Esta semana, la ex primera dama Cecilia Morel estrenó sus giras de campaña en solitario para apoyar la candidatura de su esposo, Sebastián Piñera. Y aunque revela que está preocupada por el tono que está adquiriendo la campaña y que no se imaginó otra vez apoyando una candidatura del ex presidente, hoy sus esfuerzos están concentrados en la conquista, una vez más, de La Moneda.
¿Cuánta gente espera que participe en las primarias?
Muchas personas creen que esto es un trámite innecesario y más todavía cuando ven las encuestas. Piensan que ¡ay, esto es carrera ganada! Pierden la motivación para ir a votar y eso puede generar altos grados de abstención. Eso me preocupa y llamo con fuerza a todas las personas que nos apoyan a que vayan a votar en las primarias del 2 de julio. Es tan importante como la elección de noviembre.
¿Qué le ha parecido el tono de esta campaña? El senador Manuel José Ossandón ha tenido duras críticas al ex Presidente Piñera…
Prefiero no hablar de los contrincantes de Sebastián. Ni de él, ni de Felipe Kast, ni de Guillier, ni de Beatriz Sánchez, porque hoy lo que más me importa es el tono general de la campaña y que se vuelva a crear un clima de respeto. Estamos perdiendo el respeto por las personas y por la verdad. Muchas veces se hacen afirmaciones categóricas sin ningún apego a la verdad, sin haberse dado el trabajo de estudiar e informarse. Es un imperativo ético tratar de recuperar la sana convivencia. Nos hemos polarizado, y como que ya nadie escucha a nadie, cada uno transmite un monólogo de lo que cree sin incorporar y sin recoger lo que puede valer la pena de las otras propuestas de quienes piensan distinto. Eso tiene que cambiar.
¿Le parece que el ex Presidente Piñera, por liderar las encuestas, es el principal foco de este clima?
Sucede en las campañas, aunque uno no quiera, que surgen descalificaciones, con unos pocos palitos por aquí, palos por allá, que se tiran. Tampoco hay que negar la naturaleza humana en competencia, nunca la vamos a evitar del todo. El límite es cuando se cae en descalificaciones personales, cuando se involucra sin fundamentos a las familias o cuando se habla sin base y sin la verdad.
¿Hay alguna crítica que le haya dolido?
Hay cosas indirectas. No me gustan las indirectas que hacen que la otra persona suponga que están hablando de ella. Creo que hay que ser más honesto, más directo, que se reconozca qué se está queriendo decir con una frase que a veces está encubriendo una agresión directa. Casi es para decir que se podría llegar al nivel de injurias si las dijeran directamente.
Es el tema del patrimonio, a eso se refiere…
Del patrimonio. Entiendo y creo que es muy necesaria la transparencia, y que es fundamental la separación entre política y negocios. Los fideicomisos son para eso, para evitar eventuales conflictos de interés. No es para cuantificar el patrimonio de la persona, aunque ya se sabe y eso va a estar en transparencia. Pero el fideicomiso es para evitar los conflictos de interés, y creo que ya se ha zanjado ese tema, que se ha ido más allá de la ley, que está absolutamente claro y que lo demás ya es simplemente majadería.
¿Por qué aceptó en esta ocasión incluirse en la declaración de patrimonio?
Siento que hay una mayor necesidad de transparencia y Sebastián también, lo conversamos, y lo encuentro lo más sensato y lo más transparente para que todas las personas sepan que estamos yendo más allá de la ley, y que nuestro espíritu es dar señales concretas y contundentes de transparencia.
Hablaba de majadería respecto del tema del patrimonio. ¿Cuándo comienza a ser majadero el tema?
No tiene sentido centrar en esto toda la discusión de esta campaña presidencial. Aquí se está jugando el futuro de Chile, no podemos seguir entrampados en este tema. Creo que está zanjado, que ya hay mala fe en seguir reiterando cosas que están comprobadamente claras y con cumplimientos más allá de la ley.
¿No le parece que cuando los estándares de transparencia han crecido la gente tenga legítimas dudas sobre este tema?
