El número de muertos en el terremoto de 7,8 grados que devastó el sábado Nepal ya llegó a los 5.057, mientras que los heridos son 10.915, mientras que el de desplazados internos se situó en más de 450.000 personas, según el más reciente recuento oficial del Centro Nacional de Operación de Emergencia del país asiático.
Las labores de rescate continúan dificultadas por las malas condiciones climatológicas y por las carencias del país asiático para responder a un desastre de tal magnitud, mientras se agota el tiempo para encontrar supervivientes entre los escombros.
Arjun Katoch, miembro del Equipo de las Naciones Unidas para la Evaluación y Coordinación en Casos de Desastre (Undac), advirtió que es poco factible que la gente pueda aguantar viva bajo los escombros durante más de 96 horas, plazo que se cumplió hoy.
El primer ministro del país, Sushil Koirala, reconoció que las operaciones de búsqueda, rescate y ayuda no han sido efectivas, debido al corte de las comunicaciones y la falta de preparación de los equipos, según informó el medio local Kantipur.
Organizaciones humanitarias como Cruz Roja, que trata de repartir paquetes de ayuda a 20.000 familias en Katmandú, también están encontrando bastantes dificultades, afirmó a la agencia EFE uno de sus oficiales, Rajendra Rokaha.
Miles de personas siguen en la calle, bien porque perdieron sus casas o por miedo a nuevos temblores y derrumbes.