo: en los años sesenta el parque automotor nacional era de unos 30 mil vehículos y hoy son más de 5.500.000. Esos cambios no favorecieron a los más ricos, sino que a una amplia gama de la población, que se lograron gracias a un cambio del modelo económico. A algunas personas les molesta que tenga éxito este modelo.

¿No cree que sea momento de una nueva etapa de ese modelo, que se enfoque más en la equidad en vez del crecimiento?

-Este modelo tuvo fallas. Una de ellas es el rol del Estado. En una economía de mercado, no planificada centralmente, el Estado tiene que generar igualdad de oportunidades y eso se produce con igualdad en la educación, sobre todo en la temprana, y eso aquí no ha pasado. No ha habido educación de calidad desde el nacimiento hasta los cinco años (…). Entonces no hay que echarle la culpa de la desigualdad al modelo, sino que a los gobiernos. Hay que invertir en educación, capital humano y en igualar las oportunidades.

¿Cómo ve la medida de Luksic de subirles el sueldo a sus trabajadores?

-Me parece excelente que el que lo pueda hacer, lo haga. Una pyme que le quiera pagar $500.000 a una persona que hoy gana $300.000, estaría subiendo el sueldo en casi un 70%, y a su vez, el ítem sueldos es un 70% de sus costos, por lo que no podría sobrevivir. No es fácil darles lecciones a todos de que paguen más. Luksic sí puede y por eso lo está diciendo.

Chile está en una economía abierta, con un mercado competitivo. Si se elevan los costos laborales, muchas industrias locales quedarán fuera, como le pasó a la textil. El tema (de los bajos sueldos) no es que los empresarios sean ambiciosos, sino que el mercado los obliga a actuar así. Si se cambia (el modelo), el país seguramente estaría peor. Las mismas personas que hoy en día tienen un sueldo por debajo de lo que debiera ser un sueldo éticamente correcto, tal vez no tendrían empleo.

¿Qué le parece que parte de la agenda social se financie con un mayor impuesto a los salarios más altos?

-Eso a la gente rica no le importa. ¿Tú crees que les importa que le suban del 35% al 40%? No es la gran cosa. Aquí los costos los están pagando los trabajadores, quienes se están demorando el doble del tiempo para llegar a sus trabajos y la gente pobre que no puede ir a los supermercados de sus barrios. Esa gente está pagando todo esto, no somos los ricos. A los ricos nunca los van a hacer pagar estos costos. Y si nos quieren expropiar a todos los ricos, bueno, no va a haber quien quiera emprender en el país (…) Ser empresario significa correr riesgo, tener capacidades, innovación, emprendimiento y contratar gente. Si no existieran los empresarios, yo no sé qué pasaría en este país… pasaría lo que ha pasado en otros países donde no ha habido empresarios, y ya sabemos cuáles fueron. (Pulso)

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