Entre cuestionamientos del mundo parlamentario, este jueves el Ministerio de Relaciones Exteriores explicó por qué, pese a que fue llamado a consulta el 29 de julio de este año, el embajador de Chile destinado a Venezuela, Jaime Gazmuri (PS), sigue recibiendo el alto salario que usaba para vivir en Caracas, del orden de 21.135 dólares. Esto equivale a un poco más de $ 20 millones.
El exsenador socialista debió salir de forma obligada por esas fechas de Caracas, por orden del régimen de Nicolás Maduro. Esto, como forma de manifestar la molestia por la postura adoptada por el gobierno del Presidente Gabriel Boric -y otras administraciones de América Latina-, donde no se reconoció el supuesto triunfo del político chavista.
Desde ese momento, pese a que ya no está en Venezuela, Gazmuri ha mantenido su rol como embajador, en base al decreto 147 de la Cancillería, que dispone “para los funcionarios llamados al país, el derecho irrenunciable a pasajes y a un viático en moneda nacional. Además, establece que continuarán percibiendo la remuneración que corresponda a su cargo”. En base a esa misma ordenanza también justifican los viáticos recibidos por el diplomático.
“En el caso específico del sr. Jaime Gazmuri, él sigue siendo embajador de Chile ante Venezuela, solo que fue llamado al país ya que ese es el marco administrativo del que disponemos para estos casos, con el que podemos mantener su estatus y el de las relaciones con Venezuela”, agregan en su respuesta desde la cartera, sobre la posición en la que está el diplomático que, el 3 de agosto, fue recibido en La Moneda por el Jefe de Estado y el ministro Alberto van Klaveren.
En ese sentido, Gazmuri ha sostenido contacto con la oposición venezolana, que encabezó en las últimas elecciones presidenciales Edmundo González, respaldado por María Corina Machado. Además, también “mantiene algunos canales de comunicación con el gobierno de ese país”.
El diplomático chileno, de hecho, cooperó en la organización del encuentro que sostuvo el canciller con el miembro del equipo técnico electoral del comando opositor, Gustavo Silva, el pasado 22 de noviembre.
“El embajador Gazmuri continúa trabajando y coordinando a los funcionarios consulares que están representando a nuestro país en Venezuela, asegurando la atención a nuestros connacionales que se encuentran allá”, añadieron también en el Minrel, sobre las tareas que continúa desempeñando el socialista.
Por otro lado, en la agenda de cuatro meses que ha tenido Gazmuri en Santiago también se consideran algunos encuentros políticos, como el que sostuvo cuando retornó a Chile con la mesa directiva del Partido Socialista.
La decisión de mantener a Gazmuri pasa por definiciones políticas del Presidente, quien ya ha debido manejar casos de embajadores llamados a consulta bajo su administración, como ocurrió con Jorge Carvajal. Este último, tras casi un año fuera de Jerusalén, Israel, fue redestinado a Países Bajos.
En el caso de Gazmuri aún queda un punto de inflexión a la hora de ratificar alguna decisión, fechado el próximo 10 de enero, cuando se produzca la toma del mando para un nuevo periodo gubernamental en Venezuela. En esa línea, Edmundo González ha manifestado su disposición para asistir a Caracas en esas fechas, pese a las pretensiones de Nicolás Maduro.
CRÍTICAS PARLAMENTARIAS
Uno de los primeros en reaccionar en el Congreso fue el diputado Christian Moreira, quien calificó de “absurdo” que Gazmuri siga recibiendo su sueldo, lo que se dio cuenta en El Líbero.
Aunque el parlamentario que integra la comisión de RR.EE. es consciente de que sigue vigente el decreto que permite el pago de la remuneración, argumentó que “por la crisis económica que afecta al país, hago un llamado para que desde Cancillería se revise si este alto salario aplica o no, considerando que no se justifica, ni siquiera, el pago de un viático si no está en el país en cuestión”.
La diputada Catalina Del Real (Ind. -republicana), en tanto, aseguró que se debe aclarar por qué Gazmuri sigue recibiendo la totalidad de su sueldo “si evidentemente ya sus funciones no son las mismas por el retiro del personal diplomático de Venezuela tras el triunfo de Nicolás Maduro”.
Junto con ello, la parlamentaria afirmó que se debe clarificar “cuáles son las actividades que realiza y por qué no se ha hecho un ajuste en su sueldo y sus viáticos, para que se adapten a las actuales tareas que realiza y considerando que se encuentra viviendo en Chile”.
La jefa del comité del Partido Social Cristiano e independientes, Francesca Muñoz, calificó de “incomprensible” el sueldo del embajador, pues, a juicio de la diputada, “puede continuar en el cargo con sus funciones, pero ahora lo está ejerciendo desde acá, lo que es totalmente distinto a estar presencial en aquel país”.
Por lo mismo, agregó Muñoz, “es de sentido común ajustarlo (el sueldo) a la realidad y además de adaptarlo a la situación económica que estamos enfrentando como país”.
Sin embargo, desde el oficialismo se cuadraron con que siga vigente dicha remuneración. El diputado Tomás de Rementería aseguró que el embajador “sigue cumpliendo sus funciones no estando en Venezuela, sigue trabajando, entonces no me parece que haya una discusión sobre si se le sigue pagando o no”.
Raúl Soto (PPD), en tanto, agregó que si bien no ve ninguna irregularidad, “de todas formas sería bueno que el ministerio aclare su condición actual para evitar dudas y cuestionamientos”.
