“La UDI tiene que salir a dar una explicación”

“La UDI tiene que salir a dar una explicación”

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Sentada en el living de su casa, Matthei se ve distinta a la dura candidata presidencial que perdió ante Bachelet en 2014: está más delgada, más tranquila y pausada, pero implacable a la hora de condenar la actuación de figuras de su partido como Jovino Novoa, Pablo Longueira y Jaime Orpis.

—Estoy trabajando muy firme en Providencia. Tengo un grupo sobre seguridad ciudadana, urbanismo, tengo en mis manos mi proyecto de cultura y arte, el tema de la discapacidad lo está viendo un profesor no vidente (Alberto Madrid). Todos absolutamente gratis.

—¿Cuál será su sello de campaña?
—Quiero preservar barrios y preservar calidad de vida. No quiero que el barrio Italia se llene de edificios de 15 pisos. Si caminas hoy por Providencia, ves como en calles muy pequeñas se están construyendo edificios de 15 pisos con 300 estacionamientos. Te imaginas el lío que significará salir y entrar de esos edificios. A este tipo de edificios hay que ponerles un fin, un coto fuerte.

—Una promesa que parece difícil de cumplir…
—A mí no me parece que Providencia deba transformarse en un Manhattan, donde anden todos histéricos, con una mala calidad de vida, mala calidad del aire y con muy pocos espacios verdes. Uno ve en Múnich que ya no se construye más y las personas que quieran vivir ahí lo tienen que hacer en pueblitos cerca de la ciudad. Si yo salgo alcaldesa ya no más (edificios de departamentos en Providencia).

—¿Aún existe la posibilidad de competir con Cristián Labbé en primarias?
—Son decisiones que tiene que tomar el partido. He señalado que estoy dispuesta a primarias. En todo caso, hay que tener cuidado, ya que los lugares donde vota poca gente son fáciles de manipular. Muchas veces gente del otro sector concurre a votar por el candidato más débil del lado de uno, al que le puedan ganar en la elección final.

“La gente de Providencia es culta y me conoce, y me quiere o me odia. Yo no veo que tenga que hacer tanto gasto en  campaña, porque no me tengo que dar a conocer. Sí tengo que hacer mucho terreno  para explicar mi programa”.

—¿El financiamiento de las campañas municipales será un ensayo general para las presidenciales?
—Definitivamente serán un ensayo. Lo que no tenemos claro es si habrá un tipo de control, porque el Servel ha dicho que no puede controlar esta nueva ley, y lo que no se controla ni se fiscaliza es una ley muerta.

—¿Cómo financiará su campaña?
—Financiamiento fiscal, además se permite un financiamiento propio bastante bajo, donde puedo pedir un crédito. También se puede pedir a personas cantidades pequeñas. La gente de Providencia es culta y me conoce, y me quiere o me odia. Yo no veo que tenga que hacer tanto gasto, porque no me tengo que dar a conocer. Sí tengo que hacer mucho terreno para explicar mi programa y contar que tengo muy buena gente para hacer un muy buen trabajo, porque hay una crítica muy fuerte a la gestión actual.

—¿Hace un llamado a su partido para que otras figuras sigan su ejemplo y compitan en las próximas elecciones municipales?
—En el mundo municipal hay muchas posibilidades de mostrar la sociedad que uno desea para Chile, es una vitrina maravillosa para mostrar nuestras ideas, mucho más concreta de lo que uno puede hacer en el Parlamento.

LA PEOR CRISIS DE LA UDI

—Hernán Larraín dijo que este había sido el peor año del partido.
—Sin duda alguna.

—¿Cómo salir de la crisis?
—Desde un principio he creído que todo esto se debe enfrentar con toda y la pura verdad, dando excusas y poniendo reglas muy duras para los militantes. Y tengamos claro que esto no se soluciona en uno ni en dos años. Cuando las confianzas se destruyen y se debilitan, se demora mucho en construirlas, pero es posible. No hay ninguna receta mágica ni de corto plazo y lo único que se requiere es transparencia, una nueva actitud y mucho trabajo en la calle. Cuando una mira, por ejemplo, cómo Alemania después del horror del nazismo ha logrado ser una nación respetada. Sí, lo lograron, pero se han demorado mucho tiempo y el horror va a seguir ahí de por vida, pero hoy Alemania es un país que se puede sentar con la frente en alto no por su pasado, pero sí por su presente. Y al final uno es lo que es, los países son lo que son, con sus lados buenos y sus lados malos. Lo que quiero decir es que el prestigio se gana de una sola manera: con seriedad y con trabajo y no hay ninguna vía corta.

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—¿Qué le parece Jaime Bellolio como figura de recambio para asumir la presidencia del partido?
—Sólo una cara nueva puede iniciar la reconstrucción en la UDI, porque al final todos los que están cuestionados han sido nuestros compañeros y amigos.

—¿Cree que debe renovarse el partido en su discurso e ideología?
—Siento que muchos institutos de pensamiento y partidos de derecha se han quedado pegados en problemas que eran de los 70 y los 80.

