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Muere César Pelli, arquitecto de la Torre Costanera Center y las Torres Petronas en Malasia

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Considerado un gigante de la arquitectura argentina, aunque radicado hace décadas en EEUU, el también autor del World Financial Center en Nueva York, falleció a los 92 años.

El argentino César Pelli ya era un gigante de la arquitectura mundial cuando a inicios de esta década se hizo cargo en Chile del diseño de lo que sería la Gran Torre Santiago, el proyecto encargado por Horst Paulmann, que hoy se conoce popularmente como el rascacielos del Costanera Center. Sin embargo, el edificio que es hasta hoy el más alto de Sudamérica no estuvo lejos de la polémica, sobre todo en cuanto a la legalidad de los permisos y al impacto visual que significaría con respecto a los edificios circundantes. Sin embargo cuando en 2012, Pelli visitó Santiago en marco de un seminario, se encargó de despejar toda duda de su compromiso con el proyecto. “Es más grande que todo lo que estoy haciendo en China. Creo que en Latinoamérica puede haber pocos edificios de esta escala. Estoy encantado por cómo está quedando. Queríamos una torre elegante, esbelta. Por eso tenemos las entrantes en las esquinas, el quiebre en la fachada. Su verticalidad, esa sensación de ascensión, es muy importante para mí”, dijo en una entrevista a La Tercera sobre la torre de 300 metros de altura que estuvo operativa por completo en 2014..

El arquitecto que consagró su carrera internacional en 1997 con la construcción de las Torres Petronas en Kuala Lumpur, Malasya, falleció a los 92 años. Era sin duda, el arquitecto más importante de argentina, aunque desde hace décadas fijara su estudio en Estados Unidos.

Nacido en la provincia de Tucumán en 1926, donde se formó en la Universidad de Tucumán, fue justamente el gobernador de la ciudad Juan Manzur, quien, a través de Twitter confirmó el deceso del arquitecto.  “La trayectoria mundial de Pelli ha sido un orgullo no solo para los tucumanos sino también para todos los argentinos. Un hijo de esta tierra que trascendió por la calidad y monumentalidad de sus obras y por su enorme capacidad de trabajo”, dijo Manzur.

Graduado en 1948, a los 28 años Pelli obtuvo una beca para capacitarse en la Universidad de Illinois, en los EEUU. Tras una importante carrera académica, llegó a ser decano de la Universidad de Yale.  Vivió en New Haven, Connecticut, y dirigió el estudio Pelli-Clarke-Pelli hasta que en 1977 fundó uno propio llamado César Pelli and Associates. En 1991 , el Instituto Americano de Arquitectos (AIA) lo nombró uno de los arquitectos vivos más influyentes recibiendo la la medalla de oro de la institución en 1995, dos años antes de que se levantara su obra clave en Malasia, que entre 1999 y 2003 fueran las torres más altas del mundo.

Pero las Petronas no fueron sus únicas obras emblemáticas. Pelli dejó su huella en todo el mundo, tanto en edificios originales como en reformas o ampliaciones de grandes obras. Entre ellas está el Museo Nacional de Arte (Osaka), la Torre Repsol YPF en Puerto Madero, el Pacific Design Center (Los Angeles), el Carnegie Hall Tower (Nueva York), el World Financial Center hoy llamado Brookfield Place(Nueva York), la terminal norte del Aeropuerto de Washington, Museo de Arte Moderno (Nueva York) y la torre Iberdrola, de Bilbao.

Su estilo arquitectónico se caracterizó por la utilización de líneas elegantes y sobrias, así como la forma en la que combina el cristal -siempre presente en sus edificios– junto a la piedra o el metal.

“La arquitectura hoy en día está pasando un período muy álgido, muy bueno, hay mucho trabajo y muy buenos arquitectos. Lo que no hay es coherencia y, para mí, lo que falta es respeto a la ciudad en la que construimos. Los edificios notables, únicos, con sello de cada arquitecto, se han hecho muy comunes y deseables, y estos no hacen bien a las ciudades, porque estas se convierten en una colección de cosas únicas y no en un total coherente. Las ciudades tradicionales tenían mucha coherencia, cada ciudad tenía su carácter y era muy importante que los edificios de la ciudad respetaran ese carácter. Hoy eso casi no existe y es una gran pena”, expresó César Pelli en una entrevista de 2015.

Reacciones en Chile

Si bien César Pelli fue el encargado de diseñar la Gran Torre Santiago, el arquitecto avecindado en EEUU tuvo una contraparte local que se encargó de llevar a la realidad el proyecto: la oficina Alemparte Barreda Wedeles Besançon Arquitectos Asociados.

Para Yves Besançon, uno de los arquitectos que trabajó con el argentino, éste se caracterizó por su gran generosidad. “Trabajar con él fue una gran escuela, me acogió en su oficina en varias oportunidades por nuestra asociación y siempre compartió conmigo todos sus conocimientos, sin egoísmos, sin esconder nada. Era un hombre sencillo, pero al mismo tiempo tuve la fortuna de conocer a uno de los grandes arquitectos del siglo XX. Su muerte me ha producido una gran pena”.

Pelli es considerado uno de los mayores expertos en la construcción de rascacielos del mundo, con varios ejemplos dentro de su trayectoria. Esta es justamente la faceta que destaca el arquitecto y académico de la UC, Sebastián Gray. “Pelli fue un escultor de torres y logró hacer de su carrera algo bien extraordinario: logro darle su sello particular a esta colección de rascacielos que funcionan por sí solas en cualquier lugar del mundo. Los rascacielos son estructuras bastante autónomas y apátridas y debo decir que en el caso de la Gran Torre Santiago me gusta en como idea en abstracto, pero no me gusta donde está ubicada ni cómo llega al suelo, claro que esto último no es responsabilidad de Pelli”, afirma el arquitecto.

Ante las críticas que pudiese recibir aún el proyecto de la Gran Torre Santiago, Yves Besançon lo defiende: “Creo que la crítica es muy localista, porque en otros lados la gente se enorgullece de tener un edificio así de singular, pero eso no sucede en Chile. Lo cierto es que la Torre Gran Santiago nos puso en las postales del mundo como un edificio iconico de la ciudad y de Sudamérica, por ser aún la torre más alta de la región sur y es sin duda uno de los edificios más visitados, el Costanera Center por 5 millones de personas al mes y el mirador de la torre por cerca de 80 mil”, concluye.

 

Agencias

 

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