Mientras el historiador Joaquín Fermandois, presidente de la Academia Chilena de la Historia y del Instituto de Chile, profesor de la UC y de la USS, cree que el proyecto constituyente puede derivar en una dictadura legal, para el constitucionalista Javier Couso, 2/3 para una carta redactada en dictadura es distinto que para una hecha en democracia.
-La Comisión de Normas Transitorias de la Convención aprobó el quórum de dos tercios para reformas a la próxima constitución hasta 2026. ¿Es una medida adecuada?
-En primer lugar, lo que más me llama la atención es que, como en otros aspectos, estamos volviendo a la idea de Pinochet: que nadie les quite el poder más adelante, y para eso ponen dos tercios. Después de hablar durante décadas de los cerrojos de la constitución de Pinochet, hacen lo mismo. Permítame un alcance: sabemos que la carta de 1980 no es exactamente la constitución de Pinochet, pues la parte de Pinochet era básicamente la sección de transición, cortada o hecha a medida para él; y el resto era una propuesta de sectores del régimen militar para crear una estabilidad posterior.
-Pero no era democrática.
-Había un núcleo de la parte del articulado permanente que era perfectamente compatible con cualquier constitución de las democracias que ha habido en el siglo XX y XXI. Eso es así. Habían otros elementos que no eran democráticos. Pero esos fueron siendo eliminados de la constitución hasta el año 2005.
-Y también funcionaba con los dos tercios para reformas. ¿Era una norma restrictiva?
-Bueno, la constitución solo se podía cambiar por los dos tercios, y con los miembros permanentes del Congreso. Si alguien faltaba, no había quórum. Era un seguro. Mire, yo creo que esos elementos conservadores los tienen las grandes constituciones del mundo. O bien la gente, como en Inglaterra, opera como si existiera ese candado. Eso es verdad.
-¿Le sorprende que sea una propuesta surgida desde la izquierda en la Comisión de Normas Transitorias?
-No me extraña que lo pidan, pero lo interesante es que después de querer reprobar los dos tercios, los quieren imponer.
-¿Cómo observa el proyecto constitucional que va emergiendo?
-Los convencionales dicen que no hemos leído el texto final pero ya sabemos bastante hacia dónde va, y no puede cambiar demasiado tampoco. Es una constitución cuya característica, como va emergiendo, lo que produce es un proyecto político que se va a ir constituyendo, permanentemente. Eso lo hemos visto mucho en el curso de la política moderna. Entonces, no es algo extraño. La Convención intenta, a través del quórum de los dos tercios hasta 2026, que no haya cambios. Creo que a la larga esto termina en una manipulación. Esto lo hemos visto muchas veces en muchos países latinoamericanos.
-¿Cómo cuáles?
-En Venezuela, que es el caso más clásico. En Nicaragua. Y en Bolivia parcialmente. El golpe en Bolivia empezó por Evo, que desconoció su propia constitución al postularse por tercera o cuarta vez. Estaba prohibido, pero lo hizo igual. Y él tenía los dos tercios del congreso.
-¿Usted está de acuerdo en que es necesaria una nueva constitución?
-Hay que tener una nueva idea constitucional en Chile, yo también estoy de acuerdo con eso. Pero estos dos tercios son una forma de asegurar que no haya reformas constitucionales, por la alta probabilidad que el Apruebo sea ganador. Eso es lo que yo veo. Es una forma de asegurar ese proyecto de constitución que va a ser una especie de parlamentarismo permanente o una revolución permanente (como planteaba Trotsky).
-¿Cuál es el objetivo de los dos tercios?
-Quieren fijar todo ahora, que el triunfo sea un triunfo radical y permanente. Eso es lo que sale, lo que emerge, lo que uno puede olfatear. De eso va.
-¿Y el preámbulo, que establece el estallido social y a la juventud como pivotes del cambio, es pertinente?
-Los artículos tienen un contenido de un proyecto político.
-¿Cuál sería?
-Es una especie de constitución bolivariana, como la democracia permanente de la que hablaba antes, pero eso al final termina cayendo en las manos de alguien. Y no de un espíritu en estado de derecho. No hay ningún caso en que no sea así. Salvo excepciones que se volvieron más conservadoras, en que hay transacciones, en fin. También puede ser. Pero no es el espíritu de lo que está sucediendo. Y el problema es que no podemos vivir en estos cambios permanentes.
