Ya de lleno en la recta de los últimos dos meses de campaña, la verdad es que son pocos los que con seguridad apuestan por que la senadora PS Isabel Allende logre quedarse con uno de los cinco escaños en disputa en la V Región, una zona políticamente emblemática y que la última vez que eligió representantes a la Cámara Alta fue hace ocho años, con voto obligatorio y sistema binominal, un escenario diametralmente distinto al actual. El hecho de que la ex timonel del socialismo se encuentre contra las cuerdas se debe a diversos factores, que oscilan desde una competencia muy dura gracias a la división del voto de centroizquierda, el reciente conflicto sin solución del socialismo con el PC y cierta tensión con las propias huestes de su colectividad a nivel regional, que ponen en duda su capacidad para quedarse con el preciado quinto cupo senatorial en disputa en la zona.
Hasta hace un año, cuando ya se desdibujaba la idea de la candidatura presidencial, tanto a Allende como a su entorno político les parecía un buen plan B que dejara su escaño en Atacama y se trasladara a competir por un cupo en la V Región. Ante la imposibilidad de que repostulara en el norte, por el abandono en que dejó a la región en los dos años previos, esta fórmula apareció como una alternativa atractiva para no cerrar su carrera política, dando un paso al costado del Congreso, sin pena ni gloria, y con el telón de fondo de las críticas en su contra por la falta de liderazgo político que caracterizó su gestión como presidenta del PS. La V Región le otorgaba un elemento extra que ninguna otra zona del país le confería: el peso de su apellido, considerando que su padre, el ex Presidente Salvador Allende, fue diputado y senador en dicha zona.
Si bien hasta agosto Allende promediaba un 12% en varias encuestas y apoyando su campaña tiene al menos tres alcaldes socialistas –Quilpué, Calle Larga y Putaendo– claves a la hora de sumar votos en terreno, lo cierto es que nada ha salido como pensó su entorno originalmente.
En la región hay más de 700 mil sufragios en disputa y 30 candidatos a senadores inscritos, aunque los análisis políticos coinciden, en todos los sectores, en que en la práctica solo 9 son realmente competitivos: Francisco Chahuán (RN), Andrea Molina (UDI), Lily Pérez (Amplitud), Ricardo Lagos Weber (PPD), Marco Antonio Núñez (PPD), Ignacio Walker (DC), Aldo Cornejo (DC), Nelson Ávila (PR) y Allende.
Todos los sondeos que circulan en la V Región, así como los pronósticos de expertos electorales, señalan que la derecha obtendría sin problemas dos escaños seguros con el senador Chahuán (que el 2009 alcanzó el 28,35% y que en agosto ya estaba en el 18% en las encuestas) y la elección de Molina. Una dupla que en la DC, el PS y el PPD es vista como “muy potente”, por el fuerte trabajo en terreno de ambos.
El tercer cupo sería para el senador Lagos Weber, que retendría sin problemas su escaño obtenido el 2009 con el 33,19% de los sufragios, y el cuarto cupo de todas maneras sería para uno de los otros candidatos del eje PS, PPD, PR, pero en ninguno de los partidos se atreven a vaticinar si será para Núñez, Allende o Ávila, porque los tres compiten por un electorado similar. A diferencia de Allende, el ex senador radical y el diputado por Los Andes-San Felipe tienen a su favor que son figuras reconocidas de la zona, pero tienden a neutralizarse entre sí: “Núñez es trabajador, ha hecho una muy buena campaña, pero lo perjudica Ávila, quien era parlamentario por su misma zona”, reconocieron en el PPD.
Núñez hace dupla con Lagos Weber y la apuesta política del PPD es precisamente esa, dar un golpe a la cátedra la noche del 19 de noviembre, con un doblaje de sus dos figuras, un escenario que –según los expertos electorales– no es descartable y que, dado el intenso trabajo en terreno que realizan ambos conjuntamente hace un año, podría ser factible si Lagos Webber se acerca al 20% de los votos y Núñez promedia el 5%.
