Larraín Matte: «Constitución es la carrocería, modernizar el Estado, el motor»

Larraín Matte: «Constitución es la carrocería, modernizar el Estado, el motor»

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Cuenta que desde su llegada a la presidencia de Sofofa en 2017 ha tenido una idea fija. Sentado en un café a las 8.15 de la mañana en la calle Moneda -tiene una reunión con el Ministro Briones un rato más tarde- explica que lo motiva la necesidad de proveer al país de una institucionalidad moderna y eficiente y que hoy, mientras la perspectiva de una Nueva Constitución genera incertidumbre en parte de la sociedad, el líder gremial se emociona ante la oportunidad que el proceso ofrece para consolidar su visión.

Larraín dice que sabe que la redacción de una nueva Carta Magna también plantea riesgos. Si la incertidumbre se prolonga demasiado o el ambiente se polariza mucho, el remedio podría resultar peor que la enfermedad. «Si la Convención Constituyente sesiona como muchas veces vemos hoy en la Cámara de Diputados, con pancartas, gritos y funas, la expectativa ciudadana se va a terminar frustrando», advierte. Para evitar que eso ocurra, quiere contribuir adelantando el contenido de la discusión y aportando la mejor experiencia que exista sobre procesos de debate en casos como este.

– ¿Qué se juega en la definición de una nueva constitución?

– Este tema debe enmarcarse en un contexto más amplio que venimos impulsando en Sofofa desde que asumimos y que es la necesidad de fortalecer nuestras instituciones y mejorar su legitimidad. Eso pasa primero por la modernización del Estado y luego por mejorar la cancha de lo público, porque cuando prevalecen la desconfianza y los gritos es difícil tener una economía sana y empresas que puedan crecer. Dada la encrucijada en que se encuentra el país, a estos dos conceptos se suma además ahora un paraguas general que es la nueva Constitución.

– ¿En qué medida una nueva Constitución puede fortalecer la institucionalidad?

– Porque una Constitución que no goza de un alto grado de legitimidad es ineficaz, independiente de sus contenidos. Además, la Constitución es la carrocería, y el motor es la modernización del Estado. La Constitución puede proporcionar un marco general que represente todo, pero si no se emprende una modernización decidida del Estado, de sus instituciones, del empleo público, de las regulaciones, junto con una agenda pro crecimiento, va a ser una carrocería sin motor. Los chilenos están poniendo muchas expectativas en que la nueva Constitución va a solucionar por sí sola todos sus problemas y eso podría generar mucha frustración y terminar restándole legitimidad.

– ¿Qué posición va a tomar la Sofofa en este debate?

– No tomamos posición sobre las opciones de Acepto y Rechazo. Ambas son legítimas y válidas y es propio de la democracia consultar a la ciudadanía sin que los actores políticos idealicen o estigmaticen ninguna alternativa. Como gremio quisiéramos contribuir a que la gente vote de forma informada sabiendo que ambas tienen ventajas y desventajas.

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– ¿Cómo cuáles?

– La ventaja de la opción Acepto, más que el resultado, está en el proceso en sí mismo, que tiene el valor simbólico de la participación ciudadana. Por otra parte, los miembros de una convención constituyente no sufrirían del pecado de legitimidad que tiene el Congreso actual.

El riesgo, como lo decía la columna de Financial Times que ustedes publicaron, es que si el proceso se vuelve muy extenso, esa incertidumbre tendrá un costo económico innegable. Por otra parte, las personas tienen una alta expectativa, y si en estos dos años que va a durar el proceso, no ven un debate razonable y voluntad de acuerdos, sino una discusión cada vez más polarizada, si la Convención Constituyente sesiona como muchas veces vemos hoy en la Cámara de Diputados, con pancartas, gritos y funas, esa expectativa ciudadana se va a frustrar.

– ¿Y en cuanto a la opción del Rechazo?

– Existe un Rechazo que se opone a cambiar la Constitución, que no es nuestra postura, porque creemos que no son los cambios graduales los que pueden profundizar la crisis sino el inmovilismo. Pero hay un segundo tipo de Rechazo que no quiere cambiar la Constitución porque no quiere partir de una hoja en blanco o porque quiere hacer un proceso más rápido llevando la discusión al Parlamento. Eso es algo que muchos chilenos quieren. La desventaja es que el Parlamento no goza de mucha legitimidad.

– ¿Qué papel puede jugar la Sofofa en este sentido?

– En primer lugar, legitimar ambas opciones, la de Acepto y la de Rechazo. Segundo poner en la discusión las ventajas y desventajas de ambas alternativas. Tercero, fomentar el debate sobre el proceso en sí mismo, para evitar la polarización. Vamos a estudiar la experiencia comparada de cómo se generan las condiciones para que este proceso se dé en un debate libre y reflexivo.