-¿Estos dos tercios abren la puerta hacia un proyecto autoritario?
-Uno sospecha que va en ese sentido.
-¿Considera que es una norma antidemocrática?
-Por lo que le he dicho, creo que está claro. La estructura de la constitución como está emergiendo, es una constitución que va a complicar al país. Las constituciones no sacan adelante a un país, ese es un mito latinoamericano.
-¿No son soluciones a crisis sociales?
-Esta va a ser la constitución número 253 de la historia latinoamericana. Creo que eso debería decir mucho. Entonces, esta democracia permanente basada en una constitución que le da el poder fuerte a una cámara; dominando esa cámara con leyes semi democráticas puede crearse una especie de dictadura legal.
-Usted va a votar rechazo, claramente.
-Tal como van las cosas sí. Pero el principio de crear o tener un nuevo orden constitucional debe continuar. No puede durar eternamente, continuará un año más, algo así, hay diversas propuestas en torno a eso. Pero el Apruebo puede ganar, yo soy realista en eso. Es más fácil hacer propaganda por el Apruebo que por el Rechazo. El Rechazo es más complicado decirlo.
-¿Rescata algo de esta propuesta?
-No, porque la otra constitución de 1980, tal como quedó el 2005, puede que le hayan faltado algunas cosas, pero no era una mala constitución. Tenía el problema del origen, eso la afectaba mucho. Pero no es mala.
CONSTITUCIONALISTA JAVIER COUSO
El abogado constitucionalista y académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales (UDP), Javier Couso, abordó lo aprobado el jueves por la Comisión de Normas Transitorias de la Convención Constitucional, relativo al quórum de dos tercios del actual Congreso para modificar la nueva Carta Magna.
“Las normas de Reforma a la Constitución establecidas en esta Constitución entrarán en vigencia el 11 de marzo de 2026. Durante la presente legislatura, los proyectos de reforma constitucional serán aprobados con el voto favorable de las dos terceras partes de los diputados y diputadas y senadores en ejercicio“, indica la propuesta aprobada.
Frente a la propuesta, Couso indicó que «es distinto se haya dejado un amarre por la única dictadura objetivamente criminal de nuestra historia, que haya dejado 2/3, a que lo instale una Convención elegida democráticamente».
«Yo entiendo que alguien partidario de la dictadura le resulte irrelevante la distinción, pero para un demócrata debería ser relevante», manifestó el abogado.
«Lamentablemente hemos visto muchos democratas decir ‘esto es lo mismo que hizo Jaime Guzmán’. No, Jaime Guzmán hizo algo muy distinto. Gracias al apoyo de la dictadura criminal pudo imponer fraudulantemente una Constitución», agregó.
«No estoy justificando los 2/3, estoy nada más diciendo que parece relevante cuando uno lo discute tener las cosas analíticamente claras», complementó.
Sobre la materia, el abogado expresó que «para Chile, un quórum de 4/7 a 3/5, en ese vecindario, parece razonable para las normas más importantes de la Constitución. Y para las menos, un quórum como el que teníamos en las Constitución del 25, esto es, mayoría absoluta de diputados y senadores en ejercicio, parece algo atendible».
FERNANDO ATRIA, EL GESTOR
“Cuando se discutía el acuerdo del 15 de noviembre, la derecha creyó que con la regla de los dos tercios se aseguraba ‘un tercio de bloqueo’. Después les cayó la teja de que dos tercios desde una hoja en blanco tenían un sentido político contrario a los dos tercios para la reforma constitucional”.
Ese fue el primero de un hilo de diez tweets que el convencional del Frente Amplio por el distrito 10, Fernando Atria, publicó ayer en sus redes sociales. Uno de los referentes intelectuales del movimiento estudiantil del que surgió el sector político del Presidente Gabriel Boric, de quien fue su profesor, éste incluso reconoció haber tenido conversaciones con el abogado para que fuera el candidato presidencial del Frente Amplio, antes de que terminara siendo él.
Los mensajes levantaron una ola de críticas, especialmente desde el PR, el PS y el PPD (Socialismo Democrático), en contra del convencional y de la propuesta de los colectivos de izquierda de la Convención Constitucional. La iniciativa en cuestión, que ayer fue aprobada por la comisión de Normas Transitorias, busca que el actual Congreso pueda reformar la nueva Constitución solo con un quórum de 2/3 de los parlamentarios en ejercicio -el más alto para un trámite constitucional- en lugar de la mayoría simple.
