La legitimidad de la opción Rechazo-Gerardo Jofré

La legitimidad de la opción Rechazo-Gerardo Jofré

Compartir

Ha habido descalificaciones a quienes se inclinan por el Rechazo en el plebiscito. Entre sus argumentos destacan dos líneas: una, que un triunfo del Rechazo conllevaría un estallido de violencia 2.0, y la otra, que el Rechazo dejaría al país entrampado en una inmovilidad.

En primer lugar, no tiene sentido que no se acepte como legítima una de las dos opciones que ofrecen las instituciones democráticas. Ambas son legítimas, y por lo tanto no se puede cuestionar el derecho de las personas a elegir cualquiera de ellas.

Pero más allá de este principio básico, es necesario puntualizar la falacia de los argumentos usados para descalificar el Rechazo.

En primer lugar, respecto del argumento de que un triunfo del Rechazo provocaría un estallido social 2.0 por la frustración de los derrotados, me parece que es contrario a los principios democráticos pretender que, en un plebiscito, una parte solo aceptaría el resultado si gana, pero no lo aceptaría si es derrotada democráticamente.

Los que votan Rechazo no quieren violencia y no buscan un estallido 2.0. Pero ello no los lleva a una postura temerosa. En el fondo de la crítica de que el Rechazo provocaría un nuevo estallido, está el reconocimiento de que, aunque la mayoría del país no quiera una nueva Constitución, deberían aceptarla para apaciguar a los violentistas.

Respecto del argumento que dice que después del triunfo del Rechazo el país se quedaría a oscuras de ideas, esto tampoco tiene base real. En efecto, lo que busca la posición Rechazo ante el plebiscito es generar muchos cambios que el país necesita y hacerlo sin demora.

En Chile hay muchas cosas que mejorar. Un país que se niegue a cambiar está condenado al subdesarrollo. Pero los cambios deben tener un sentido de innovación y mejoramiento, no de destrucción irracional como la que se ha vivido en tiempos recientes. Y esos cambios para mejorar e innovar son los que debe abordar Chile.

La postura Rechazo busca hacer cambios para mejorar, no para destruir. La gente sensata se opone a refundar Chile, que —según el PNUD— ha logrado ser uno de los “Países de Desarrollo Humano Muy Alto” en el mundo y el mejor de América Latina. No es sensato partir de cero cuando se tiene un país que ha reducido drásticamente la pobreza y también la desigualdad.

La opción Rechazo ofrece una clara hoja de ruta. Primero, ir a votar y no quedarse en casa permitiendo que los menos aprovechen la desidia de los más para imponer su voluntad. Hay momentos en que hay que actuar con valor para evitar que ideas erradas frustren el maravilloso país que tenemos. Si todos los chilenos sensatos votan, Chile podrá reiniciar el camino de su recuperación, volver a construir lo dañado y emprender un nuevo camino de prosperidad y buenas relaciones entre chilenos.

Tras el plebiscito, vendrá elegir caras nuevas en las elecciones que se avecinan en 2021: municipales, parlamentarias y presidenciales entre otras. Especialmente en la parlamentaria, la fuerza del sentido común deberá cambiar a ciertos congresistas que no han estado a la altura de lo requerido por Chile y su pueblo. Es sensato cambiarlos por nueva gente que demuestre vocación de servir a su país y que legisle con sensatez. La gente con sentido común también irá a votar para elegir estos candidatos de bien para beneficiar al pueblo de Chile y muy especialmente a los más vulnerables.

La gran tarea para las nuevas autoridades será sanear el Estado de Chile. La mayoría de las carencias que aún aquejan a nuestros hermanos que sufren pobreza provienen de la incapacidad del Estado para entregarles ayudas efectivas. Si el gasto total del Estado se repartiera entre las familias de Chile, alcanzaría para un millón de pesos mensuales para cada una. Gastamos sumas siderales en burocracias que no aportan mucho. Esta carencia grave del aparato estatal es inaceptable para la gente sensata y debe ser corregida por un nuevo equipo de autoridades y representantes.

Los partidarios del Rechazo consideran que Chile ya merece entrar de lleno al club de los países desarrollados del mundo, erradicar por completo la pobreza y consolidar una clase media próspera. Ese es el relato que ofrecen a Chile. (El Mercurio)

Gerardo Jofré

Dejar una respuesta