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¿Por qué la movilización social no tiene liderazgo?

Las movilizaciones sociales tienen un componente emocional que las dinamiza, y los dos más importantes son la angustia y la rabia.

La angustia en los grupos, por ejemplo, se gatilla cuando nos sentimos amenazados, especialmente en temas de subsistencia. Cuando no hay comida, abrigo, trabajo o condiciones básicas para vivir. Entonces, la angustia gatilla la búsqueda de soluciones realistas, comprometidas en el tiempo, con paciencia, tolerancia a la frustración y a la incertidumbre, y con una misión clara en el horizonte.

La rabia, en cambio, emerge cuando nos sentimos frustrados porque nuestras expectativas no se cumplen, y cuando hemos vivido la experiencia del desprecio y de la humillación. La rabia se transforma en agresión al servicio de la defensa y de la denuncia e incluso del ataque proporcionado.

Juntas —rabia y angustia— conducen a una actitud de lucha organizada, con líderes visibles y objetivos claros para obtener una salida. Fue lo que nos tocó ver durante la Unidad Popular. Era una contienda entre líderes, con sus propios programas e ideologías.

Pero cuando es solo la rabia la que se acumula a través del tiempo —fenómeno frecuente en las sociedades con ingresos per cápita sobre los 20.000 dólares anuales—, esta se transforma en ira, resentimiento, odio y envidia. Es lo que estamos presenciando hoy en Chile.

Cuando el malestar proviene solo de la frustración y de la humillación, la masa no pide ayuda (no hay angustia que la ubique en una posición humilde de necesidad), sino que solo reclama, se descarga y golpea. El grupo no está preocupado del sentido de su lucha, sino que se solaza en el placer de destruir al supuesto culpable de todas sus desgracias.

Y cuando se espera que los líderes aparezcan, estos prefieren hacerse a un lado porque saben lo impopular que resulta para la mayoría este proceso demoledor. Más bien, algunos líderes progresistas movidos desde el narcisismo, forman parte de la violencia, con el agravante de no reconocerla. Se coluden sotto voce con ella, porque, sin importar los medios —con una falta de ética vergonzosa—, la usan para obtener el poder que no han podido conseguir por otras vías. Aparentan estar por la democracia, que en esencia es la capacidad de llegar a acuerdos, pero a la hora de sentarse a la mesa no hay liderazgo con quien transar.

Así, la contraparte violenta no tiene líderes. Es solo un espectro que se moviliza apoyado por fuerzas que se esconden, arrasan y se retiran. Entre estos progresistas que se coluden, los hay de dos tipos. Los maquiavélicos que acabo de describir, conscientes de su manipulación, y los que creen ingenuamente que la violencia es la única vía para resolver las injusticias que arrastra el sistema, pero que tampoco están dispuestos a dar la cara. En definitiva, no hay liderazgo por la deshonestidad, cobardía y cinismo a que empuja la agresión desatada en políticos de baja estatura ética. (El Mercurio)

Ricardo Capponi

El reemplazo que no pasará a la historia-Sergio Urzúa

La utilización del máximo de los restantes puntajes de la PSU (incluyendo ranking y NEM) como reemplazo del de la prueba de Historia tendrá impacto.

Bajo este mecanismo, jóvenes que apostaban a tener buenos resultados en esa materia tenderán a ser perjudicados en el proceso de admisión universitaria. El extremo ilustra el punto. Un eventual puntaje nacional en Historia verá reemplazado ese notable resultado con el máximo que lo excluye y que, de no haber sido puntaje nacional en otra materia, será seguro menor a los 850 puntos.

Del mismo modo, jóvenes que hubiesen obtenido bajos resultados tenderán a ser beneficiados. Veamos el límite nuevamente. Un joven con un contrafactual puntaje mínimo en Historia solo puede ver mejorado su rendimiento al utilizar el máximo de las pruebas restantes (a no ser, por supuesto, que hubiese obtenido el mínimo en todas ellas).