“Las normas de reforma a la Constitución establecidas en esta Constitución entrarán en vigencia el 11 de marzo de 2026. Durante la presente legislatura, los proyectos de reforma constitucional serán aprobados con el voto favorable de las dos terceras partes de los diputados y diputadas y senadores en ejercicio”, dice la propuesta que generó controversia.
Atria -abogado, académico de Derecho Constitucional en la Universidad de Chile, exmilitante PS y hoy ligado al Frente Amplio- argumentó que los “quórum calificados protegen el status quo al dificultar su cambio. Dos tercios para la reforma constitucional protegían la Constitución de Pinochet; dos tercios desde una hoja en blanco protegían la ausencia de decisión, dando a todos el mismo poder de veto para decidir. Ahora se da vuelta todo de nuevo, y los mismos que defendieron los dos tercios para reformar la Constitución y después también los dos tercios desde una hoja en blanco se quejan de una regla transitoria que dificulta por tres años la reforma constitucional, diciendo que es una trampa, un cerrojo”.
El convencional agregó: “Yo siempre dije que los dos tercios para la reforma constitucional son un cerrojo, los dos tercios desde una hoja en blanco no eran un problema, pero tenían, eso sí, un riesgo: con la idea de que ‘las cosas se deshacen como se hacen’, los dos tercios desde una hoja en blanco harían difícil evitar una regla de dos tercios para reformar constitucionales en la nueva Constitución. Afortunadamente esto último no fue así, y la regla permanente de reforma será quórum calificado o cuando más cuatro séptimos, y en algunos casos plebiscito”.
En todo caso, vale aclarar que la propuesta no tiene piso al interior de la Convención, debido a que colectivos firmantes del acuerdo de indicaciones como los socialistas e Independientes No Neutrales advierten que ellos son partidarios de rechazar este quórum en el pleno. De ser así, tanto ellos como el FA estarían forzados a renegociar un nuevo quórum.
Tras las críticas que arreciaron ayer en su contra, esta mañana en entrevista con Radio Infinita, el convencional Atria aseveró que no tiene fijada la decisión de su voto con respecto al quórum. También planteó la idea de introducir un quórum de 4/7 en Armonización para reformar la Constitución.
“Por cierto esta tendrá que verse en definitiva. Hay muchas cosas que se han propuesto en materias de normas transitorias que todavía no son decisiones incluidas en la nueva Constitución”, sostuvo el convencional del FA.
Las reacciones al tweet de Atria no se hicieron esperar. Políticos, académicos y ciudadanos manifestaron su malestar ante la publicación de Twitter, y remarcaron algunas contradicciones que identificaron en su discurso. Varias de ellas provinieron del radicalismo, el PPD y el PS, partidos que hoy conforman el Socialismo Democrático, una de las coaliciones de apoyo al gobierno junto al Frente Amplio, conglomerado al que pertenece el abogado.
Incluso, el miércoles, un día antes de que Atria hiciera su defensa pública, el presidente del Senado, Álvaro Elizalde (PS), ya había dicho que “rigidizar el nuevo texto constitucional es una mala idea porque perjudica la opción del Apruebo. La nueva Constitución debe establecer mecanismos razonables de reforma para su permanente perfeccionamiento conforme a las demandas ciudadanas”.
No obstante, tras los comentarios del convencional frenteamplista, las reacciones críticas se multiplicaron.
El expresidente del Partido Radical, Carlos Maldonado, escribió: “(Atria es) uno de los responsables de que proceso constituyente pueda fracasar. Con soberbia y autoritarismo, olvidan que trabajo de la Convención es proponer un texto capaz de concitar (ojalá amplia) mayoría ciudadana. Ahora, dos tercios para proteger el texto de instituciones ‘desleales’. En vez de unir, dividen”.
El senador Ricardo Lagos Weber (PPD) bromeó diciendo “Dónde se hace el PCR para definir cuáles instituciones son leales…?”.
El convencional Felipe Harboe, ex-PPD y miembro del Colectivo del Apruebo (ex-Concertación), dijo que “el candado de Atria termina con el ‘apruebo para reformar’ al darle derecho a veto a una minoría. Lo mismo que criticamos ayer, algunos lo hacen hoy. Si la minoría no quiere, no hay”.
