Los planes de Paula Narváez tras derrota electoral: descarta política interna

Los planes de Paula Narváez tras derrota electoral: descarta política interna

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En los últimos días Paula Narváez ha dicho varias veces que no. Tras ser ampliamente derrotada por Yasna Provoste en la consulta ciudadana de la centroizquierda el pasado 21 de agosto, no fueron pocos los dirigentes que la llamaron para ofrecerle seguir ocupando un espacio en la primera línea política. Sin embargo, su respuesta ha sido siempre la misma: que no le interesa.

Habían pasado solo horas de su fracaso, cuando el propio presidente del PS, Álvaro Elizalde, y otros dirigentes como Camilo Escalona e Isabel Allende la llamaron para ofrecerle competir por la senatorial metropolitana. Una opción que ella ya había desechado y que había surgido semanas antes cuando su candidatura pasaba por sus momentos más complejos.

Quienes han conversado con Narváez aseguran que, pese al sacrificio personal y profesional que significó para la exministra dejar su cargo en ONU Mujeres para asumir una candidatura presidencial que no buscó -y que impulsaron mujeres y militantes de base PS-, sus objetivos para lo que viene estarían muy alejados de asumir algún cargo en el Congreso.

Tampoco estaría disponible, según ha transmitido, para ser promovida como una carta que compita por la presidencia del PS, la que Elizalde debería dejar en mayo próximo. Esa alternativa se la plantearon los mismos sectores que levantaron su opción presidencial para evitar que el senador por El Maule siga teniendo el control del partido, sobre todo, luego de que surgiera como alternativa la opción de que sea el senador (impedido de ir a la reelección) Juan Pablo Letelier quien lo suceda en el cargo.

Tanto la exministra como quienes la respaldaron -entre ellos la disidencia del PS- quedaron “dolidos” con el propio Elizalde y su directiva. A ellos atribuyen que el partido tomó una actitud de “brazos caídos” para desplegar su opción.

Quienes han podido hablar con la exabanderada aseguran que quedó convencida de que el timonel de su partido nunca estuvo realmente comprometido con la campaña. “Su candidata era Provoste”, afirman en el círculo de la exministra.

Los partidarios de Narváez también toman distancia de la mesa directiva del PS por el resultado de la plantilla parlamentaria. Acusan que se perjudicó a las figuras que se mantuvieron leales a la exvocera como es el caso de Manuel Monsalve, quien quedó fuera de la plantilla o a los diputados de Nuevo Trato Pablo Vidal y Natalia Castillo, a quienes no los priorizaron y, de hecho, les pusieron competencias que podrían complicar su opciones.

DISTANCIA DE PROVOSTE

De quien también quedó distanciada la exabanderada -y así lo ha demostrado públicamente- fue de la ahora candidata unitaria del Nuevo Pacto Social. Para nadie es un secreto en la centroizquierda que la relación Provoste-Narváez quedó fuertemente tensionada tras los enfrentamientos que ambas tuvieron durante la campaña previo a la consulta que la senadora por Atacama resistió desde un inicio y por la que, por el contrario, la exministra se inmoló.

De hecho, en el círculo de Narváez afirman que, a diferencia de lo que ocurrió con Carlos Maldonado (PR), quien quedó tercero en la contienda, Provoste ni siquiera la ha contactado para pedirle que se sume a alguno de sus equipos.

Otra figura con la que la psicóloga habría quedado dolida es el actual coordinador del programa de Provoste, Marcelo Mena. El exministro de Medio Ambiente fue de los primeros en salir a decir que Narváez debía declinar su opción para respaldar a quien se alzaba como más competitiva en las encuestas. En el entorno de Narváez no le perdonan que tras liderar el programa de Heraldo Muñoz, quien declinó su candidatura por la socialista, Mena haya terminado siendo el mandamás del comando de la democratacristiana.

Pero más allá de las heridas que deja toda carrera a La Moneda, para Narváez, dicen en su círculo, la prioridad ahora es pasar tiempo con sus hijas y su marido, Javier Rico, e ir paso a paso rearmando la vida que dejó antes de asumir el desafío presidencial. En ese tránsito, aseguran en su entorno, no descarta volver a dejar el país por motivos laborales. Ese es un tema que debe resolver pronto pues la campaña de nueve meses la obligó a incurrir en deudas.

Uno de los mayores reclamos de los partidarios de Narváez a la directiva socialista es que no apoyaron la candidatura con los recursos necesarios. La acusación, sin embargo, ha sido refutada por Elizalde y su mesa, desde donde han dicho que el partido hizo todo lo que podía por su candidatura. (La Tercera)

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