La UDI envió una señal a La Moneda, porque las menciones de Pablo Longueira e Iván Moreira como supuestos destinatarios finales de las platas de Caval irritaron al partido. El ex senador se apersonó a declarar ante el fiscal Luis Toledo que investiga todas las querellas ligadas al caso Caval para declarar sin haber sido llamado ni incluido en el proceso. Lo más llamativo, sin embargo, es el abogado que decidió contratar Longueira en este capítulo: Alejandro Espinoza no es un profesional que haya defendido antes a los miembros de la UDI.
Fue el abogado que representó al abogado, comentarista y socio de la radio Bío Bío, Tomás Mosciatti, en la querella por injurias que presentó en su contra Sebastián Dávalos en abril de 2013. A partir del reportaje de Qué Pasa “Los negocios de Dávalos Bachelet”, Mosciatti calificó como “muy poco razonables” y “al menos sospechosos” los vínculos comerciales y asesorías que el hijo de Michelle Bachelet prestaba a empresas de China, debido a su pasado trabajo como asistente de la Unidad Asia de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería.
En la audiencia de conciliación, celebrada en junio de 2013, Mosciatti se negó a ofrecer disculpas debido a que, según el abogado Espinoza, la opinión formulada al aire fue en uso de su libertad de expresión y ejercicio del periodismo. Dávalos optó por no perseverar -”queremos creer que no hubo ánimo de injuriar, sino de libre expresión si bien seguimos convencidos que los dichos provocaron descrédito y deshonra para mi cliente”, sostuvo Enzo Coppa, defensor de Dávalos- ante lo cual la jueza del Octavo Juzgado de Garantía sobreseyó la causa.
Algunos ven en la designación de Espinoza una señal de que la UDI puede manejar antecedentes que no han salido a la luz pública sobre Caval y sus socios Mauricio Valero y Natalia Compagnon.
