La polinización es, sin duda, un proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas, donde las abejas juegan un rol protagónico en la producción y reproducción de diversos cultivos y numerosas plantas silvestres.
Son agentes indispensables para conservar la biodiversidad, y día a día deben enfrentar agentes externos que afectan su hábitat, tales como la aplicación indebida de agroquímicos, los incendios forestales e incluso efectos derivados del cambio climático. Todos estos factores se convierten en verdaderas amenazas para las colonias de abejas en todo el mundo.
Para crear conciencia de dicha problemática, la Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró al 20 de mayo como el Día Mundial de las Abejas, fecha que coincide con el aniversario del nacimiento de Anton Janša quien, en el siglo XVIII, fue pionero de la apicultura moderna en Eslovenia. El experto elogiaba lo eficiente que son las abejas y la poca supervisión que necesitan de su trabajo.
Pero, ¿cuál es la importancia que tienen las abejas para la humanidad? Lo cierto es que los seres humanos dependemos de su supervivencia, pues alimentos como frutas y verduras dependen del trabajo de polinizadores como las abejas.
“Los polinizadores son indispensables en los cultivos de interés agronómico. En países como Chile, donde la actividad agrícola es tan importante en términos económicos, las abejas son utilizadas de forma estratégica para llevar a cabo una polinización efectiva, comenta Enrique Mejías, Doctor en Ciencias de la Agricultura, investigador y director general de Abeille Consultores (www.abeilleconsultores.cl).
Mejías agrega que “cultivos de interés comercial como paltos, cerezos y almendros, entre otros, depende de la actividad polinizadora de las abejas de miel. Además, ellas favorecen la preservación de especies nativas en nuestro país tales como el quillay y el ulmo. Las abejas actúan como poderosos monitores de la calidad ambiental, a través de los productos que ellas elaboran como la miel, que es un eficaz bioindicador”.
Según la ONU, la mayoría de las 25.000 a 30.000 especies de abejas (Hymenoptera: Apidae) son polinizadoras eficaces y, junto con las polillas, las moscas, las avispas, los escarabajos y las mariposas, constituyen la mayoría de las especies polinizadoras. En esta cifra se incluyen diversas especies de abejas nativas que cumplen un rol fundamental en la preservación del bosque nativo
En Chile existen más de 4 mil apicultores registrados, quienes manejan casi 800 mil colmenas, según datos entregados por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) dependiente del Ministerio de Agricultura. Por tal motivo, existe una preocupación permanente para preservar la actividad apícola nacional mediante actividades coordinadas por diversas agrupaciones gremiales de apicultores que desarrollan en conjunto con instituciones gubernamentales.
La ONU recomienda que los agricultores deben crear un buen hábitat para las abejas, para así asegurar la polinización. Esto incluye reservar algunas zonas como hábitat natural, crear barreras vegetales., reducir o modificar el uso de pesticidas, respetar los lugares de anidación y sembrar atractivos de cultivo alrededor del campo, entre otras medidas. (La Nación)