Entonces, las consecuencias del máximo no serán mínimas. El esfuerzo de prepararse no será necesariamente premiado. Y, por supuesto, existirán estudiantes perjudicados. ¿Quiénes? Aquellos a los que, en términos relativos, les iba mejor en la prueba de Historia que en las otras, todos aquellos que contaban con ese buen resultado para conseguir la ponderación requerida para ingresar a la carrera de su preferencia.

Ante la arbitraria situación, ¿por qué alguien que no quede, por ejemplo, en Derecho por el cambio de última hora no exigirá que se le demuestre que bajo un criterio alternativo su suerte hubiese sido otra? El CRUCh debe estar, ahora sí, preparado para tal contingencia.

Cada año quienes rinden la PSU quieren que pase pronto al olvido, pero la decisión de los rectores aseguró su paso a la historia. (El Mercurio Cartas)

Sergio Urzúa
U. de Maryland y Clapes-UC

¿Chile cambió?

Entre las tantas frases escuchadas el último tiempo está la de que “Chile cambió; ya nunca más será como antes”. Interesante apreciación. ¿Será una afirmación, un juicio sobre lo que ocurrió, un pronóstico? Puede ser cualquiera de esos y tener varios significados más. Parece decir mucho, pero tal vez dice muy poco.

Uno de los significados de esa frase puede ser la interpretación que desde lo de octubre ya no serán admisibles o posibles a futuro en Chile los abusos, desigualdades e injusticias que han existido hasta ahora. ¿Irá a ser tan así, me pregunto? ¿Por qué motivo? ¿No se estará suponiendo que para que haya los cambios buscados, basta la violencia, la fuerza y la rabia expresada por muchos en las calles este tiempo? ¿Será eso suficiente? ¿Se habrán planteado estas preguntas los instigadores y ayudistas del movimiento de octubre? Mi propia apreciación es que esa interpretación puede ser algo ingenua. Puede ser más la expresión de un deseo (lo que los gringos llaman “wishful thinking”) antes que una apreciación fundamentada y probable.

¿Significan estas consideraciones que se nos viene encima un futuro desastroso? No creo eso tampoco. Estimo que es muy temprano para vaticinar nada, como le dijera Chou en Lai a Kissinger: de que para ellos no había pasado suficiente tiempo como para evaluar los efectos de la Revolución Francesa. Sí, el 2019 probablemente será un punto de inflexión en la historia de Chile, pero hacia qué… es prematuro vaticinar. Además –y más importante– es que el abanico de posibilidades hacia las cuales puede enrumbar nuestro país a partir de octubre del 19 es mucho más amplio de lo que siquiera somos capaces de imaginar. Así como no imaginamos lo que podía iniciarse ese mes a partir de un alza modesta del precio del Metro, ¿por qué vamos a anticipar mejor ahora el curso que tomará el desarrollo de Chile?  Ese abanico va desde cambios significativos hacia mayor democratización política, en el modelo económico, en la cultura, etc. hasta una regresión a un sistema político autoritario, ya sea de corte populista, socialista o más capitalista, con o sin abierto apoyo militar. Personalmente prefiero lejos lo primero, pero no veo ni la marea ni los vientos soplando claramente en esa dirección.

Tomar conciencia de lo anterior puede ser el primer paso para encontrar un camino que permita cambios sostenibles en el tiempo. Estos cambios son los que surgen del fondo de cada persona; voluntariamente, los provenientes de sí mismos, y no de la imposición a la fuerza por otro, ni del miedo al otro. Hasta ahora no veo suficiente cambio de este tipo.

No noto que las personas hayan cambiado tanto desde el 18-O. Y esto es lo que al final importa. No veo a personas con altos patrimonios, decir, por ejemplo: “Sí, de ahora en adelante me dispongo a pagar más impuestos”. No he escuchado a nuestros gobernantes, ni en el Parlamento ni en el Ejecutivo, gobierno y oposición, decir: “No podemos seguir en estas disputas políticas permanentes; vamos a buscar puntos medios y acuerdos, para sacar adelante decisiones como la reforma de pensiones, aunque no comprendan el 100% de mis preferencias”. No veo tampoco a dirigentes estudiantiles decir: “Tal vez insistir en el 100% de gratuidad de la universidad es excesivo, y debemos dejar fondos para mejorar las pensiones de los abuelos”. Al final, los cambios que observamos hasta ahora son, paradojalmente, los impulsados por el odiado presidente Piñera: el alza de las pensiones solidarias mínimas y del ingreso mínimo.