—¿Fue la presidencia de Ernesto Silva una renovación fallida?
—Él abrió la puerta. No hablaría de una renovación fallida, porque cuando ejerces tres o cuatro meses, al final no puedes mostrar nada.

—¿Cómo evalúa la gestión de Hernán Larraín?
—Él no es parte de lo que era el establishment más duro del partido, por lo tanto ha podido contener muchas cosas, pero cuando ya empiece la etapa de reconstrucción de la UDI, que yo creo aún no ha empezado, tiene que ser con figuras nuevas.

EL JUICIO A NOVOA Y LONGUEIRA

—En el partido no ha habido un reproche a las actuaciones de Novoa y Longueira. El primero condenado por la justicia, el segundo bajo investigación por sus contactos con SQM. ¿Este silencio no afecta el prestigio y el futuro de la colectividad?

—Aquí hay dos cosas distintas: Ernesto Silva desde el primer momento dijo que estas eran prácticas transversales, y creo que a estas alturas a la opinión pública no le cabe duda alguna de ello. Sin embargo, uno se pregunta en qué está la Fiscalía respecto a las platas de (Giorgio) Martelli y de (Rodrigo) Peñailillo. ¿Quién está investigando eso?, ¿a qué conclusiones se ha llegado?, ¿le han hecho todas las preguntas sobre los dineros recibidos en la precampaña? En la UDI sigue habiendo una sensación de que la Fiscalía ha actuado con un determinado celo contra nuestro sector; y contra ME-O y contra Carlos Ominami también, porque son ex figuras de la Nueva Mayoría; y con cero celo cuando afecta a personas relacionadas con el gobierno. ¿Qué pasa con Peñailillo, con Jorge Pizarro, con Roberto León? Entonces, es bastante complejo pedirle a un partido que haga un mea culpa cuando ve toda la evidencia de que la justicia debiera ser ciega y no lo es. Dicho esto, yo creo que mientras tú no digas a la opinión pública “esto es lo que pasó, lo siento, no volverá a pasar, y estas son las medidas que hemos tomado para que no vuelva a pasar”, no puedes construir.

—A su juicio, falta un reconocimiento.
—Falta, pero también entiendo que antes de hacerlo uno espere que la justicia se ponga los pantalones y actúe de manera justa. Yo me imagino que en los casos que afectan al gobierno pasará lo mismo que hicieron con el maremoto, las pensiones de los falsos exonerados, donde ponen a un fiscal o a una fiscal que sencillamente pone su rol gobiernista por sobre su rol de fiscal, que es lo que ha ocurrido en estos dos casos.

“En la UDI sigue habiendo una sensación de que la Fiscalía ha actuado con un determinado celo contra nuestro sector. También contra ME-O y contra Carlos Ominami, porque son ex figuras de la Nueva Mayoría; y con cero celo cuando afecta a personas relacionadas con el gobierno”.

—¿Es muy difícil cuestionar a Longueira y Novoa siendo los pilares y las figuras fundadoras de la UDI?
—No debiera serlo, imagínate que Peñailillo era el ministro del Interior y el hombre de la precampaña de Bachelet, y él cayó. Entonces, en algún minuto hay que salir…

—¿Salir a hacer un mea culpa?
—La UDI tiene que salir a dar una explicación y un “nunca más”, pero sobre todo dar a conocer las medidas que adoptaste para el nunca más. Y tienen que ser los rostros nuevos los que lo digan.

—¿Por qué cree que se llegó a esta relación entre el dinero y la política?
—Políticos y jueces deben mantenerse alejados de los poderosos. Políticos y jueces no pueden mezclarse con los influyentes. Chile es un país muy pequeño, es una sociedad en que todo el mundo se conoce, ya sea porque eres de Talca y tu prima también es de Talca y te conociste allá, o ya sea porque estudiaste en el Instituto Nacional y tu mejor amigo también… Al final en Chile tu puedes establecer una conexión muy rápida entre la gente. Por lo tanto, la independencia, tanto en materia de justicia como en materia legislativa, es mucho más difícil que en una sociedad más abierta. Yo en un momento hablé del tema de la masonería en el Poder Judicial y la gente lo interpretó mal. Yo tengo simpatía por la masonería, nada en contra, pero siempre creo que en cualquier institución donde se tomen decisiones importantes para el país es complicado que haya un grupo que se arraigue, porque a la larga el conocer, el tener vínculos significa que tu opinión muy fácilmente se pueda sesgar. Si quieres ser de verdad independiente, tienes que ser casi retraído de la sociedad. Si quieres mantener tu independencia al legislar o al impartir justicia es súpercomplicado ser amigo de los empresarios, amigo de la gente a la que tú tienes que prejuzgar. Y eso impone estándares de justicia muy difíciles de cumplir.