Lo que no podemos hacer es que esto sea una réplica del debate polarizado que estamos viendo hoy. Y cuarto, tratar de anticipar lo más posible el contenido. ¿Dónde están las convergencias y las divergencias? Porque quizás algunos temores que existen puedan resolverse si hay convergencias, y la tranquilidad sobre otros aspectos se puede amplificar si se ve que hay divergencias profundas. Si se impone la opción Acepto, es bueno que el proceso constituyente parta con ciertos debates ya dados, pero también es útil si gana la opción Rechazo, porque los partidarios de esa alternativa eventualmente también van a querer ingresar un proyecto de ley de reforma a la Constitución.

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Algunos dicen que hay que esperar a que los ciudadanos se expresen y luego poner los contenidos, pero yo creo que los ciudadanos merecen que el mundo político y todos los actores que participamos del debate público, pongamos los contenidos por delante y así se va a empezar a dilucidar qué es propio de una Constitución y qué es propio de una regulación o de una institución del Estado.

CONSTITUCIÓN MINIMALISTA

– ¿Si gana la opción Apruebo, qué tipo de Constitución espera? ¿Un texto largo que defina todo o uno corto que proporcione un marco general?

– La Constitución no puede ser un programa de gobierno, no debe consagrar un modelo de sociedad de izquierda o derecha. Debe ser un marco general que represente los grandes consensos, por lo tanto debe tender a una Constitución democrática minimalista, más que a una Constitución maximalista de mil páginas.

– Y en términos de contenidos específicos…

– Los temas que queremos anticipar en Sofofa son los relevantes para el llamado orden público económico, como por ejemplo la discusión sobre la iniciativa exclusiva del poder Ejecutivo en el gasto, o la discusión sobre la autonomía de ciertas instituciones del Estado, como el Banco Central. ¿Por qué no agregamos otras agencias que son relevantes para el ciclo económico y merecen ser más autónomas del ciclo político, como el Servicio de Evaluación Ambiental? No necesariamente tiene que ser con la misma autonomía que el Banco Central. Pero tiene que haber una discusión donde se establezca cierto equilibrio entre las designaciones políticas en instituciones que son parte del legítimo derecho de un gobierno de gobernar y agencias que deben ser más independientes del ciclo político.

Otro punto fundamental cuando se habla de un catálogo de derechos es quién va a decidir cómo se cumplen. ¿Los Tribunales de Justicia o el Congreso, a través de leyes? Los países donde esto se judicializa, donde es un tribunal el que define qué derechos están garantizados han visto una explosión del gasto público. Esas discusiones hay que darlas y anticiparlas.

– ¿Le preocupa que si la nueva Constitución termina como un compendio que consagre una infinidad de derechos pueda convertirse en un obstáculo para el funcionamiento de las empresas?

– Si uno hace un análisis comparado, aquellas Constituciones que han tendido a ser profusas y maximalistas, de miles de páginas, finalmente han generado un impacto negativo, no solamente en la economía sino en la sociedad. Aquellas Constituciones que son un marco general que establecen ciertos arreglos que básicamente hacen tangible el pacto social son las que han hecho que los países progresen y se desarrollen.

– ¿Se debe preservar el rol subsidiario del Estado?

– El principio de subsidiaridad hacia las organizaciones intermedias es fundamental, en el sentido de que tiene que respetarse su derecho de existir y permanecer. La sociedad organizada es muy fuerte y el Estado debe respetar la diversidad de la sociedad civil. Pero igualmente importante es que el Estado no discrimine. El Estado hoy participa de la actividad privada, y debe hacerlo exactamente con las mismas reglas del juego que con las cuales participa un privado que compite con una empresa estatal como Codelco o Enap. Son dos discusiones relevantes.

– ¿Hay que partir de una «hoja en blanco» o rescatar lo bueno que ya existe?

– El concepto de hoja en blanco está bien, porque se quiere que todas las posturas sean expresadas. Pero es una definición técnica, simbólica. En ninguna parte del mundo las Constituciones parten completamente de cero. Lo primero que se va a hacer es recorrer la historia constitucional de Chile y la experiencia internacional. Si la Comisión Constituyente se toma la idea de la hoja en blanco muy literal no sería positivo.

– ¿Usted ya tiene tomada una posición o todavía está reflexionando?

– No, no tengo tomada una posición y aunque la tuviera no creo que sería pertinente que la revelara.

APOYO A ASOCIADOS

– ¿Cómo se está preparando personalmente? ¿Con quién se está asesorando?

– Hemos hablado con muchos abogados constitucionalistas, como Fernando Atria, Javier Couso, Jorge Correa Sutil, Sebastián Soto, Arturo Fermandois y José Francisco García para tener una impresión de los expertos. Y ahora en el Comité de Políticas Públicas que preside Catalina Mertz el tema constitucional va a ser uno de los centrales de nuestra agenda. Por supuesto que vamos a tener asesorías, vamos a incorporar consejeros que son abogados expertos en la materia. Pero esto no es solo una discusión de abogados y de expertos.