Considero que la famosa decisión de redactar una nueva constitución no es tan crucial como la presentan los políticos. Es lo que ellos consideran indispensable porque les da un rol protagónico y es lo que tienen a la mano y conocen. También la mayoría de la población se ilusiona con esa receta fácil. Podría equivocarme, pero creo que se invertiría mejor el tiempo de diputados y senadores encerrándose en el Parlamento hasta sacar adelante buenas leyes entre las que vegetan postergadas por falta de flexibilidad y dedicación de los parlamentarios. Además, alimentan la ilusión de muchos de que sólo con la nueva constitución se va a mejorar la distribución de los ingresos y los otros problemas que agobian a millones de chilenos, como son el mal transporte y salud públicos, bajas pensiones, la falta de áreas verdes en las poblaciones y varios otros.

Para permitir que las personas cambiemos, estimo que es necesaria la reflexión, y ello requiere una pausa que aquiete nuestro ánimo y nuestra mente. Así operamos los seres humanos. En este sentido, entre las declaraciones más valiosas que he visto de la sociedad civil chilena en relación con los tiempos sociales y políticos que vivimos, está la suscrita por organizaciones gremiales de tamaño mediano vinculadas al comercio, transporte, industria, agricultura y servicios, encabezadas por la Cámara de Comercio de Santiago. La llamaron, justamente, “Una pausa por el trabajo”. Allí, entre otras cosas señalan: “Hacemos un llamado a una pausa que nos permita un tiempo de conversación y acercamiento entre personas que pensamos en forma diferente, porque tenemos la convicción que, por distintos que sean nuestros puntos de vista, todos perseguimos convivir mejor en el país que amamos”. Invito a no solo leer, sino poner en práctica lo planteado en esa declaración que se puede encontrar en la página web de la Cámara. Tal vez caminos como ese nos permitan hacer los cambios profundos que necesita el país que son los de las mentes y corazones de nosotros como personas. (El Líbero)

Ernesto Tironi

70% de comunas donde se saboteó PSU supera promedio nacional de pobreza

«Somos los hijos de los trabajadores y trabajadoras de este país, quienes no han podido ingresar a la educación superior«, afirmó la tarde del lunes el vocero de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Víctor Chanfreau, luego de realizar el balance del primer día de funas contra la rendición de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), que en esa jornada afectaron los test de Lenguaje y Ciencias. «Se van a intensificar de todas maneras las movilizaciones«, aseguró el estudiante del Liceo Experimental Manuel de Salas, ubicado en la comuna de Ñuñoa.

Una amenaza que el martes se cumplió. En distintas sedes manifestantes impidieron que se pudiera tomar el test de Matemáticas. Sin embargo, el mayor golpe contra el proceso se produjo cuando a menos de media hora de iniciar la prueba de Historia, el Demre junto al Cruch comunicaron la suspensión nacional de la PSU debido a la filtración de una forma del examen. El saldo del boicot fue que el 14% de las cerca de 298 mil personas inscritas en el sistema de selección no pudieran completar el requisito de admisión.

La tónica de los discursos de los voceros de la organización, Víctor Chanfreau y Ayelén Salgado, tanto en puntos de prensas de prensa como en redes sociales ha estado marcado por frases como «con la fuerza del pueblo seguiremos cambiando la historia», «los poderosos y sus seguidores defienden la Educación como un negocio y no les importa la segregación» o «por años cientos de estudiantes que dieron la PSU quedaron fuera, no pudieron estudiar aunque tenían los mismos sueños que miles de nosotros». No obstante, las primeras cifras de las comunas donde hubo locales saboteados muestran que los afectados provienen del sector más vulnerable.