Entiendo la legítima y necesaria transparencia y claridad que se exige a quienes aspiran a dirigir un país, así como la curiosidad de las personas. Pero llamo a quienes opinan a informarse. A mí también me ha costado entender lo que es un fideicomiso, el manejo de inversiones y cómo funciona el mundo de las finanzas. No es fácil, y si alguien quiere dar una opinión pública tiene que informarse, cerciorar sus datos. No se puede caer en acusaciones falsas o hacer imputaciones que no son verdad.
¿Cómo le parece que el ex presidente haga lo que haga siempre va a ser criticado por este tema?
A los candidatos, especialmente a los que van más adelante en las encuestas, siempre los van a criticar, pero llama la atención que sea el único flanco que atacan de Sebastián, porque hasta el momento no han cuestionado sus propuestas.
¿Y no cree que si se critica ese aspecto es porque hay dudas razonables?
No sé si sean razonables después de todas las explicaciones que ha dado. Es normal que alguien quiera saber más. Lo que me preocupa es llegar a algo poco sano, que se genere una cierta morbosidad, que es como estar hurgueteando qué más podría haber, porque ya se cae en la mala fe. Cuando Sebastián gobernó separó tajantemente los negocios de la política y he sido testigo, la principal, de toda su trayectoria de trabajo y vocación pública.
¿Le molestó tener que ir a declarar por el tema de Exalmar y Dominga?
Más que ir a declarar o no ir a declarar, lo que me molesta es este verdadero festival de querellas y que se hacen sin ninguna base sólida y que se siga profundizando en algo que cada vez el mismo fiscal lo ha dicho dos veces, que no tenía por qué decirlo públicamente, que no ha encontrado ningún antecedente. Que fue el superintendente de valores de este gobierno, que también dijo que está todo dentro de la legalidad. Desde Impuestos Internos también dijeron que están todos los impuestos pagados, está todo perfectamente en orden. Entonces, seguir buscando no sé qué, es como mala fe también.
Esta es la tercera postulación del ex Presidente Piñera. Cuando él pensaba en definir esta candidatura, ¿el patrimonio y sus implicancias fueron tema al momento de tomar la decisión o no?
No solo el tema del patrimonio, sino que el clima de beligerancia, que sabíamos iba a ser una campaña más difícil que otras. Lo que más nos preocupaba era este clima en que siento que hoy se ve al adversario como un enemigo a eliminar. En ocasiones se ha perdido el respeto más básico entre las personas.
Y cuando pensaba que este clima podía ser complejo, ¿por qué se decide a apoyar una nueva postulación?
Creemos que vale la pena. Aquí hay una causa que es mayor. Hay un compromiso. Cuando uno ya fue presidente como Sebastián, o en el rol que a mí me tocó jugar, se crea un vínculo muy profundo con la ciudadanía, y ese vínculo implica que uno está siempre preocupado del destino de las personas y del país. Sabemos de las capacidades de los chilenos, conocemos el potencial que existe en este país, especialmente en sus personas. Es una causa que motiva, que vale la pena y que uno también siente el compromiso, y creo que Sebastián es eso lo que él siente, un compromiso mayor de aportar todo lo mejor de él para ayudar a generar de nuevo este clima y volver a confiar en nuestras capacidades y seguir dándoles oportunidades a todos los chilenos.
¿Cuándo se comenzó a hacer la idea de que iba a estar de nuevo en campaña y, si todo va bien para ustedes, a estar cuatro años más en La Moneda?
Me costó darme cuenta y aceptarlo. Tenía una negación del tema, porque honestamente nunca estuvo en nuestros planes. Cuando salimos de La Moneda fue ciclo cerrado, muy bien cerrado, contentos. Salimos con una muy buena aprobación, se valoraron los avances y nuestro plan era seguir nuestra vida, obviamente siempre interesados e involucrados en lo que iba sucediendo en nuestro país. Pero a medida que -por un lado- fue manifestándose la realidad del país y, por otro, ver las encuestas, fueron mostrando que había como una necesidad, un llamado, que uno no podía no escuchar. A fines del año pasado ya lo comencé a asumir más, con los ojos abiertos, y a principios de este año dijimos ya, vamos, y vamos con todo, con las mismas ganas, energía, fe, y con la misma esperanza que tenemos los chilenos en nuestro país y que tuvimos la vez pasada.
En la campaña anterior la familia se involucró muy activamente a todo nivel: los hijos, usted. Hoy no es así. ¿Cuáles son las razones?
