El viernes a las 11 am unos 500 estudiantes chilenos, organizados por la Confech, marchan por la Alameda y repiten consignas como “desde el río hasta el mar”. Las mismas pancartas que se han visto en EEUU, Alemania y Francia, entre otros países, ahora son parte del paisaje santiaguino. Quieren llegar a La Moneda para entregarle una carta a Boric, pidiendo romper convenios de universidades chilenas con universidades israelíes y también con el gobierno de Netanyahu, pero una nutrida presencia de Carabineros los hace dudar.
-¿Por qué gritas “desde el río hasta el mar”?
-No, no sé. Es solo un dicho- contesta un joven que marcha. “No tengo idea qué significa”, agrega.
Cerca del cerro Santa Lucía, dos muchachos y tres muchachas llevan bandoleras fucsias que les tapan el rostro. Levantan un cartel que dice: “A desechar las ilusiones reformistas: a construir corriente estudiantil y clasista”. No alcanzan a poner la pancarta cuando la marcha los supera y vuelven a correr para alcanzarlos.
-¿De qué organización participas?
-Antes fui Primera Línea- dice una joven- Pero no te digo nada más.
La respuesta del embajador. El representante de Israel en Chile, Gil Artzyeli, reconoce que está preocupado por las protestas pero cree que son menores.
Respecto de esta idea de los estudiantes de la Universidad de Chile de romper convenios con universidades como la Hebrea de Jerusalén, la Ben Gurion, la de Tel Aviv, responde: “He estado esta semana recibiendo solicitudes de cooperación de cuatro universidades en Chile y es muy importante. No quiero referir sus nombres. Las relaciones entre Israel y Chile son muy fuertes en todos los ámbitos, incluido el académico y científico, de innovación y tecnología, y militar”.
-¿Usted ha hablado con el presidente Boric?
-No. En Chile nuestro punto de contacto es la Cancillería, no el Presidente Boric. El diálogo está con la Cancillería de Chile. Y eso estamos haciendo, no con el Presidente.
-¿Y ha sido positiva la comunicación?
-No tenemos que estar de acuerdo en todos los puntos, pero sí compartimos valores. Somos dos democracias, dos países que avalan los derechos humanos. A veces tenemos interpretaciones diferentes de algunas cosas, pero repito que los fundamentos son muy sólidos.
Pancartas frentes al Palacio. Mientras tanto, en la Alameda, casi al llegar a La Moneda, la marcha sigue. Un carabinero dice que hay unos 300 o 500 protestantes. Comenta: “Hasta ahora ha sido pacífico, pero si se acercan al Palacio de Gobierno tendremos que intervenir”. Una carabinera disiente: “Tengo entendido que es una marcha permitida, y que van a llegar a la Plaza Constitución”. Lo cierto es que la movilización es dispersada por Carabineros, pero unos cuatro estudiantes al parecer alcanzan a dejar su petitorio en la oficina de partes de La Moneda.
El profesor de la Universidad de Chile y cientista político Robert Funk explica que romper con los convenios de universidades israelíes a los únicos que perjudica es a los chilenos. “La Universidad de Chile tiene convenios con universidades en China, en Rusia, en Irán, en Cuba. Nadie alega por eso. Al final los que pagan el precio son los estudiantes y los académicos de Chile que dejan de tener acceso a esa investigación. Porque son universidades absolutamente a nivel mundial. Particularmente la Universidad Hebrea de Jerusalén. También la Ben Gurion y la de Tel Aviv. Tienen premios Nobel cuyos estudios han producido tecnología de punta. De hecho, en Chile aplicamos tecnología israelí en agricultura, comunicaciones”.
-¿Cómo has visto la reacción de la rectora de la U. de Chile, Rosa Devés?
-Han habido contradicciones. La primera declaración fue muy buena, después sacó otra declaración en la que rechaza romper relaciones con las universidades israelíes, que me parece razonable. Lo más cuestionable que hace la rectora es hablar de una causa palestina cuando no queda claro de qué causa está hablando. ¿La de Hamas?
Funk cree que es un movimiento aún minoritario. “Son grupos relativamente pequeños, que meten mucho ruido. Con esta presión, las universidades chilenas pierden más que las universidades israelíes. La ciencia que se hace en Israel es muy relevante. Impedir que tengamos acceso a eso es absurdo. Israel no necesita conocer lo que está haciendo un sociólogo en la Facultad de Ciencias Sociales en Chile, no le interesa”.
La carta para Boric. La protesta avanza hacia la Plaza Constitución, pero es desperdigada por carabineros. Un policía dice que lograron dejar la carta para el Presidente. Un adulto, envuelto en una bufanda palestina, parece liderar una sección grande de estudiantes, con gritos contra los judíos. “Mi nombre es Rafael Riadi, soy coordinador nacional de la Asociación de Entidades Palestinas de Chile”, explica.
-¿Por qué dices: “Desde el río hasta el mar?
-Muchos judíos están apoyando la causa. Israel es un Estado que está incentivando una superioridad racial, algo que fue denunciado incluso por Einstein. Pedimos que haya desde el río hasta el mar igualdad de derechos, que no haya nadie por sobre la ley.
Explica: “Nosotros pretendemos llegar hasta La Moneda, cerca de la Plaza de la Constitución para pedirle al Gobierno formalmente que corte relación con Israel. Porque el Código Penal dice que cuando existe una persona que es testigo de un crimen, pero a la vez lo está refugiando, es cómplice”.
-¿Cómo evalúas el rol de la rectora?
-Lamentamos profundamente sus declaraciones. Los futuros profesionales chilenos van a tener una moral torcida.
De pronto una joven encapuchada exige airadamente que salgan los periodistas. “No pertenecen a la marcha”. (Ex Ante)