El Líbero revisó datos socioecónomicos y académicos de las 26 comunas a las que pertenecen las 67 sedes que vieron truncado el proceso de selección tras problemas para tomar la prueba de Lenguaje, locales que ya fueron identificados por el Cruch y el Demre, organismos que aún tienen que informan públicamente cuáles son los 19 recintos en donde no se pudo rendir el test de Ciencia y los 50 establecimientos boicoteados durante la PSU de Matemáticas.

Según los datos, el 70% de las comunas afectadas por el sabotaje tienen índices mayores de pobreza multidimensional que el promedio nacional, de acuerdo a la Casen de 2015. Además, la mitad de los municipios tienen un rendimiento en el Simce inferior al promedio. En el caso de la PSU, 7 de cada 10 no han superado los 491 puntos ponderados en la prueba. Esto último contrasta con los 573 puntos que han promedio los colegios en los que estudian los voceros de la ACES. Chanfreau es alumno del Liceo Experimental Manuel de Salas (Ñuñoa) y Salgado asiste al Colegio Notre Dame (Peñalolén).

BAJO EL PROMEDIO NACIONAL DE POBREZA MULTIDIMENSIONAL

Según la Casen de 2015, el 16,6% de las personas vivía en condiciones de pobreza multidimensional, estadística que mide la condiciones de Salud, Educación, Trabajo y Seguridad Social, y Vivienda. Al revisar los datos, de las 26 comunas que se vieron afectadas por el boicot a la prueba de Lenguaje, el 70% de ellas presentan un mayor porcentaje de su población afectado por la pobreza. Los casos más extremos, de hecho, muestran que en La Pintana el 42,6% de sus habitantes se encuentra en esta condición.

Una situación similar presenta Cañete, ubicada en la Región del Biobío, en donde el 31,37% de las personas se vive en pobreza multidimensional. Mientras que en Quellón, comuna ubicada al sur de Chiloé y la primera en suspender completamente el proceso, y Puente Alto, cerca del 27% de su población se encuentra en esta condición.

En el norte también hay comunas que presentan un porcentaje de pobreza multidimensional superior al promedio nacional. Se trata de Arica (18,05%), Alto Hospicio (23,18%), Calama (21,86%) y Vallenar (18,99%).

Una realidad que contrasta con las comunas en las que se encuentran los colegios de los dirigentes de la ACES. En Ñuñoa se encuentra el establecimiento donde estudia Chanfreau. Si bien en dicho municipio también un colegio -el lugar donde el mismo vocero tenía que rendir la PSU-, no se pudo tomar el examen, la cifra de pobreza multidimensional solo alcanza el 10,72%. Mientras que en Peñalolén, en donde asiste Salgado al Colegio Notre Dame, esta medición llega al 20,73%, no obstante la pobreza por ingreso es de solo el 4,75%. Una cifra que es bastante menor que el promedio nacional de 10,41%.

REALIDAD ACADÉMICA DE MUNICIPIOS AFECTADOS

En términos académicos, la situación de las comunas afectadas por el sabotaje a la prueba no es muy distinta. Según el Simce de Segundo Medio de 2017, el promedio nacional de compresión lectora fue de 252 puntos, mientras que en matemática los estudiantes obtuvieron 266. Cifras que en la mitad de los 26 municipios que no pudieron completar la PSU no fueron alcanzadas.

Por ejemplo, en Conchalí los alumnos ese año promediaron 237 puntos en lenguaje y 245 en matemáticas. Mientras que en Alto Hospicio los puntajes fueron de 244 y 254 puntos, respectivamente. Una situación similar a la de Coronel en donde en lenguaje el promedio estuvo en 242 y en matemáticas fue de 246.

Quellón también tuvo cifras parecidas promediando 241 puntos en lenguaje y 243 en matemáticas. Una realidad que contrasta con Ñuñoa en donde los estudiantes en las mismas materias lograron los 253 y 278 puntos, cifras similares a las de Peñalolén que en la medición alcanzó 258 puntos en comprensión lectoras y 276 en matemáticas.