“Espero que en el pleno rechacen el ‘candado autoritario’ de los dos tercios. Esto no tiene que ver con izquierdas y derechas, sino entre demócratas y autoritarios encubiertos y maquillados”, añadió el exsenador Harboe.
Y también desde el mundo PPD, los disparos llegaron de parte de Carolina Tohá, exministra. “Es una mala idea porque todo este proceso constituyente es hijo de una pelea larguísima por evitar los súper quórums y lo primero que hace la Convención es plantarle un súper quórum al Congreso para que no pueda tocarse el texto”, dijo en Tele13 Radio.
Atria incluso fue comparado con el difunto senador Jaime Guzmán, uno de los redactores de la Constitución del 80, debido a que él también se opuso a que la Constitución fuera modificada, particularmente durante su período de implementación. Por ejemplo, el exsenador y exministro Ignacio Walker (DC) dijo en respuesta a Atria que la “Comisión de la Convención sube quórum para reformar la Constitución establecido por Pinochet y Jaime Guzmán de tres quintos (regla general) a dos tercios acusando al Parlamento de no ‘tener lealtad con ella’”.
También el exministro Osvaldo Andrade (PS) manifestó sus reparos en esa línea, en entrevista con Ex-Ante. “Estas cuestiones que han surgido a última hora me preocupan. Que los senadores duren 4 en vez de 8 no es tan importante. Pero sí me preocupa lo de los dos tercios: esta idea de algunos de instalar un cerrojo, el mismo cerrojo que intentó instalar (Jaime) Guzmán”, dijo.
“Que hoy se esté usando el mismo argumento por parte de convencionales que hasta hace un tiempo atrás eran los detractores más furibundos del concepto de los dos tercios, me parece de una desconsideración y de una hipocresía notable”, agregó.
Desde la derecha, como es de esperar, también arreciaron las críticas. El también convencional UDI Pablo Toloza (Un Chile Unido) argumentó: “Quórum de dos tercios es puro ideologismo, esto es un candado a la democracia. Increíble que Fernando Atria, promotor durante toda su vida de los quórum bajos, ahora cambia de opinión. Cero consecuencia”.
“¿Recuerdan la ‘democracia protegida’? Hoy sus más duros críticos nos presentan la ‘Constitución protegida’. Conscientes de que llevaron el texto a su extremo, hoy buscan blindarlo. No sé si lo sabe Fernando Atria, pero el Congreso se eligió hace seis meses, en pleno proceso constituyente”, respondió el excandidato presidencial, Mario Desbordes (RN).
Al interior del Frente Amplio, existen distintas posiciones con respecto a este quórum. Por una parte, los cercanos a Atria lo defienden. Por ejemplo, la convencional María José Oyarzún (FA) sostiene que este quórum permite cerrar procesos por mayorías, a través de grandes acuerdos, por lo que ve con buenos ojos que se mantengan por un período de dos años y que, luego, se las reformas se rijan por el quórum permanente que determine la nueva Constitución.
Por su parte, Jorge Baradit (FA) considera que “la nueva Constitución es un texto joven al que hay que darle la oportunidad de desplegarse antes de verse sometido a la cirugía o la carnicería a la que la quieren someter algunos. No es apropiado que un Congreso no electo bajo estas novísimas reglas, tenga la autoridad para intervenirla desde el mismo 5 de septiembre, además”.
En esta misma línea, en entrevista con La Tercera la convencional Constanza Schonhaut sostuvo: “Nosotros éramos de la idea de mantener los criterios de reforma de la Constitución actual (…). En la conversación finalmente se llegó a esta propuesta de los dos tercios. Lo fundamental es que entendamos que no podemos seguir en un proceso constituyente permanente, porque la ciudadanía necesita soluciones ahora”.
Sin embargo, en línea con las recientes declaraciones de Atria, Schonhaut agregó: “Si efectivamente en el pleno no están los dos tercios para aprobarlo, bueno, habrá que volver a conversar el quórum. Yo no soy una fiel defensora de un quórum en específico, sino más bien fiel defensora de acuerdos que permitan avanzar en la dirección correcta”.(Ex Ante-El Mostrador-La Tercera)