La reservada cena entre Piñera y Lagos

La reservada cena entre Piñera y Lagos

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20 de octubre de 2014. El economista, empresario, cercanísimo a Salvador Allende y fundador del MAPU,Óscar Guillermo Garretón (PS), envió a su partido una reservada carta con un crudo diagnóstico sobre la situación del país: “Estamos en problemas”, advirtió.

En la misiva -dirigida al jefe de bancada del PS Marcelo Schilling y que  fue publicada por El Líbero- el ex subsecretario de Allende planteó que “pertenezco a una manada política y la quiero, pero si creo que va hacia el acantilado, no siento obligación de correr con ella sino de advertirla del peligro. Los obnubilados con la masividad de su carrera dirán ‘mira, éste abandonó la manada’. Qué le voy a hacer. Si están en la senda correcta, bienvenido mi error, que todo el mérito sea para quienes acertaron”.

En el texto Garretón también insinuaba que el Gobierno debía realizar “rectificaciones” al rumbo reformista planteado desde que asumió la Presidenta Michelle Bachelet. La misiva provocó un fuerte debate al interior de los partidos de la Nueva Mayoría y de la Alianza, pero fue considerada como un hecho importante que marcó a la política en ese momento. Hoy Garretón reaparece con una entrevista en Qué Pasa, donde asegura -en correspondencia con su inicial campanada de alerta- que «los primeros 14 meses de gobierno son para olvidar».

Días después de la carta ocurrió otro hecho político, que se realizó bajo absoluta reserva. Influyentes personalidades llegaron hasta la casa del abogado Herman Chadwick Piñera, ex presidente del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) y primo hermano del ex Presidente Sebastián Piñera, para participar de una cena que tenía contados comensales.

El número de invitados rodeaba las 16 personas. Los asistentes se sentaron en una larga mesa ubicada en el comedor de la residencia de Chadwick Piñera. Entre ellos, habrían estado el ex ministro, José Antonio Viera-Gallo; el ex candidato presidencial de la UDI, Pablo Longueira; el ex ministro del Interior, Andrés Chadwick; y el presidente de la Sofofa, Hermann  von Mülenbrock, entre otros asistentes.

Sin embargo, hubo dos invitados que concentraron la atención: los ex presidentes Ricardo Lagos y Sebastián Piñera.

Ambos ex mandatarios -a quienes se les vio cómodos y relajados durante el encuentro- dieron su opinión con respecto a “cómo se veían las cosas en el país”. Cada uno por separado habría entregado su postura  y planteado sus inquietudes con respecto a la situación del Chile actual, con la carta de Garretón como insumo básico para iniciar la discusión.

Asistentes a la comida afirman que tanto Lagos como Piñera intercambiaron ideas entre sí, pero que esencialmente coincidieron en el diagnóstico sobre el país. Ambos “fueron objetivos y cuidadosos en dar a conocer el cuadro más real de la política y economía chilena”, según comentan. Agregan que el foco de ambos ex presidentes habría estado en el escenario económico de Chile y en la importancia del diálogo entre todos los sectores políticos para “mejorar” la situación actual.

Los dos ex presidentes habrían coincido en que el país enfrentaba un clima de desconfianza y crispación, sobre todo en política. Y ante ese escenario, es que tanto Lagos como Piñera recordaron los acuerdos implementados durante la administración del ex presidente Patricio Aylwin hace 25 años. Habrían afirmado que la “política de los acuerdos” debiera retomarse como una salida para la situación que vive el país, lo que fue compartido por el resto de los asistentes. Además, llamaron al diálogo de la clase política. Hay quienes recuerdan que ambos se refirieron de manera sarcástica a la llamada “retroexcavadora”, símbolo del deseo de algunos sectores de la Nueva Mayoría por “refundarlo todo”.

Otra de las “salidas” para mejorar las condiciones políticas y económicas, según habrían comentado los ex mandatarios, es la alianza público-privada, pero diferente a la que se concibe actualmente. Durante el encuentro, explicaron que la relación entre el sector público y privado debiese ser entendiendo que cada uno tiene su rol por separado y que se deben buscar acuerdos en ciertas cosas, es decir, la idea es que sea una alianza de apoyo, de confianza.

SEGUNDO ENCUENTRO

Un par de días después  de la “reservada cena” -específicamente el 13 de noviembre de 2014- Lagos y Piñera se volvieron a encontrar. Fue durante la celebración de los 35 años de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) en un encuentro llamado “El Chile que Queremos”. Esta vez, dieron a conocer su diagnóstico públicamente.

Ambos coincidieron en que el país se percibe un clima de “crispación” y en sus respectivos discursos hicieron un fuerte llamado a la unidad como la solución para salir del complejo momento por que el atraviesa el país.

Primero, fue Lagos quien afirmó que “no me gusta este clima de crispación y de enervamiento. Aquí es muy importante que nos ordenemos entre nosotros y en las coaliciones políticas. Pero más importante es que nos ordenemos entre nosotros, porque es la única forma de construir una mirada larga dirigida al futuro del país” y agregó que “me gustaría un Chile en el que contemos con todos los espacios para disentir, porque en eso consiste la democracia, pero que mantuviera algunos puntos centrales que todos sabemos que tenemos que abordar si queremos tener capacidad de mirar hacia el futuro”.

Luego, fue el turno de Piñera, quien compartió la mirada de Lagos e hizo un fuerte llamado al diálogo y a los acuerdos entre  todos los sectores políticos. “Esa es la historia de Chile: escuchar y respetar a nuestra propia ciudadanía, creer más en el diálogo y en los acuerdos, en la buena voluntad y la amistad cívica, y no pretender partir de cero ni implementar la retroexcavadora. Hay que evitar la lucha fratricida”, afirmó.

 

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