Datos que concuerdan con la misma PSU. Durante los últimos años las 26 comunas afectadas por el boicot han promediado 482,6 puntos. Si bien hay municipios que superan la barrera de los 500 puntos como Viña del Mar (520,7), Macul (508), Concepción (503,4), Santiago (514,9) y Ñuñoa (524), municipio en el que estudia Chanfreau; la realidad es que el 70% no supera el promedio nacional de 491 puntos. De hecho, algunas de ellas registran ponderaciones que, incluso, no alcanzan los 470. Es el caso de Alto Hospicio (460,3), Vallenar (463,7), La Pintana (451,8), Conchalí (465,7), Quellón (461,8) y Natales (456,9).

Datos que contrastan con el buen rendimiento de los colegios a los que asisten los voceros de la ACEScuyos establecimientos en la PSU de 2018 promediaron los 576 puntos. Mientras el Liceo Experimental Manuel de Salas alcanzó los 575,6. en el caso del Colegio de Notre Dame logró 571,4 puntos. (El Líbero)

Dignidad

“Dignidad” es una de las palabras más utilizadas a propósito de las demandas sociales que conocemos. “Dignidad humana”, para ser más precisos, o sea, dignidad de la especie humana como tal y, asimismo, de cada individuo de ella en particular. Dignidad como el especial valor que damos a algo o a alguien, y que, en el caso de la expresión “dignidad humana”, se refiere tanto al género humano como a cada individuo de este. En tal sentido, dignidad tiene aquello que es valorado en sí mismo, incondicionalmente, y no como derivado de otra cosa ni como simple medio para obtener algún propósito útil cualquiera. Al revés de la dignidad como distinción honorífica, la dignidad humana no es algo que se merece o alcanza, sino algo que se tiene.

La dignidad, en cuanto especie, remite al singular valor que tiene el género humano en el contexto de todos los seres igualmente vivos, una especie que, con ser el resultado de un proceso de evolución exitoso, está ahora a las puertas de ponerse al mando de su futura evolución; y la dignidad de cada sujeto en particular se expresa muy bien en la idea de que “nadie es más que nadie”. En cuanto a la segunda de tales dimensiones, puede decirse que entre el ser humano con mayores atributos personales y aquel que pudiera tener los menores hay una diferencia mucho más pequeña que la que existe entre este último y el mejor dotado de los animales no humanos. La dignidad humana es algo que nos reconocemos todos, intersubjetivamente, y que nos exige tratarnos con pareja consideración y respeto. La peor desigualdad imaginable sería la desigualdad en dignidad.

Se la considere como una idea o como un principio, la dignidad humana, en el doble sentido indicado, es la que está a la base de los derechos fundamentales de que son titulares todos los individuos de nuestra especie sin excepción. Fue en nombre de ese principio que a partir de cierto momento histórico se convino en que todos los humanos tendríamos unos derechos universales, inviolables e irrenunciables, partiendo por los derechos civiles, siguiendo por los derechos políticos y continuando luego con los derechos económicos, sociales y culturales, todos ellos declarados en las constituciones de los Estados, y en pactos y tratados de carácter internacional.

Los detractores del liberalismo —doctrina en la que se asentó la primera de aquellas tres generaciones de derechos— miraron a estos con reserva, mientras que los enemigos de la democracia hicieron algo similar con los derechos políticos. A su turno, a los neoliberales de nuestros días les resulta difícil aceptar la existencia de los derechos económicos, sociales y culturales, seguramente porque estos encontraron su inspiración en doctrinas como el socialismo humanista y el socialcristianismo. Pero los derechos fundamentales forman una unidad que no puede ser escindida para aceptar solo la parte de ella que armoniza mejor con nuestras convicciones doctrinarias. Si estamos con la causa de los derechos humanos, debemos estar con todos y no únicamente con aquellos más próximos a nuestras convicciones.

El lugar habitual de los derechos fundamentales, tratándose del derecho interno de los Estados, es la Constitución Política de estos, de manera que ellos van a dar lugar a un oportuno debate con ocasión del proceso constituyente recién iniciado, aunque no puedo dejar de preguntarme si aprenderemos en esto la lección que deja el hecho de marchar ahora raudamente hacia una nueva Constitución, bajo presión de los ciudadanos, en circunstancias de que antes se había cancelado el pacífico, tranquilo y pausado proceso constituyente iniciado bajo un gobierno anterior por pura convicción (y visión) de este último.

