«Hace un año, California (Estados Unidos) eliminó todo uso de bolsas plásticas y hoy dicen ‘lo hicimos y el mundo no se acabó’. Ninguna de las amenazas que existían ocurrieron», afirma la ministra de Medio Ambiente, Marcela Cubillos.
Ella celebra el consenso transversal del proyecto chileno en el Senado, donde resta la votación de la sala para que pase a la Cámara de Diputados. Pero, en los últimos días ha recibido numerosas críticas de los industriales del plástico, que producen las 3.400 millones de bolsas anuales que se entregan en supermercados y el comercio del país.
Cubillos está convencida de que «hay que dar señales más duras y rápidas», porque se están generando las llamadas «islas de plástico» frente a las costas de Chile y Perú, con daños a las especies y ecosistemas marinos. Asegura que es una «causa ambiental ciudadana» que ya se refleja en 58 comunas.
«El daño de las bolsas plásticas es que terminan en cualquier parte, colgando de los árboles, en el agua, en las calles, no se degradan«, describe.
CONSEJO TRANSVERSAL
El Ejecutivo puso suma urgencia al proyecto y no tiene contemplado retirarla para reabrir el debate, como pide la industria, que acusa demasiado apuro en el tema. «¡Se ha discutido por diez años! Estas leyes están desde 2008 en el Congreso, los han escuchado en todas las discusiones parlamentarias y hoy día hay a nivel del Congreso un diagnóstico común. El proyecto fue aprobado por unanimidad en la comisión del Senado», remarca la secretaria de Estado. Destaca que se recogieron indicaciones de su antecesor, Marcelo Mena, y de mociones parlamentarias transversales.
Según explica, la iniciativa «establece la prohibición de entrega de bolsas plásticas en el comercio y también una transitoriedad en su aplicación». Habrá plazos que corren desde que la ley sea publicada en el Diario Oficial: para los grandes establecimientos, de seis meses; y para pequeños y medianos, de dos años. En el intertanto, dice, todos los comercios solo podrán entregar un máximo de dos bolsas, para ir educando a sus clientes y adaptándose.
NO A «BIODEGRADABLES»
La prohibición es para todas las bolsas, también para las llamadas «biodegradables», que la industria pide excluir.
Sin embargo, la ministra Cubillos precisa que, a diferencia de países europeos, «en Chile no hay una certificación oficial de biodegradabilidad; lo que hay son empresas que autodeclaran hoy sus bolsas como biodegradables. Y además, aun cuando fueran certificadas afuera como degradables, esa certificación se hace con determinadas condiciones que en Chile no existen».
Agrega que «cualquier bolsa que hoy día se llame biodegradable requiere un proceso industrial o de compostaje a nivel municipal que en Chile no existe, por lo tanto no se va a producir esa degradación bajo la cual se habrían podido certificar en el extranjero. Queríamos dar el paso y prohibirlas todas«.
El primer principio que se sigue, dice, de acuerdo a ley REP (de reciclaje y responsabilidad extendida del productor) es «la disminución de residuos«. Por eso no se trata de buscar sustitutos, pues «las bolsas plásticas son un residuo que perfectamente se puede eliminar».
Respecto de qué tipo de reconversión puede hacer una industria que mueve un mercado de US$ 60 millones anuales y que genera 2.500 empleos, la ministra señala que, como otros rubros, tendrán que adaptarse a nuevos requerimientos del mundo y ambientales. «Nosotros aspiramos como ministerio a que ojalá no todo tenga que hacerse por regulación o por leyes que lo prohíban», afirma.
EXCEPCIONES
Las bolsas negras, usadas para botar la basura domiciliaria, no quedan dentro de la prohibición.»Una bolsa de esas puede durar cuatro o cinco días y se usa para ser enviada al relleno sanitario. No es una bolsa que ande circulando de otra manera».
«Hemos recorrido comunas populares y la gente quiere dejar las bolsas. Muchos de ellos ya las han dejado, porque entienden que es una manera de aportar al medioambiente», señala.
«Si todas las bolsas terminaran en relleno sanitario en un 90% (como afirma la industria), no tendríamos ninguno de los problemas que hoy estamos viendo con estas islas de plástico, con el daño a la fauna», enfatiza la ministra.
Para la Secretaria de Estado, esta ley «es un primer paso y no pensamos que sea un paso suficiente». Por eso cree que sería positivo avanzar hacia un gran pacto con las empresas para que se pongan una meta en la reducción de plásticos y, en el caso de las botellas, recuperar la cultura del envase retornable.
En esta primera etapa, la medida va encaminada a una reducción de los residuos plásticos. No obstante, explica, «hay envases que se siguen permitiendo, la misma indicación lo establece, todo lo que son los plásticos que van en contacto directo con el alimento, por razones sanitarias, que se siguen dando en el supermercado. Las compras de carne, fiambres, pan o verduras siguen dándose en bolsas plásticas».
Ante críticas de organizaciones de consumidores que acusan que habrá que asumir el costo de comprar bolsas reutilizables en los supermercados, la ministra Cubillos responde: «Esta medida se pensó netamente como protección del medioambiente, no se pensó para perjudicar a la industria del plástico ni para favorecer a la industria de los supermercados. He visto que muchos supermercados se han comenzado a adaptar y por la compra de ciertos productos van a regalar las bolsas reutilizables». (El Mercurio)