Mis dos hijos eran solteros y hoy cada uno ya tiene familia, hijos, sus propios proyectos. Algo que siempre he valorado. Han sido siempre igual de trabajadores que Sebastián, tienen sentido del deber, se la juegan por sus causas, buscan nuevos desafíos, son creativos. Por lo tanto, ya tienen sus proyectos de vida armados y de forma independiente, aunque eso no significa que no estén jugados a mil y apoyando con todo a esta causa.
Señalaba que el rumbo del país había sido una de las razones por las que habían decidido respaldar una nueva candidatura. ¿Le ha sorprendido cómo fue este segundo gobierno de Bachelet?
Me sorprende, porque se crearon muchas expectativas. Había un discurso un poco omnipotente. Como que se quería cambiar el mundo y hacer todo de nuevo. Se crearon expectativas que claramente no se cumplieron. Siento que el gobierno de la Nueva Mayoría se preocupó más de los titulares que de los contenidos, que fue algo improvisado, algo que no todos los partidos estudiaron. Usted ve la diferencia que tienen entre los propios partidos de la Nueva Mayoría y que ha producido una frustración muy grande en las personas y eso es lo más triste. Hay que tener cuidado con crear expectativas que no se pueden cumplir, nosotros también hemos aprendido de eso. Una de las cosas que decimos es que no creemos expectativas desmedidas. Es bueno ponerse exigencias, pero digamos las cosas con seriedad y realismo.
Si el gobierno de la Presidenta Bachelet hubiese sido un buen gobierno, según las encuestas, ¿cree que Sebastián Piñera sería candidato?
No lo sé, como tampoco me imaginé que iba a ser candidato ahora, independientemente de cómo fue el gobierno o cómo haya sido. Algo sucedió que las personas valoraron, a lo mejor más tardíamente, la obra que él y su gobierno hicieron, que es algo que se echa de menos hoy día. No eran nuestros planes y no pensábamos que le iba a ir mal al gobierno ni era nuestro deseo tampoco. Esta situación es triste, nos afecta a todos y nos apena. No es algo que quisiéramos.
Uno de los actores que surgieron en este tiempo es el Frente Amplio. ¿Cuál es su opinión de ellos?
Valoro que surjan nuevos movimientos, pero creo que les falta madurez. Se han apropiado de un discurso muy teórico y creo que les falta más conocimiento de lo que implican el Estado, la gobernabilidad, los recursos. Se debe hacer el equilibrio entre todas las variables necesarias para gobernar. Además, uno espera que un movimiento nuevo tenga nuevas ideas. Por el contrario, les escucho ideas muy viejas y que por bonitas que parezcan, han llevado sistemáticamente a grandes y tristísimos fracasos en el mundo entero. Siento que para muchos el Frente Amplio se ha transformado en algo “cool”, en una moda, y la política es mucho más que eso.
¿Le parece que el adversario natural sigue siendo la Nueva Mayoría o este Frente Amplio que está irrumpiendo?
O Carolina Goic o Marco Enríquez-Ominami, vaya a saber uno quién es el que va a pasar a segunda vuelta. Sí veo que se está constituyendo en una fuerza, porque claro, crea ilusión, es un discurso muy bonito. Es querer todos los derechos, es querer que el Estado sea el papá que nos da todo sin los deberes que nosotros también tenemos que cumplir.
¿Quién cree que puede pasar a segunda vuelta: Guillier o Beatriz Sánchez?
Es que hace un mes le hubiera dicho, sin duda, Guillier. Hoy día, no estoy tan segura. La política es tan cambiante. Cuando dicen que en una semana, hay un dicho, puede cambiar todo, de verdad no quiero hacer pronósticos, porque no sé qué puede pasar en este tiempo.
¿Cree que hay alguna posibilidad de ganar en primera vuelta?
Lo veo difícil. Habrá muchos candidatos. Ojalá ese voto sea informado y con la conciencia de la importancia para el país. No da lo mismo quién gobierne, menos en el Chile de hoy.
En caso de ganar, ¿le parece que va a ser más difícil gobernar que el gobierno anterior?
