La oportunidad del resurgimiento-Claudio Hohmann

La oportunidad del resurgimiento-Claudio Hohmann

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Bajo el título “¿Qué economía lo hizo mejor en 2024?” un reciente estudio de la revista The Economist sobre el desempeño de las economías de la OCDE en el año que termina ha revelado resultados sorprendentes, por lo menos para el caso de Chile. El análisis se realizó sobre la base de cinco variables relevantes para explicar el desempeño económico de una nación, a saber: evolución del PIB, rendimiento del mercado de valores, inflación, desempleo y déficit fiscal.

Llevamos años mirando con cierta desolación a nuestro país posicionado en los últimos lugares entre los países de la OCDE en una diversidad de ámbitos, hasta acostumbrarnos a que sea casi invariablemente así. Nos lo explicamos porque Chile no es todavía una nación desarrollada, mientras que la mayoría de las que integran la OCDE lo son. La comparación con ellas es, por esa misma razón, casi siempre desfavorable para nosotros.

Pero esta vez el ranking de las 37 economías analizadas nos trae una sorpresa: Chile se posiciona, increíblemente, en la parte alta de la tabla, en el undécimo lugar, por delante de naciones como Alemania, Francia, Estados Unidos, Noruega y Suecia. De hecho, nuestro desempeño en 2024 es superior al de otras 22 economías de la OCDE, además de las mencionadas. ¿Cómo puede ser así, pensará usted, cuando se lee y escucha repetidamente entre nosotros que la economía chilena se encuentra estancada y no logra recuperar las tasas de crecimiento que la llevaron a las puertas del desarrollo hace poco más de diez años?

Si se analiza con mayor cuidado y no se deja uno llevar por la incredulidad, el resultado se explica precisamente por las cinco variables escogidas por The Economist para medir el desempeño de una economía en el curso de un año -una selección que, por los demás, sería difícil de controvertir. Por ejemplo, en el caso de la evolución del PIB, el que para nosotros será un pobre resultado este año es, en cambio, levemente superior al de la mayoría de las economías europeas, que siendo desarrolladas ya no crecen fácilmente a tasas mayores al 2% anual. Este año varias prácticamente no crecerán o, peor aún, incluso decrecerán.

Mejor todavía es nuestra situación en materia de déficit fiscal, un mal crónico en la mayoría de las economías de la OCDE, cuyo endeudamiento supera en no pocos casos montos equivalentes al 100% (o más) del PIB para financiarlo. Cuando se nos compara con esas realidades, la nuestra resulta ser nítidamente superior. Por su parte, la contención de la inflación ha sido aquí tanto o más eficaz que en las economías de la OCDE. Y aunque en materia de desempleo Chile no se destaca -es más bien lo contrario-, la comparación con varias de esas economías no resulta tan abiertamente desfavorable para nosotros. Es en el rendimiento del mercado de valores donde nuestros rendimientos palidecen en comparación con la mayoría de los países de la OCDE.

Como sea, un resultado tan positivo en el concierto de las economías más prósperas y desarrolladas del mundo, elaborado por una revista tan prestigiosa como The Economist, no nos debe dejar indiferentes -que es, inexplicablemente, lo que ha ocurrido en el gobierno, que no comentó siquiera el estudio.

¿Qué idea central podemos desprender de esta buena noticia, justo en un momento cuando estas escasean a nuestro alrededor? Lo que The Economist sugiere con fuerza es que la oportunidad para aspirar al desarrollo pleno está intocada en Chile, y que, aunque hemos perdido un tiempo precioso -una década completa- nuestra capacidad no se ha dañado seriamente como para ponernos manos a la obra tras ese objetivo ambicioso, que no es inalcanzable si nos lo proponemos. En otras palabras, la base está en razonables condiciones como para emprender nuestro relanzamiento.

“Por ahora, al menos, España, Grecia e Italia pueden celebrar su resurgimiento económico. Se merecen una fiesta”, concluye la revista The Economist en el artículo que informa sobre los resultados del estudio. No cabe olvidar que hace apenas quince años la economía griega pasaba por una crisis económica catastrófica. Resurgimiento es quizás la palabra precisa para el futuro próximo de Chile, y para que los chilenos se merezcan también la fiesta que les ha sido negada ya por una década. (El Líbero)

Claudio Hohmann