Los derechos sociales (a la atención sanitaria, a la educación, a la vivienda, a una previsión oportuna y justa) no la van a tener fácil en el reabierto debate constitucional, y lo que cabe preguntar a sus detractores es si serán o no capaces de advertir cómo tales derechos se relacionan con la dignidad humana, puesto que ¿puede algún individuo de nuestra especie llevar una existencia digna y autónoma sin un acceso garantizado a los bienes básicos que hay detrás de esos cuatro derechos? (El Mercurio)

Agustín Squella

Sin temor

Partidos de Chile Vamos encaran sus convergencias y diferencias

En intervenciones de casi 20 minutos, aproximadamente, los presidentes de los partidos de Chile Vamos hicieron ayer jueves un detallado análisis sobre cómo observan los desafíos de la coalición, justo en medio del congelamiento de las relaciones entre sus colectividades debido al tenso debate que han dado sobre el proceso constituyente.

Dejando de lado sus diferencias, Jacqueline Van Rysselberghe (UDI), Hernán Larraín Matte (Evópoli) y Mario Desbordes (RN) se reunieron en el CEP para presentar el libro «Anatomía de la derecha chilena: Estado, mercado y valores en tiempos de cambio» de la doctora en sociología, Stéphanie Alenda, el cual hizo un profundo análisis sobre el sector.

En ese contexto, los líderes oficialistas realizaron una serie de apreciaciones y definiciones sobre cómo se ven sus partidos, realizando severas autocríticas, planteando reclamos y remarcando sus convicciones ideológicas y doctrinarias, las mismas que en los últimos días se han visto enfrentadas a raíz del debate constitucional originado por la crisis social.

MIRADA DE EVÓPOLI

El primero en tomar la palabra fue Larraín Matte, quien inició sus palabras reconociendo que «ustedes han sabido que en estos días hemos tenido diferencias y en palabras de mi vecina (en referencia a Van Rysselberghe, que estaba sentada a su lado) estamos congelados. Pero Chile Vamos tiene una responsabilidad y a la luz de lo que se lee en el libro hay buenas condiciones para poder comprender que Chile Vamos tiene mucho que decir».

«En estos tiempo recios, el elemento de identidad ideológica que existe en el bloque es muy potente. Esto es que existen condiciones dentro de las distintas tradiciones, la liberal, socialcristiana, conservadora, hay elementos que hablan de un ethos ideológico común y eso permite que haya un lugar de donde generar proyectos y políticas comunes«, dijo.

A su juicio, «es cierto que hay diferencias valóricas y hemos aprendido que eso es una fortaleza, estableciendo un principio de libertad de acción y asumiendo que a veces eso genera tensiones. Pero estos elementos de identidad común, con la posibilidad de coexistir con diversidad valórica le da un sustrato potente a Chile Vamos«.

En cuanto a su partido, el dirigente manifestó que «quiero hacerme cargo de dos elementos que son desafiantes. El primero, el de diversificar, Evópoli evidentemente es un proyecto que está concentrado en una pequeña élite privilegiada, de un grupo de colegios y además con líderes fundamentalmente hombres, tenemos un problema estructural».

«Si nosotros queremos promover un proyecto liberal, la diversidad y el mérito son fundamentales, por lo tanto en los próximos dos años en términos electorales son una responsabilidad para Evópoli en términos de abrirse a mujeres, regiones, a colegios públicos, a diversidad sexual, para poder cumplir con la promesa que tiene nuestro proyecto liberal en su identidad, que es cambiar la cultura del privilegio por la cultura del mérito y la diversidad», enfatizó.

UDI CONTRA LAS CARICATURAS

«Estamos todos en la misma mesa, pero Hernán está a la izquierda de la UDI», dijo entre risas Van Rysselberghe al iniciar su intervención, dando cuenta de las diferencias en Chile Vamos. No obstante, recalcó que «valoramos la diversidad que tiene que tener un conglomerado. Tiene que haber la capacidad de poder manejar esas distintas miradas que existen en una sociedad».

