Hace menos de un mes, el 14 de enero, la ministra de Educación, Marcela Cubillos, presentó el proyecto de ley Admisión Justa, que busca cambiar el sistema de ingreso a los colegios que reciben subvención del Estado. Y desde ese día que el tema no ha dejado de estar en boga.
Las principales críticas fueron por dar la posibilidad a los colegios de excelencia de seleccionar hasta el 100% de sus alumnos por mérito académico, además de que se reincorporen las entrevistas entre padres y directivos.
Aprovechando el receso legislativo, desde ayer y hasta el 15 de febrero, Cubillos recorrerá 26 comunas de 11 regiones para reunirse con estudiantes y apoderados que han criticado el actual Sistema de Admisión Escolar (SAE). Y en algunos casos, defendería el proyecto que algunos diputados han amenazado con rechazar.
«Les toca a los apoderados ser escuchados por el Mineduc. Por años se ha escuchado más a técnicos y expertos, alejando a los padres de las escuelas», comenta la ministra.
Cubillos añade que «durante el gobierno anterior, la discusión de la ley que estableció un sistema de admisión escolar ciego al mérito y a la información de las familias, y contó siempre con amplio rechazo ciudadano».
La idea de esta gira es compartida por José Valdivieso, presidente de la Confederación Nacional de Colegios Particulares Subvencionados (Conapas): «El Gobierno debe trabajar directamente con las comunidades escolares y especialmente con padres y apoderados».
El directivo cuenta que en su organización registran problemas «en todas las regiones, por ejemplo, en Concepción o San Antonio».
Por el contrario, Dafne Concha, vocera de la Corporación de Padres y Apoderados por el Derecho a la Educación (Corpade), dice que la gira de Cubillos es «lamentable», porque «trata de imponer una visión que el país entero viene rechazando, que tiene que ver con exclusión y segregación en la educación».
PRIMERAS REUNIONES
El recorrido comenzó ayer en Copiapó, donde Cubillos se reunió con las mellizas Giuliana y Dafne Lutz. Ambas tuvieron promedio 7 en 8° básico y postularon a la Escuela Técnico Profesional (ETP). Las hermanas quedaron en el lugar 249 de la lista de espera.
«Desde 5° que nos estábamos preparando para llegar a la ETP. Sabemos que es la mejor opción para dar una buena PSU y llegar a la universidad. No podemos entender que a pesar de salir promedio 7 no quedamos. Es injusto, fueron años de sacrificio», dice Giuliana Lutz. (El Mercurio)