Un gran éxito para Chile ha sido el desarrollo de un sistema privado de ahorros para la jubilación, en el que las personas son dueñas de sus ahorros y donde el buen manejo de esos fondos ha resultado ser un pilar del crecimiento económico del país. Con más de US$ 170 mil millones en fondos de pensiones o el equivalente al 70% del PIB, las inversiones de las AFP han sido fundamentales para el desarrollo de Chile.
Gracias a nuestro sistema se han promovido nuevas inversiones, se ha fomentado el ahorro nacional y se ha contribuido a la creación de un mercado de capitales robusto. Este reconocimiento a la competitividad y dinamismo del sistema de pensiones también se puede constatar recientemente con el Índice Global de Pensiones Melbourne Mercer 2018, que situó a Chile en el octavo puesto, superando a Nueva Zelandia y Suiza.
La propuesta de ley impulsada por el Gobierno para reformar y perfeccionar el sistema de pensiones chileno es un paso relevante para robustecerlo y complementarlo de manera de mejorar las pensiones de las personas más necesitadas. Estamos ante planteamientos que son claves y que contribuyen a perfilar un Chile más moderno y más en sintonía con los desafíos en torno a una ciudadanía que ha aumentado su expectativa de vida, una tercera edad que poco a poco se ha incorporado al mercado laboral, y la búsqueda legítima de un mayor bienestar. El aporte que realizará el Estado al Pilar Solidario, la creación de bonos para la clase media y las mujeres, y el aumento gradual de la cotización obligatoria en 4% son medidas que beneficiarán a todos, en especial a aquellas personas más vulnerables. Sin embargo, tenemos que seguir incorporando nuevas mejoras, adelantándonos a los desafíos del mañana.
El 14% de cotización obligatoria nos parece insuficiente y debiese ser más cercano a las cifras de los países de la OCDE, que promedian 19,6%. Para poder llegar a esta cifra, tenemos que aplicar cambios, pero teniendo cuidado de no impactar negativamente en el mercado laboral. Una acción concreta es promover el ahorro voluntario, el que en ocasiones no siempre es posible. Sin embargo, es esencial que comprendamos la relevancia de esta medida, para la cual es importante gestionar mejores incentivos y la creación de políticas públicas orientadas a la educación de la sociedad sobre el sistema de pensiones, desde el inicio de la vida laboral. Incluso, este desafío también involucra a los trabajadores independientes que no emiten boletas de honorarios, a la vez que todavía quedan por resolver preguntas y respuestas en torno a ellos. Además, el retraso en la jubilación es crucial para mejorar las pensiones, y la propuesta del Gobierno de incentivar la postergación de esta etapa va en el sentido correcto.
Otra acción en la que también se puede profundizar es bajar las barreras de entrada para promover aún más la competencia, y al mismo tiempo, asegurando que se cumpla el principio de igualdad de condiciones para todos sus actores, siendo uno de los principales los inversionistas extranjeros, quienes en su mayoría provienen de Estados Unidos. Estos inversionistas han traído las mejores prácticas en materia de transparencia, probidad y compliance . Lo anterior ha dado como resultado una responsable gestión de los fondos de todos los chilenos, fortaleciendo el sistema y asegurando un ejemplar «stewardship» de los fondos de los chilenos que ahorran para su vejez, trayendo una amplia gama de alternativas de inversión que diversifican y protegen las inversiones para que estén disponibles en el momento de su jubilación.
La discusión en torno al sistema de pensiones chileno tiene que continuar junto con nuevos actores y con el convencimiento de que algún día alcanzaremos el mencionado estándar de los países de la OCDE. También en este análisis es relevante promover nuevos espacios de cooperación educativa público-privada, lo que sin duda podría beneficiar a los afiliados, además de ayudarlos en decisiones vinculadas con el ahorro. El próximo paso está en generar debate y propuestas junto con promover el trabajo en conjunto, para evitar el clima de insatisfacción ciudadana. A ello se suma un diálogo con foco en la competitividad, es decir, valorar aspectos positivos de un sistema de pensiones para el cual tenemos que seguir identificando oportunidades de mejora reales, concretas y equilibradas. (El Mercurio)
Guillermo Carey
Presidente Cámara Chileno Norteamericana de Comercio (AmCham Chile)