Luego, la líder gremialista cuestionó las caricaturas que se hacen de los partidos políticos, las cuales según ella «no siempre corresponden con lo que nosotros mismos pensamos de nosotros y cómo nos vemos y cuáles son nuestros pensamientos. A los partidos de derecha y en especial la UDI se les tiende a poner etiqueta y hacer caricaturas respecto a su definición ideológica y doctrinaria».

«De hecho, el texto hace referencia a los partidos de derecha como colectividades de corte conservador. Y aunque si bien el libro en su desarrollo explica las distintas vertientes de pensamiento que hay en la derecha, parece o al menos me dio la impresión de ver una asociación cuyo concepto ha tenido siempre ha tenido una connotación negativa que me parece un poco injusta y en ocasiones mal aplicada», aseveró.

Según la senadora, «la categoría de conservador no es representativa exclusivamente de la derecha, ya que existen partidos de izquierda que han mantenido posturas extremadamente conservadoras en el tiempo, pero a las que pese a eso se les asocia al progresismo. En mi opinión, ser conservador o ser momio como se dice peyorativamente es hacer referencia a algo pétreo, a algo que no varía en el tiempo, que se mantiene y se conserva de la misma forma siempre y esto no es aplicable a los partidos de derecha, sobre todo a la nueva derecha que surgió después de la década del 70 y hacia adelante».

«Eso pasó desde el quiebre institucional, no digo golpe de Estado porque sino me van a matar. En el caso de la UDI, la homogeneidad nos ha dado una característica y de eso se han valido nuestros adversarios para decir que es un supuesto defecto, para decir que somos monolíticos, cerrados, etiquetas que no se condicen con la democracia que hay en nuestro partido«, recalcó.

DEFINICIONES DE RN

Tras escuchar a su par de la UDI, quien destacó que el respaldo hacia un estado subsidiario es un elemento que une a la centroderecha, Mario Desbordes aclaró en su alocución que esa no es la visión predominante en su partido.

«En los 70 se trata de imponer una visión sobre lo que es la derecha, con un estado pequeño y un rol subsidiario negativo y a nosotros en RN no nos acomoda. Hemos actualizado nuestra declaración de principios hace un tiempo y la lógica economicista, que es la economía la que dirige todo el resto del actuar público no nos parece la más razonable y legítima«, indicó.

Asimismo, el diputado recordó que «cuando hicimos el programa de gobierno, a RN le costó harto incorporar el concepto del pilar de la solidaridad. Había una destacada economista que le tengo mucho aprecio que decía que se le ponían los pelos de punta cuando se me ponen a hablar de solidaridad. Se ponen izquierdistas, decía».

«Nosotros estamos en la IDC y uno conversa con la CDU alemana, con el PP español, y estas discusiones les parecen trasnochadas. La solidaridad es parte integral de la forma de ver la organización social de países que son de centroderecha, con gobiernos de centroderecha, pero hoy acá hablar de solidaridad, parece un concepto de izquierda», fustigó.

El líder de RN también criticó la postura asumida por la UDI en el debate constitucional. «Señalan que no hay que irse a la izquierda, ni pactar con la izquierda, sino defender las ideas de la centroderecha (…) Pero si uno hace un análisis nos encontramos con la sorpresa de que esa misma frase es del 90 o 91 (…) los titulares eran los mismos, que RN se fue a la izquierda, que iba a destruir la economía«.

Finalmente, destacó unas cifras incluidas en el texto, que indican que hasta antes del estallido social había un alto respaldo hacia una nueva Constitución en el sector. «Me preguntaban en el partido de dónde sacamos el dato de cuántos están a favor o en contra de la nueva Constitución, y yo decía que el estudio de Stéphanie Alenda señala que el 35 por ciento ya antes de la crisis decía que estaba por una nueva Constitución, así que me sirvió mucha esta semana para ciertas discusiones». (Emol)

Constituyente: definición UDI incluirá “salida” para Lavín que no se suma al «No»

Unos 400 militantes se espera que lleguen al consejo general que la UDI realizará hoy, desde las 15.30, con el fin de zanjar la postura institucional del partido para el plebiscito del 26 de abril.