– ¿Y cómo está apoyando la Sofofa a sus asociados?

– Hay muchos gremios regionales que nos han pedido que los ayudemos a conocer la Constitución, la experiencia comparada, el concepto de educación cívica. Vamos a apoyar a toda nuestra red de gremios regionales, sectoriales, empresas y trabajadores. Ya tuvimos 70 conversatorios donde participaron 500 mil personas. Hay un gran deseo de conocer más de la Constitución y todo eso lo vamos a hacer.

«NADIE PUEDE DEBILITAR LA CPC»

Como un hombre de perfil «mateo» se define Bernardo Larraín Matte, quien comenzó desde hace un tiempo a socializar con diversos actores empresariales una propuesta -informal por el momento- para reestructurar a la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC). Un debate que a poco más de un mes de los comicios de la organización está generando ruido en el mundo gremial.

La propuesta del titular de la Sofofa es, en cierto modo, disruptiva. Propone que la CPC sea una entidad abierta y articuladora, con una dirección ejecutiva y un directorio -compuesto por los presidentes de los seis gremios socios-, cuya presidencia rotaría anualmente.

«No hay premura en esto, no tiene que estar zanjado el 12 de marzo y no es incompatible con ninguna estructura y con ningún presidente de la CPC. Prefiero plantear los temas de frente, sobre todo cuando no tengo ningún interés, porque dije que no soy candidato a la CPC», aprovecha de aclarar.

Y si bien su nombre sonó en algún momento como posible candidato, lo descarta. No lo es ahora y no lo será después. «Mi vocación pública va a estar 100% en Sofofa, hasta mayo de 2021», acota.

-Sofofa fue el gremio que tras el diagnóstico de Virtus comenzó a desarrollar una propuesta de reestructuración…

-Para ser bien franco y transparente con la conversación, yo elaboré esa idea para intercambiar ideas con mis pares. Las ideas las plasmé en un papel porque soy mateo y no me gusta en el fondo improvisar.

Cree que los tiempos actuales están para mostrar la diversidad de los mundos empresariales y no para instituciones centralizadas con vocería única. «Hablo de una plataforma abierta y articuladora de muchas voces empresariales, que tenga una dirección ejecutiva moderna. Sería un momento espectacular para que esa dirección ejecutiva o esa presidencia ejecutiva fuera, por ejemplo, ocupada por una mujer profesional, capaz, joven o por un emprendedor joven», comenta.

Para ese rol, Larraín sueña con el perfil de una persona que por un lado no se atemorice con el debate, tenga claridad sobre ciertos conceptos orientadores, y que al mismo tiempo combine eso con empatía, con el Chile actual, con la persona que está debatiendo con ella y no se atrinchere.

-¿Por qué se plantea este modelo?

-En el fondo, la lógica de la institución centralizada era muy propia de los ’90, donde estaban la Central Unitaria de Trabajadores, la CPC y conversaban entre ellos. Hoy el mundo empresarial es mucho más diverso. Es natural que las ramas estén en los liderazgos empresariales, pero veamos esto como una cosa sistémica, la CPC y las ramas son parte de un solo sistema y tienen que ser sinérgicos, complementarios.

Acá nadie pretende debilitar a la CPC. Al revés, yo creo que la CPC se fortalecería con un modelo como este y eso es lo que estamos planteando.

-¿Y la presidencia rotativa?

-Es una alternativa de muchas. Tampoco es la piedra filosofal del planteamiento. El concepto fundamental es una plataforma abierta que visibilice un coro de voces empresariales con una dirección ejecutiva o presidencia ejecutiva que articula y en ese rol, uno puede perfectamente atraer un perfil profesional de verdad, full time. Atraer perfiles profesionales jóvenes que están hoy día activos en el debate público, que tienen quilla conceptual pero al mismo tiempo tienen empatía.

-Hay gremios que son reacios a la idea. El lunes la Sociedad Nacional de Agricultura la rechazó.

-No sé qué rechazó, porque la verdad es que no había una propuesta oficial, esto fue un intercambio de ideas en un papelito.

Ahora, no es central en la discusión si la presidencia es rotativa o si la lidera una sola persona, esto perfectamente podría diseñarlo y enfrentarlo un presidente electo de la CPC el día 12 de marzo.

-¿Cómo está socializando la idea? pueden haber más gremios en contra

-No dramatizo. No hay por qué avanzar mañana en esto. El deber de la CPC es seguir con esa conversación, porque la misma CPC inició el proceso hace un año. Tenemos que seguir y concluirlo.

-Hay sectores que plantean que esta estructura traería más conflictos…

-Si consideramos que generararía más conflicto, bueno, optemos por otra estructura.

