Un nuevo paquete de 1.925 correos electrónicos enviados o recibidos por Hillary Clinton en su cuenta privada durante los primeros meses de su etapa como jefa de la diplomacia estadounidense, entre marzo y diciembre de 2009, fueron publicados en internet por el Departamento de Estado, por orden judicial. Aunque se eliminaron aquellos que contenían alguna información confidencial, entre las más de 3.000 páginas con mensajes figuran varios mails críticos con el desempeño del entonces secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, en la crisis política de Honduras que derivó en el golpe de Estado del 28 de junio de ese año contra el Presidente Manuel Zelaya, y que dio paso al nombramiento de Roberto Micheletti.
El 30 de mayo de 2009, un mes antes del golpe en Honduras, Clinton recibió un correo de una de sus colaboradoras en el Departamento de Estado, Huma Abedin. Allí ésta le informó de una conversación que sostuvo con el entonces subsecretario de Estado para Asuntos de América Latina, Thomas Shannon. “(El canciller brasileño, Celso) Amorim expresó su deseo de trabajar con usted para resolver este tema. Brasil reconoce que está siendo etiquetado como el “bloqueador” en el lenguaje democrático y quiere salir del camino. Eso explica el fuerte impulso de Amorim para pasar este tema de nuevo a Insulza. Tom le dijo al embajador brasileño que Insulza tiene un gran problema de credibilidad en nuestro Congreso, y que nosotros, Brasil, México y otros no pueden abandonar este asunto”, detalla el correo.
El mismo día del golpe, en otro correo, Abedin le escribe a Clinton para informarle de una actualización efectuada por Shannon sobre los acontecimientos en Honduras. “Estoy en la oficina y trabajando con nuestra embajada en Tegucigalpa. Aparentemente, la acción de esta mañana fue un esfuerzo coordinado por la Corte Suprema, el Congreso hondureño, y las Fuerzas Armadas para prevenir que el Presidente Zelaya celebre una elección no vinculante sobre una posible Asamblea Constituyente (…) En el proceso de hacer esto, los militares también detuvieron a Zelaya y supuestamente lo enviaron por avión a Costa Rica”, escribió Shannon. En el mismo mensaje afirma que el embajador de EE.UU. ante la OEA, Héctor Morales, ha estado en contacto con Insulza. “La participación de la OEA será clave para la resolución exitosa de este evento”, agrega.
Pero en un mensaje del 6 de julio, Shannon le informa a Abedin sobre el deseo del entonces Presidente colombiano, Alvaro Uribe, de hablar con Clinton sobre la crisis hondureña y de sus dudas sobre el rol de Insulza. “El (Uribe), como muchos otros líderes con un interés en América Central, está preocupado de que Honduras se esté deslizando hacia la confrontación y la violencia. El probablemente no cree que Insulza esté a la altura de la tarea. (Secretaria de Estado) debería estar consciente que (el Presidente de Costa Rica, Oscar) Arias está preparado para ofrecer sus servicios”, detalla el correo.
El 12 de noviembre es la propia Clinton quien dirige un correo a Shannon y al enviado de Estados Unidos a Honduras, Craig Kelly, para actualizarlos de los últimos movimientos diplomáticos de Washington. “Hablé con la secretaria (del Trabajo estadounidense, Hilda) Solis y le agradecí por ir a Honduras (…). Es muy importante que Craig vaya con ella para guiarla a través de este proceso”, escribió la secretaria de Estado. “Yo también conversé con Insulza, quien está enfocado en las elecciones, las cuales le dije apoyamos plenamente. ¿Hay algo más que deberíamos hacer?”, les pregunta.
Los cuestionamientos de Washington a Insulza fueron reiterados en 2012. En noviembre de ese año, el influyente Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense envió una carta al Consejo Permanente de la OEA, en donde acusaba al secretario general del organismo de “carencia de una visión estratégica para guiar las actividades de la organización, desgano para tomar complejas decisiones financieras y políticas caprichosas de selección de personal”. Entre los firmantes de la misiva figuraba el entonces presidente del comité, el demócrata John Kerry, actual secretario de Estado. Consultado en ese entonces por La Tercera, Insulza indicó que también recibió la carta. “Me sorprende este documento. Lo atribuyo a falta de información o, derechamente, desinformación”, sostuvo.