Ese era el panorama hasta la semana previa a las Fiestas Patrias, pero el 12 de septiembre la pista se puso aún más cuesta arriba para la senadora PS. Ese día el Partido Comunista notificó públicamente al Partido Socialista que retiraba su apoyo a las candidaturas de Allende, en la V Región, y de José Miguel Insulza, en Arica, debido a que en la Región de Atacama no se cumplió el pacto suscrito entre ambas colectividades, respecto a que el socialismo trabajara activamente en la campaña senatorial de Lautaro Carmona (PC), porque en terreno están respaldando a la DC Yasna Provoste.
El quinto cupo en disputa sería en teoría para la DC, entre Walker (el 2009 fue elegido con el 21%) y Cornejo. Una competencia que en la falange dicen que “ha sido de guante blanco entre ambos” y que cualquiera de los dos tiene la misma chance de ganar por un estrecho margen. Si bien la que era la antigua circunscripción Costa –donde Cornejo hoy es diputado– es más grande en términos de electores, lo cierto es que es un dato no menor que la V Cordillera se caracteriza –desde que está el voto voluntario– por tener más gente sufragando.
Si no es un DC, es la senadora Pérez la que se queda con el quinto cupo. El año 2009 obtuvo el 22,96%, pero la diferencia es que entonces era apoyada por RN y hoy compite fuera del pacto de la derecha, por lo que por sí sola debe llegar al umbral del 16% de los votos para entrar a la disputa por un escaño.
Estos pronósticos coinciden con algunas proyecciones de votos que se han realizado las últimas semanas y en las que la derecha llegaría al 34%, la Nueva Mayoría al 31%, la DC y Amplitud promediarían entre 13% y 14%, mientras que el Frente Amplio obtendría un 8%.
Dolores de cabeza
Ese era el panorama hasta la semana previa a las Fiestas Patrias, pero el 12 de septiembre la pista se puso aún más cuesta arriba para la senadora PS. Ese día el Partido Comunista notificó públicamente al Partido Socialista que retiraba su apoyo a las candidaturas de Allende, en la V Región, y de José Miguel Insulza, en Arica, debido a que en la Región de Atacama no se cumplió el pacto suscrito entre ambas colectividades, respecto a que el socialismo trabajara activamente en la campaña senatorial de Lautaro Carmona (PC), porque en terreno están respaldando a la DC Yasna Provoste.
En la Nueva Mayoría distintos analistas destacan que la conocida disciplina de la militancia comunista es lo que la hace tan importante en un contexto de voto voluntario y donde el trabajo de los partidos es clave. “El PC tiene sobre 5 mil militantes en la región, esa es una cifra muy relevante en un escenario de competencia tan estrecha y por eso el conflicto con el PS le pega fuerte a Isabel Allende, le pega de lleno”, sentenció el experto electoral Axel Callis.
Hay reuniones, conversaciones, hay dirigentes con esperanzas de que la próxima semana se logre una suerte de entendimiento incluso, pero en el PS reconocen que la situación con el PC “no tiene arreglo ni solución”, la gente del partido en Atacama está trabajando por Provoste y eso no tiene vuelta atrás.
“La Nueva Mayoría se desgasta en estos momentos en este conflicto, sin pensar que son fundamentales los votos de Provoste para la segunda vuelta”, agregó Callis. Un dato del cual, lo más probable, el abanderado presidencial Alejandro Guillier ya tomó nota, cuando ayer descartó de plano mediar en el conflicto entre las dos colectividades claves que sustentan su candidatura.
Sin el apoyo formal del PC, Allende depende en un 100% del trabajo de su propio partido, un flanco donde las cosas no han sido miel sobre hojuelas. “Hay una desafección fuerte, es cierto”, indicó un dirigente regional, explicando que en la V Región se han conjugado negativamente malas decisiones del PS con un estilo de la parlamentaria que no ha cuajado mucho.
