La «muñeca política» de Víctor Pérez: «Aún está por verse»

La «muñeca política» de Víctor Pérez: «Aún está por verse»

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El hoy ministro del Interior, Víctor Pérez (UDI), recuerda con claridad el diálogo en el que el Presidente Sebastián Piñera lo convocó a su gabinete.

“Le voy a contar tres cosas: una anécdota, un compromiso y una convocatoria”, le dijo el Mandatario por teléfono. Era el lunes 27 de julio y -en ese momento- Pérez se encontraba en un pasillo del Congreso en Valparaíso.

La conversación duró ocho minutos y el hoy ministro ha contado a sus cercanos los pormenores de ella.

La anécdota era en realidad del expresidente Ricardo Lagos, reconoció Piñera en el diálogo, y aludía al ingreso de una persona a un círculo de confianza: “tenía que entregar la ‘billetera y la familia’”; el compromiso, siguió el Presidente era respecto a la idea de trabajar en equipo y la convocatoria era una invitación para que al día siguiente fuera a La Moneda para sumarse al equipo ministerial.

Hasta hoy, Pérez recuerda que en ese primer contacto, el Mandatario no le señaló cuál cargo ocuparía en el gabinete. La única pista previa había sido un sondeo en días anteriores del hoy exministro de la Segpres Claudio Alvarado. Pero apenas se terminó el contacto con Piñera, el aún titular del Interior, Gonzalo Blumel, le ratificó que sería su sucesor.

El desembarco de Pérez en Interior generó sorpresa en el propio oficialismo donde es conocido que el exsenador UDI estaba lejos de mantener un vínculo de confianza con Piñera a diferencia de sus antecesores: Andrés Chadwick y Blumel.

A seis días de que cumpla un mes en el cargo, Pérez -quien partió en la primera línea haciéndose cargo del conflicto en La Araucanía, donde una de sus primeras declaraciones fue desestimar la existencia de “presos políticos”- ha tenido un aterrizaje discreto en cuanto a la toma de decisiones y a su rol al interior de La Moneda.

RELACIÓN CON PIÑERA

El Mandatario nunca ha bajado directamente a la oficina de Interior como lo hacía cuando estaba Chadwick o Blumel en ese puesto, pero con Pérez conversan varias veces al día y se reúnen otras tantas. En La Moneda afirman que el ministro aún se está ajustando en su nuevo cargo, que todavía le cuesta delegar y dejar su faceta más de parlamentario, pero que su estilo es más parecido al primo del Presidente que a Blumel. Esto, sostienen las mismas fuentes, porque es más analítico, pausado y apuesta más bien por persuadir a sus interlocutores, un sello de su larga trayectoria en el Congreso.

Las mismas fuentes sostienen que Chadwick -con quien mantiene una estrecha relación- ya le entregó a Pérez algunos “tips” de cómo relacionarse con el Mandatario y que éste le habría recomendado que siempre buscara instancias para conversar a solas con Piñera y sostener encuentros y diálogos recurrentes para ir generando confianzas.

Lo concreto es que Piñera y Pérez recién comienzan a generar un vínculo más fluido y hasta ahora -más bien- se mantiene estrictamente en el ámbito laboral. Las citas de ambos casi siempre se agendan con antelación, hablan por temas puntuales y no tocan asuntos personales.

“Tiene toda la autonomía, pero recuerde que el jefe de gobierno soy yo”. Esa es una frase que, dicen en La Moneda, el Presidente le ha repetido varias veces a Pérez, de cuyas decisiones y opiniones está muy atento, aunque en Palacio se recalca que -hasta ahora- no han tenido grandes diferencias.

En La Moneda -de hecho- afirman que Piñera considera los planteamientos de su nuevo jefe de gabinete. Un ejemplo de eso, dicen, fue en la reunión del miércoles 19 del comité de crisis por el Covid-19. Pérez entregó su opinión sobre el retroceso en las comunas de Talcahuano y Hualpén, zonas de las cuales era senador y, entre otras recomendaciones, sostuvo que no se podían separar ambas comunas de las decisiones que se tomarán. Las dos deben retomar la cuarentena.

