Marta Lagos: «Piñera es de derecha porque Aylwin no lo dejó entrar...

Marta Lagos: «Piñera es de derecha porque Aylwin no lo dejó entrar a la DC»

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Marta Lagos, directora del centro de estudios Mori, piensa rápido y se expresa rápido, más aun cuando le toca hablar del momento político que vive el país, que claramente no es bueno.
En su oficina de Providencia recibió a Cambio21, lugar donde dijo sin filtro que las encuestas en Chile son tratadas con una “gratuidad arrogante” de parte de las elites partidistas.
Piñera, Guillier, Goic, Sánchez y un electorado aburrido de que los políticos les tomen el pelo. De eso y otras hierbas trató la conversación.
LOS VOTOS SON DE LAS PERSONAS
– Resta poco más de un mes para las elecciones y no hay ambiente de campaña, no hay expectación y pareciera que da lo mismo quien gane. ¿Por qué nos está pasando esto?
– A ver, lo que pasa es que es una vergüenza que la clase política tenga que esperar un estudio del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) para decir que hay desigualdad. Eso marca un punto, como también que en este país se niega a la realidad. Eso le pasa a la política. Se metió en una realidad artificial propia donde creyó que hacer más de lo mismo estaba bien. Y siguen haciendo más de lo mismo. Entonces, esa negación de la verdad nos ha llevado hasta donde estamos. De hecho, en un programa de TVN un panelista decía que “esto es anómalo”. “¿Perdón? Anómalo respecto a qué”, le contesté. ¿Respecto a los cuatro gobiernos de la Concertación? Ese período fue absolutamente extraordinario que no se volverá a repetir nunca más. ¿Esa es la pauta con la que estamos midiendo la política? Estamos muy mal si esa es la pauta, porque vamos a ser nostálgicos de la Concertación las próximas diez generaciones. Entiendan que se acabó.
– ¿Quiénes son los que están haciendo lo mismo?
– Los partidos. Mira, tengo un artículo que escribí de cuando El Mercurio me publicaba cosas, cerca del ’96 y la elección parlamentaria del ’97, donde sostengo que los candidatos ocultan los símbolos de los partidos -que era la primera vez que sucedía- y tratan de proyectarse más allá de los partidos. Bueno, en el espacio de 20 años destruyeron a los partidos. Hoy día no hay partidos. El 72% de la gente vota por personas y no por partidos. ¡Y los partidos siguen haciendo como si existieran! Emile Durkheim dice que las instituciones pueden estar muertas durante mucho tiempo antes que la gente reconozca su ausencia. O sea, llegamos a un punto de inflexión donde los partidos dejaron de existir.
– No me diga que estamos en una democracia sin partidos.
– Así es. Michelle Bachelet ha gobernado sin partidos. Ella no ha sido jefa de la coalición (Nueva Mayoría). Es una conglomerado instrumental que es inexistente como coalición. ¿Hubo alguna mesa de coalición? ¿Dirigentes de esa coalición? ¿Programa? No lo creo. Entonces, estos señores que se dicen ser jefes de los partidos, que en el pasado tuvieron mucho poder, hoy día no lo tienen. Esa realidad de creer que basta con seguir haciendo más de lo mismo para que no se vea que pase nada es absurda, porque están sucediendo cosas. Dejaron de votar nueve millones de personas en las municipales. Qué más bruto, bestia, duro y fuerte que eso.
– ¿Y la ley que se hizo para crear partidos nuevos y reinscribir a los antiguos?
– Está bien. Hay una infinidad de partidos nuevos, pero cuántos votos van a sacar en el Parlamento, ¿el 3 o el 4%? ¿Qué vamos a hacer con quince partidos y con la atomización que eso va a significar? Los partidos viejos (PS-PPD-PDC-PC) van a sacar votos, pero la gente va a votar por personas. Después el partido viene y dice que suma a todas las personas que son del partido y ese es el voto. El problema es que si cambias a las personas cambia el porcentaje. El voto no es el del partido, es de la persona. Por eso que pasa lo de Ricardo Rincón (diputado DC que no fue confirmado como candidato a la reelección por un antiguo juicio de violencia intrafamiliar).
