La Iglesia Católica se refirió a los últimos casos de financiamientos irregulares que han afectado a empresas y políticos de distintos sectores, y afirmó que es necesario que se conozca toda la verdad para poder restablecer la confianza como nación. A través de una declaración pública, la Conferencia Episcopal advirtió que existe una «pérdida de confianza» y de «credibilidad» hacia las instituciones de la República y en los liderazgos, tanto en la política como las empresas y en otras entidades.
Afirma que una de las causas de esta situación es la «fuerte crisis de representación» que afecta a nuestras instituciones, ya que «no han sido capaces de captar y encauzar las nuevas demandas y expectativas de la gente». Para enfrentar esta situación, los obispos sostienen que es necesario que las personas e instituciones involucradas realicen una «profunda introspección» –ya que hasta ahora ha habido «pocas reflexiones y autocríticas»–, que se conozca toda la verdad de estos casos, se apliquen las debidas sanciones y haya un verdadero arrepentimiento. Sólo así puede haber posibilidad de perdón por parte de la sociedad.
«En cuanto a los servidores públicos, sean parlamentarios u otros, es necesario que se sepa con claridad quiénes utilizaron financiamiento indebido, asumiendo las consecuencias de esos actos. Lo mismo, los empresarios, los comunicadores y las diversas asociaciones. Los chilenos tenemos derecho tanto a la verdad como a la justicia, pero también a las oportunidades del perdón, que no es lo mismo que impunidad», afirma la Iglesia.
En esa línea, agrega que «arrepentimiento y contrición es lo que falta, pero también la debida sanción».
De todas formas, la institución remarca que la sola «judialización» de los casos no es suficiente para resolver los conflictos, sino que además se debe impulsar un «diálogo social más fecundo y humanizador».
En esa línea, valora los esfuerzos del Gobierno, parlamentarios y otros actores sociales por renovar el marco regulatorio que rige estos temas. «Una forma de salir de esta crisis es evidentemente cambiando aquellos aspectos de nuestra institucionalidad que hicieron posible los abusos que hoy se condenan», afirma la declaración. Junto a esto, señala que «se necesitan cambios en las conductas» de las personas, ya que «el apetito desordenado de dinero no deja de producir efectos perniciosos».
«Debemos redescubrir que el poder de las autoridades existe para servir a los demás y que servirse de dicho poder provoca un daño capital», sostienen los obispos. Con todo, la Iglesia afirma que «estamos a tiempo para desterrar la idolatría del dinero y de la corrupción, de valorar la actividad política y de sus actores, de reconocer el aporte de tantos trabajadores y empresarios, de avanzar en el trato justo, respetuoso y amable que nos debemos, en fin, de corregir nuestros errores y juntos fortalecer el alma de Chile».