En esta orgánica de plataforma abierta se articulan las capacidades de las distintas ramas, para qué duplicar capacidades. En el fondo la idea es que la CPC recurra a las capacidades de las iniciativas de las ramas.

La CChC hizo una iniciativa espectacular, que fue el ‘Conversemos’. Yo hablé con Patricio Donoso y le dije ‘oye que buena tu iniciativa, te la puedo copiar exacta’ y así hicimos el Diálogo Sofofa, que reunió a 70 empresas con sus trabajadores. Eso es lo lógico. La CPC tiene que estar articulando, si una rama toma una iniciativa tiene que sumarse a ese esfuerzo y viceversa.

No es un debate cerrado…

-Así es, puede seguir tres meses más, no hay premura, no tiene que estar zanjado esto el 12 de marzo, y no es incompatible con ninguna estructura y con ningún presidente de la CPC. Prefiero plantear los temas de frente, sobre todo cuando no tengo ningún interés, porque dije que no soy candidato.

No digo que la CPC no lo haya hecho bien en los últimos dos años, lo ha hecho bien en el pasado, pero las instituciones deben cambiar.

-Dijo que no es candidato para la presidencia de la CPC ¿eso es definitivo?

-Así es. 100% definitivo.

-¿Aunque se lo propongan?

-No puedo, porque soy presidente de Sofofa hasta mayo de 2021. Feliz colaboro en estructurar esta CPC que estoy planteando, con quien sea el presidente de la CPC.

Acá insisto, la lógica rotativa no es central en el proyecto, pero puede ser perfectamente legítima. Si tú le das protagonismo a la presidencia ejecutiva, y que el rol del comité ejecutivo que es una especie de directorio, sea más bien articulador y nos vayamos rotando la presidencia, ese planteamiento no lo veo dramático, pero no es central en la propuesta. Esto puede perfectamente convivir con un presidente que elijamos en marzo.

-Juan Claro fue presidente de la Sofofa y la CPC al mismo tiempo…

-Si, pero tengo que ser coherente con el concepto de coro de voces empresariales. Se requieren más voces y no menos voces.

Además, cuando hay doble militancia siempre está la presunción de qué pasa con el protagonismo de la rama de la cual es el presidente. Creo que no es bueno ni para la rama ni para la CPC.

-Consejeros de Sofofa han asegurado que en algún momento analizó la opción ¿es así?

-Nadie me lo ha dicho. Lo de la doble militancia nunca lo pensé. Colaborar en un proyecto CPC que permita hacer esta modernización, sí. Mi vocación pública va a estar 100% en Sofofa, hasta mayo de 2021.

-¿Qué temas van a priorizar como gremio los próximos dos años?

-Nos vamos a meter en la Constitución, la modernización del Estado y en mejorar la cancha de lo público, en lo que también hemos sido sistemáticos y majaderos. Cómo mejoramos el proceso a través del cual se formulan nuestras leyes, nuestros reglamentos. Tenemos que generar instancias antes de que ingresen al Parlamento los proyectos, participativas donde las empresas puedan participar con transparencia, opinar y que se escuche a la sociedad civil, en forma normada. Eso es parte de la agenda político institucional.

Por otra parte, tenemos el pacto económico social, donde hay materias como la reforma tributaria. También está la agenda laboral, que finalmente se va a tocar poco y tenemos que ponerla sobre la mesa con fuerza, porque creo que es de las agendas más relevantes; hay que adaptarse a la economía del siglo XXI y conectar el desafío de productividad, adaptabilidad y flexibilidad de las empresas con la calidad de las personas trabajadoras.

-Es parte del grupo de actores sociales que propone crear un consejo de desarrollo económico social, que busca ser un aporte en este contexto de crisis. Sin embargo, es inevitable no relacionarlo con el polémico caso de CMPC…

-Todos están llamados a ser parte de la solución. Cuando digo que siento dolor y pido perdón, lo hago en mi condición de integrante de un grupo, que se siente orgulloso y que siente que CMPC es una empresa emblemática de ese grupo, y porque fui director de esa empresa.

Podría haberme distanciado del tema, decir que estuve en Colbún, que mis responsabilidades fueron otras, porque nunca nadie, ninguna institución, ningún tribunal, nadie ha mencionado mi nombre en el caso. Entonces, hoy todos los chilenos merecen ser escrutados por sus actos, no por estar conectado con, ni «por ser parte de».

-¿Cree que el fallo de la Corte Suprema impacte en la figura de la delación compensada?

-La Suprema interpretó distinto lo que había sido un fallo unánime del Tribunal de Defensa de Libre Competencia, muy bien, hay que respetar 100%el fallo y surgió un debate técnico interesante si es que esto debilita o no la delación compensada. Yo no soy técnico, pero me parece interesante el debate. (DF)

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