– ¿Cómo así?
– Por qué pasa lo de Rincón, porque él es el dueño de sus votos, no el PDC. Anda a preguntarle a los que están compitiendo en su distrito (Rengo y Rancagua). Ese es un ejemplo clarísimo de la inexistencia de los partidos. Cambian al candidato que ha ido cuatro veces y pasa lo que pasa. Solo hay excepciones como la Iván Moreira (UDI), que lo llevan de un lugar a otro donde nadie lo conocía (Los Lagos) y ganó. O Andrés Zaldívar, que se fue con sus setenta y tantos años a competir a Talca y ganó. Lo normal es la situación “rinconesca”, en el que un señor X es dueño de un territorio, que es una cosa media mafiosa, ¿o no?
SI LAGOS ERA CANDIDATO
– Ok. Estamos sin partidos y con un sistema político cojo. Resultado: aparecerá un caudillo.
– Rincón es un caudillo, porque hace exactamente lo contrario a lo que dice el partido, que vale naranja. Entonces, lo más probable es que la DC pierda al diputado que tiene en ese distrito. Es un ejemplo que se multiplica mil veces; la gente crea sus nichos, tiene su territorio y gente que vota regularmente. Existen redes clientelísticas que se sostienen unas a otras, y eso son los votos que hay. Por eso que la gente está en contra y la política está tan desacreditada. Los votantes que están fuera y que no son parte de las redes clientelísticas se dan cuenta de esto. Saben que un señor la da la pega a uno y va a contratar la empresa de otro y así vamos repartiendo. El Estado gasta una parte sustantiva del PIB (Producto Interno Bruto) a través de las municipalidades y las regiones. Es mucha plata. Raya para la suma: la política la hacen las personas y esas personas -es lamentable decirlo- no privilegian siempre el bien común. Solo a veces se privilegia. La percepción de la gente es que se gobierna para unos pocos, que son los que tienen el poder.
– ¿Qué es Piñera en este esquema?
– Piñera es un caudillo de todas maneras. O sea, la derecha no tendría ninguna posibilidad de tener un presidente si no fuera por él. Eso no se ha dicho. ¿Tú crees que un miembro de la UDI podría ser presidente? Él llegó a La Moneda porque venía de afuera, había votado por el No, viene de una familia DC e intentó entrar a la DC, pero no le resultó. Don Patricio (Aylwin) lo mandó a ser mayordomo y le dijo que no podía entrar por la ventana. Por eso se quedó en el centro. En términos políticos y de creencia Piñera está en el centro. El problema es que sus aliados no lo están. Entonces, él imagina un centro que no existe en la derecha. Así lo han corrido a la derecha y hoy está en la extrema derecha. Es un personaje anómalo dentro de lo que podría ser una coalición, donde termina poniendo las condiciones de esta segunda carrera. En la primera, la UDI con sus 44 diputados le puso la lista de shopping arriba de la mesa. Pero ahora la UDI ya no tiene 44 diputados.
– ¿Qué vendría a ser Guillier? También viene de afuera y no tiene partido.
– Guillier es heredero del voto duro de izquierda, que no es menor. Es notable que todavía exista tanto. Pero la izquierda se equivoca al poner ahí a una persona por la popularidad que tenía y no buscar a un político para que los represente. Claramente se ha demostrado que tiene un techo debido a eso y que no necesariamente tiene pasta para gobernar. Ese es otro punto a favor de Piñera. De todos los candidatos que están, cuáles tienen equipos, programa, pasta, apoyo y credibilidad de la elite… dime.
– Piñera.
– Piñera poh. ¿Qué hubiera pasado si el candidato era Ricardo Lagos? Creo que estaríamos en otra carrera, porque, de nuevo, como no existen los partidos son las personas las que existen. Y Lagos es una persona distinta de Guillier. No es necesario decir más.
– ¿Es cierto que la campaña se está yendo hacia los extremos? Guillier, Sánchez, ME-O, Navarro y Artés por un lado y Piñera y Kast por el otro. ¿Murió el centro que históricamente representaba la DC?