—¿Se refiere a los casos de Pablo Longueira, Jovino Novoa y Jaime Orpis?
—Yo creo que nadie los cumplió. Cuando tú te enteras que Enríquez-Ominami viajaba en el avión privado de Soquimich es evidente que ahí había una conexión que es muy complejo sacársela de encima cuando llegue el momento de tomar decisiones respecto a eso. Si tú abrieras todas las empresas de Chile, prácticamente no habría ningún político que no cayera.

—¿No comparte la tesis de Insulza de que el ambiente debido a la ciudadanía, la prensa y las redes sociales está demasiado alterado y que no se deben prejuzgar las actuaciones de la elite?
—No. Lo que sí me parece es que muchas veces el público tiene un estándar para medir a los políticos y otro para medirse a sí mismos. Como ministra del Trabajo, me tocó ver la cantidad de licencias médicas falsas, lo que también es un fraude, por parte del médico que la da, y del paciente que la usa; me tocó ver contratos en que ambas partes se ponían de acuerdo para declarar menos dinero… Ahora, los políticos tienen que saber que esto llegó para instalarse y ya no hay vuelta atrás y me parece estupendo que así sea.

“EL 5,8% DE DESEMPLEO ES UNA FARSA”

—¿Qué le parecen los US$ 540 millones de reducción del gasto público anunciados por el gobierno?

—No son suficientes para enfrentar el momento económico que vive Chile. Sí es una cifra adecuada para no caer en la evaluación de las clasificadoras de riesgo. El gobierno se había comprometido a llegar a un balance estructural, después lo abandonaron. Luego prometieron bajar todos los años un cuarto de punto el déficit estructural, pero con estas cifras no era posible, por lo que se tenía que hacer un recorte. Ahora las clasificadoras de riesgo y los analistas se están haciendo los lesos, porque en ese balance estructural se considera un crecimiento potencial de un 3,6% y el crecimiento está en un 3% o menos. Las cifras son engañadoras, o sea, en el papel aparecen cumpliendo la rebaja del 0,25%, pero en la práctica no lo están cumpliendo.

—El desempleo del 5,8% es bajo, es una cifra buena…
—Esa cifra en una farsa. Hace mucho tiempo que estoy echando de menos a algún economista serio que empiece a establecer como medida de análisis un índice con empleos de verdad al que la gente le pueda creer.

—Pero la fuente es el INE.
—En ese 5,8% , por ejemplo, están incluidas 18 mil personas adicionales recolectando basura; hay 40 mil personas adicionales vendiendo Super8, o lo que sea. En un año, sólo se han creado 62.000 empleos de verdad. Lo que pasa es que la gente que vende Super8 para tener algo que echarle a la olla se considera empleo. Echo de menos un índice construido sobre las bases del INE, pero que sea un indicado de verdad.

“Está todo tan revuelto. La condición económica va a empeorar este año y seguirá empeorando el próximo, por lo que la gente va a recurrir a figuras probadas. La situación política también está muy crispada. La competencia será entre Ricardo Lagos y Sebastián Piñera”.

—El gobierno estima que la discusión en torno a la reforma laboral terminó y llegó el momento de votar, ¿cuál es su pronóstico, la presidenta se inclinará a favor del PC y la CUT o la DC y el empresariado?

—En favor del PC. De todos modos. Cada vez que la presidenta ha tenido que elegir se ha inclinado en favor del Partido Comunista. Es evidente lo que dice la DC, que el PC tiene mucho más peso en el gobierno, con mucha de su gente en ministerios y subsceretarías, que en los votos que obtiene.

—¿Cómo califica el rol de la DC en este tema?
—Como la presidenta Bachelet ha bajado tanto en su popularidad hoy se atreven a hacer más ruido, pero la DC nunca va a tener el coraje ni la capacidad de salirse del gobierno, porque la mayoría de sus militantes trabajan en el sector público y no les queda otra que agachar el moño y votar como quiere la Nueva Mayoría.

“APOYO CON TODO A PIÑERA”

—¿Usted apoya la opción presidencial de Piñera?                                                                                

  —Naturalmente, lo apoyo con todo.

—¿Manuel José Ossandón es hoy el principal obstáculo de Piñera para ser candidato de la centroderecha?
—No, está todo tan revuelto. La condición económica va a empeorar este año y seguirá empeorando el próximo, que la gente va a recurrir a figuras probadas. La situación política también está muy crispada. La competencia será entre Ricardo Lagos y Sebastián Piñera.

—¿Y la UDI no debería llevar un candidato propio?
— Para mí es obvio que el candidato natural es Piñera. Ahora, siempre pueden pasar cosas. Por ejemplo, si RN levanta a Ossandón, nosotros podríamos levantar a Joaquín Lavín.

—¿Cómo evalúa a Chile Vamos?
—Muy bien. Me alegro mucho de la incorporación de Evópoli, que se inscribió en todo el país y aporta caras nuevas, frescura y capacidad de organización; el PRI aporta una sensatez de base, de clase media que le hace bien.

—¿Yqué opina de Amplitud?
—No veo esa misma capacidad de organización.

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