En el Partido Socialista dicen que Allende jugó mal sus cartas a nivel interno, que generó ruido que su principal aliado para instalarse haya sido el diputado PS Cristián Urizar, quien tiene trayectoria en la región, fue elegido el 2013 con el 25,8%, fue gobernador de Petorca entre los años 2004 y 2006 y miembro del Consejo Regional de Valparaíso entre 2010 y 2012, pero también genera rechazo en las huestes socialistas debido a la acusación que la Fiscalía cursó en su contra en febrero del 2016, por haber usado, mientras se desempeñó como CORE, recursos cercanos a los 60 millones de pesos en campañas políticas, en circunstancias que eran dineros destinados a proyectos de la zona. La solicitud de desafuero fue rechazada meses después por la Corte de Apelaciones, en fallo dividido de 8 votos contra 6, pero el quiebre con sectores socialistas se instaló irremediablemente.
Nada ayudó a asentar el liderazgo de Allende en la V Región el hecho de que –previo a la inscripción de candidatos al Servel y a pesar de las promesas de la parlamentaria de apoyar los liderazgos locales– el PS resolviera desconocer la votación mayoritaria del regional en favor de la candidatura de Luciano Valle e instalara a cambio al ex ministro Marcelo Díaz. Tampoco contribuye que en la zona persista la sensación de que es el PS el que debe hacerle la campaña y no la vean desplegada en terreno como a todo el resto de sus contrincantes.
Allende ha dicho varias veces que fueron alcaldes y concejales socialistas de la región los que la convencieron de postular allí, pero en la práctica el hecho de ser “afuerina” no ha contribuido a eliminar totalmente la sensación de que fue impuesta por la dirección nacional.
Ese tema ha sido la sombra permanente de su campaña y cada cierto tiempo vuelve a la palestra.
En una entrevista en junio a La Tercera, la senadora por Atacama dijo que no fue una decisión fácil la de irse de Atacama, donde aún está como parlamentaria en ejercicio: “Los cinco o seis primeros años fui mucho y aprendí a amar el norte, la gente es muy esforzada, la vida es más dura en el desierto, pero tiene un componente muy notable, de desafío. A mí me gustó mucho y fui muy presente. Todo lo que han sufrido, que ha sido tremendo. Tengo que reconocer que cuando asumí la presidencia del PS, en un periodo bien complejo, empecé a recorrer el país, estaba en una etapa de precandidatura presidencial, empecé a ir menos a mi región. Me duele, lo reconozco, y el hecho de que aceptara este desafío –voy menos, eso es indesmentible– no significa que abandoné la región”.
Un flanco que su principal contrincante, el diputado Núñez, le recordó en un par de ocasiones. En julio, durante el programa “Twitter Café de Radio Valparaíso”, dijo que Allende había venido a la V Región para hacer turismo electoral y que “Valparaíso tiene necesidades diferentes a las de Atacama”.
Difícil de olvidar las caras largas y los codazos con Núñez durante una actividad en terreno con Guillier en junio, donde ante la insistencia del diputado por hacerle patente que era parlamentaria por el norte y no de la V Región, Allende molesta le enrostró: “No, soy senadora de la república. No sea tonto”.
En el entorno de Allende y algunos expertos electorales tienen confianza en que la senadora va a sortear el momento difícil que atraviesa su campaña. “Isabel va a ganar, cero posibilidades de perder”, sentenciaron en el PS.
Pero en el resto del partido insisten en que sus opciones son difíciles, que es “complejo” que pueda salir elegida, que “será responsabilidad de ella si pierde”, que “no debió postularse” y que, aunque no le guste que se lo digan –agregaron–, le pesa su “historia” de abandonar los lugares donde fue elegida previamente, porque es indiscutible que, siendo senadora por Atacama, está haciendo campaña en la Región de Valparaíso.
El Mostrador/Emol