– ¡Nooo! Esas son afirmaciones sin evidencia. (Revisa hoja por hoja la encuesta Cerc-Mori publicada la semana pasada). Aquí está la distribución de los candidatos en la escala izquierda a derecha (de 1 a 10): tenemos a la Carolina Goic (DC) con el número 5, que es el centro político. Ella es el centro y los chilenos la identifican como tal. Mira dónde está Piñera, en el 9. Ya no está en el centro. Su problema es que se corrió a la derecha persiguiendo los votos de Kast y se le olvidó que en 2009 sacó 3 millones 500 mil votos, donde la mayor parte venía del centro político. Pero eso ya se fue volando (golpea la mesa). Y ojo que Sánchez está más a la izquierda que Guillier, que es otra complicación que tiene Guillier. Los votantes de Sánchez son gente mucho más de izquierda. Por eso existen y están ahí. Entonces, tratar de pegarlos con chicle no resulta.
– ¿Qué opina del “todos contra Piñera”? ¿Qué tipo de coalición se podría formar ahí?
– Creo que levantaría votos, pero también despertaría los 3,5 millones que sacó Piñera en 2009. La derecha tiene más votos. Si lo planteas en blanco o negro, esos votos se activan de nuevo. Hay que ver quién es capaz de activar más votos y en qué lado. Ese 53% que suman al sacar la cuenta entre todos los gallos que son de izquierda no existe hasta que suceda. Y si hacen un acuerdo de segunda vuelta no va a suceder. Por eso que hacer un pacto de segunda vuelta elimina la segunda vuelta (ríe).
– Entonces el consejo es esperar la segunda vuelta sin pactos.
– No va a haber segunda vuelta si hacen un acuerdo antes. La gente no irá a votar. El elector se salió del binominalismo y se terminó el zapato chino. Hay nuevos candidatos, se fue una parte de la izquierda y del centro de la Nueva Mayoría y resulta que llegan unos señores de esa coalición y dicen: “saben qué, ustedes pásenlo regio en la primera vuelta, pero en la segunda votan todos por mí”. O sea borrón y cuenta nueva. Ante esto el votante dice: “¿Y? ¿Usted cree que yo soy tonto y quiere que vaya a votar en la primera vuelta para que usted salga de nuevo cuando lo que yo quiero es que no salga?”. Acepten que el acertijo no tiene solución, a menos que a alguien le baje el espíritu santo en los próximos días y logre armar una gran coalición con nueva coordenadas distintas a la NM.
– Difícil.
– ¡Por eso que no sé en qué realidad vive esta gente!
 FETICHES TRIBALES
“A esta altura nosotros hacemos las encuestas por inercia. Hay una presión, una demanda, una tradición, números, etc. El tema es que a mí me parece arrogante de parte de la clase política no tener encuestas propias. La bastan las encuestas gratis de los centros de estudios y las empresas. Esto no existe en ninguna otra parte de Latinoamérica y de Europa o de los países anglosajones. Es una manera de entender y hacer política que no es la usual”.
“Los partidos Demócrata y Republicano de los Estados Unidos tienen grandes encuestadores. Richard Wirthlin es uno de los mejores. Trabajó con Ronald Reagan, cuyo éxito se debió en parte a su excelente colaboración. Pero acá se instaló la figura de que Roberto Méndez (Adimark) no puede ser amigo de Piñera. ¡Qué cosa más absurda! El encuestador de la CDU alemana es un democratacristiano, pero eso no quita que pueda predecir una elección”.
“Tenemos unos fetiches tribales instalados. Tenemos que sacar a las encuestas de la tribu y transformarlas en un instrumento moderno. La encuesta no es la persona. Aquí hay una simbiosis entre el número y la persona. Entonces, retiran a Méndez y todo el mundo lo despide, cuando es una persona amiga de la elite. Igual es raro despedir una encuesta. La Gallup se fue de las encuestas presidenciales hace cuatro años y hacen un comunicado de prensa diciendo que se retiran porque no tienen los instrumentos para poder predecir una elección. Ellos comenzaron con las encuestas y llevaban 50 años en esto”. (Por Luis Casanova-Cambio21)

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