Con todo, en el gobierno recalcan que aún está por verse la “muñeca política” de Pérez y cuál será su real margen de influencia en el gobierno. Una tarea que no es fácil debido a que los nuevos ministros asumieron con tareas específicas encomendadas por el propio Presidente.

Dos episodios -sin embargo- han bajado los bonos del nuevo ministro en los sectores considerados más duros en el oficialismo: la negociación que llevó adelante el gobierno para deponer la huelga de hambre de Celestino Córdova y el retroceso en el cambio de nombre de la Academia de Ciencias Policiales a la que se bautizaría en homenaje al exintegrante de la Junta Militar Rodolfo Stange, lo que terminó siendo revertido tras la intervención de La Moneda.

En ese sector del bloque se había valorado el debut de Pérez -sobre todo, con sus dichos respecto a que no hay “presos políticos” en La Araucanía-, y se apostaba a que se defendería “más fuerza” las ideas de derecha.

“Esperaba más de él, su actuación ha estado regular”, dice el diputado RN Miguel Mellado.

Y fue precisamente en la polémica de Stange cuando se produjo una de las primeras “diferencias” de Pérez con el Mandatario. Fuentes de gobierno señalan que el ministro consideró que la decisión de Carabineros no debió generar polémica: Stange había sido senador electo y nunca fue condenado por los hechos que se le imputaron. Piñera -en tanto- calificó en privado el hecho de “grave”.

Ante la molestia del Mandatario, Pérez le habría transmitido la molestia del gobierno al director general de la institución, Mario Rozas. En especial, porque la decisión no había sido previamente conversada con Palacio.

POCO DIÁLOGO CON LA OPOSICIÓN

En sus primeras semanas, el nuevo ministro sostuvo una ronda de reuniones con algunos de los presidentes de los partidos de la oposición. No obstante, la mayor cantidad de horas de su agenda han estado destinadas a recomponer las relaciones al interior de Chile Vamos y materializar lo que en el oficialismo se ha denominado “nuevo trato”.

Son comunes sus contactos con la presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe, y también el líder de RN, Rafael Prohens.

En la oposición -al menos hasta ahora- Pérez ha optado por relacionarse con determinados parlamentarios de la centroizquierda, de los que considera como la oposición “más moderada o dialogante” o con los que conoce hace años debido a su paso por el Congreso. Así, mantiene contactos fluidos con José Miguel Insulza (PS) y Felipe Harboe (PPD), con quienes compartió varios años en la Comisión de Constitución del Senado.

También ha logrado un diálogo fluido con el presidente del PPD, Heraldo Muñoz, a quien no conocía mayormente.

Con sectores como el PC o el Frente Amplio sus intentos de contactos han sido nulos.

En la centroizquierda transmiten que han visto “poco” o “nada” a Pérez, que ha tenido más bien un rol ausente con ellos, que ha asistido a pocas sesiones a comisiones en el Congreso y que lo identifican, obviamente, más a la “derecha” que Blumel, su antecesor. En la oposición agregan que con el extitular de Interior había más diálogo – “se acercaba más”, dicen- mientras que de Chadwick algunos afirman que se “movía como pez en el agua” en el Parlamento y les escribía constantemente.

En ese sentido, distintos personeros de la oposición afirman que el nuevo titular de Interior tiene una personalidad más fría, retraída y que lo han visto más en una segunda línea en lo político, pero algunos creen que responde a que recién se está instalando.

En la DC, por ejemplo, varios parlamentarios aseguran que no ha tenido contacto con ellos y que, de hecho, se le ha visto ausente en varias comisiones a los que ha sido citado. Con quien sí se ha reunido es con el presidente de la Comisión de Seguridad de la Cámara Baja, José Miguel Calisto (DC), quien asegura tener un “relación fluida”.

“El ministro Pérez se ha dedicado exclusivamente a ordenar Chile Vamos, pero no se ve una actitud proactiva, dialogante y cercana con el Congreso, especialmente con la oposición”, dice el jefe de bancada del PPD, Raúl Soto, mientras que el jefe de bancada del PS, Luis Rocaful, afirma que “no se ha sentido su presencia ni su influencia en el Parlamento aún”. (La Tercera)

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