Siempre es muy difícil gobernar. Y se requiere de capacidades, de conocimientos, de liderazgos y capacidades de decisión, de experiencia y tener el norte claro. Hay personas que reúnen más condiciones que otras y, humildemente, creo que hoy día entre las personas que están corriendo por una candidatura, no hay nadie tan preparado como Sebastián.
Pero no me contestó. ¿Cree que va a ser más difícil ahora?
Creo que va a ser más difícil por la situación en que está el país. Creo que va a ser difícil recuperar de nuevo el ritmo en que iba Chile.
En el mandato anterior usted eligió un nicho que fue Elige Vivir Sano. Ahora se va a abocar a lo que ha denominado “el envejecimiento positivo”. ¿Por qué optó por este tema?
Sigo manteniendo el interés por impulsar hábitos más saludables, de hecho, la fundación en que trabajo promueve una cultura de vida sana que, a su vez, está relacionada con el envejecimiento. El impacto de los malos hábitos tiene costos económicos, culturales, familiares, tiene sufrimientos humanos, porque vamos a vivir muchos años más. Estamos viviendo muchos años más, pero lo importante es ahora no vivir más, es cómo los vamos a vivir. Ahora me voy a focalizar en la tercera edad, que ya hay tercera y cuarta y ya vamos para la quinta. Por eso, la prevención es muy importante. Lo del envejecimiento positivo no es un término mío, es un término de la OMS, de las Naciones Unidas, implica también promover una cultura nueva. Queremos cambiar el paradigma que ya se había instalado de que las personas mayores sean vistas como una carga, que no sirven, que son enfermas, que son un ‘cacho’, por decirlo en chileno. Y queremos mostrar lo que de verdad son, sus capacidades, su aporte, y que queremos incluirlos en la sociedad, no segmentarlos.
¿Es partidaria de una reforma previsional?
Hay una decisión transversal de mejorar las pensiones. Todos estamos conscientes de que las pensiones son bajas, especialmente para ciertos grupos, los que son los que más a uno le importan desde el Estado, que son los grupos frágiles o vulnerables y, por lo tanto, a los que más tenemos que apoyar. Pero sí creemos que esa reforma tiene que ser hecha con seriedad, con realismo, con profesionalismo. No con los eslóganes.
¿Cuál es su opinión general del sistema de AFP?
No soy tan técnica como para opinar cuál es el mejor sistema. Me quedé con el tema del envejecimiento positivo por justamente no ser una entendida en el tema técnico, económico.
En términos valóricos, le parece que debe ir avanzándose, por ejemplo, en el tema de matrimonio igualitario, la adopción homoparental.
Esas son, por así decirlo, “evoluciones sociales” que tienen que venir desde la sociedad civil y luego, una vez que se den los hechos y que uno vea que hay una maduración de la sociedad, los gobiernos los tienen que ir acogiendo. Ahora uno tiene que ver el bien común, qué es lo mejor para el país y, sobre todo, cómo ser coherente con los principios y los valores. O sea, por ejemplo, el valor de la vida para nosotros es muy importante. El valor de la familia es muy importante. El cuidado de los niños. Hay que pensar en todo, en la figura materna, en la figura paterna, pero hay que ir viendo la evolución. Creo que hay que estar abiertos a estas discusiones. Son importantes que estén en el tapete, yo las acojo.
¿Qué le pasa cuando se le dice que Piñera se ha “derechizado” en este tiempo?
Decir que Sebastián se ha derechizado es desconocer quién es Sebastián Piñera. Lo conozco de toda una vida, sé cuáles son sus raíces humanistas cristianas. Creo que son caricaturas que se van formando. Ahora también puede ser la polarización que se está produciendo. Esos son esquemas que de verdad vamos a tener que ir rompiendo.
¿Le sorprendió lo que le pasó al ex Presidente Lagos?
Sí… me dio pena. Siento que es como que la Nueva Mayoría desconociera su pasado y lo rechazara. Y no se dio cuenta de que volvió a un pasado más retrógrado y a un pasado más fracasado. Y como que quiso renegar de lo que ha sido la época de mayor progreso en nuestro país gracias también a los consensos y al apoyo que tuvieron de los sectores de Chile Vamos, de la centroderecha que existe en este país. O sea, creo que fue un periodo de mucha madurez democrática.
La Tercera/Agencias