Durante los últimos días, dirigentes de la colectividad comentaban que había “gran expectación” en torno a la instancia, que reúne a parlamentarios, alcaldes, presidentes regionales, miembros de la comisión política y la directiva nacional, entre otros. Y muestra de ello sería que, a diferencia de otros años, un porcentaje mayoritario de los diputados decidió no viajar a sus regiones para participar en el encuentro.

¿La razón? Si bien desde el inicio de las conversaciones en torno al proceso constituyente una mayoría de dirigentes UDI ha ido expresando su rechazo a una nueva Carta Magna, no se ha dado un debate formal del partido en torno a este tema y, además, existen ciertas figuras de la tienda que, al contrario de la mayoría, se inclinarán por la opción de una nueva Constitución.

Tal es el caso del alcalde de Las Condes y principal carta presidencial del gremialismo, Joaquín Lavín -está previsto que asista hoy-, quien afirmó el martes en La Segunda que “estoy por el ‘apruebo’, porque una nueva Constitución debe ser la gran oportunidad de construir un Chile integrado”.

Pero, por otra parte, también existe preocupación respecto de algunos alcaldes que, ya sea por convicción o por una cuestión electoral –por el lugar que representan-, no están en condiciones de adoptar una postura abierta de rechazo, como es el caso de Nora Cuevas (San Bernardo), Rodolfo Carter (La Florida), Cathy Barriga (Maipú) o Rodrigo Delgado (Estación Central), entre otros.

En este contexto, el voto político con que concluirá el consejo de hoy no solo consignará la postura institucional de rechazo, sino que también incluirá de manera expresa la idea de que aquellos que se inclinen por el “apruebo” podrán expresarlo libremente.

Así lo explicó el diputado y vicepresidente de la UDI Juan Manuel Fuenzalida, quien dijo a La Tercera que “queremos asumir una postura institucional respecto del proceso constituyente y, específicamente, respecto del plebiscito del 26 de abril. Suponiendo que la postura mayoritaria sea la opción del rechazo, si bien esa va a ser la definición del partido, a quienes estén por otra opción se les va a respetar su posición. La idea es tener al partido con una postura clara, pero que igual ciertos militantes puedan expresar libremente una postura distinta”.

De esa manera, según fuentes de la UDI, lo que se busca es “dar una salida” tanto a Lavín como a otros alcaldes y parlamentarios que, por distintas razones, no se sumarán al “No” a la nueva Constitución.

“Hace tiempo que nuestro partido dejó de funcionar como una tropa (…). Me parece absolutamente válido y legítimo que se establezcan algunas posiciones que vayan en una dirección contraria (al rechazo), como en el caso del alcalde Joaquín Lavín y, eventualmente, de algún otro parlamentario o de autoridades locales”, explicó el senador David Sandoval.

Para el diputado Jaime Bellolio, uno de los pocos representantes gremialistas que se mantiene en la opción del “Sí” a la nueva Carta Fundamental, lo que va a ocurrir en esta jornada “ratificará lo que acordamos hace un tiempo, esto es, que es legítimo tener diferencias en el ‘apruebo’ o ‘rechazo’ y tener, al mismo tiempo, un futuro político común. ¿Cómo? Porque, a diferencia de la izquierda, nosotros coincidimos en el contenido de la Constitución”.

DESCONGELAR CON CONDICIONES

Un segundo punto que será incluido en el voto político tiene que ver con la decisión que el partido había adoptado tras la votación con que la Cámara aprobó, con votos de RN y Evópoli, la paridad de género en una eventual convención constitucional. Tras esto, la UDI anunció que congelaba su participación en el bloque, cuestión que deberá resolverse hoy.

De acuerdo a distintas fuentes partidarias, la opción será “descongelar” las relaciones, pero imponiendo “ciertas condiciones”, tales como el establecimiento de reglas de comportamiento internas y un mecanismo de resolución de conflictos en el bloque.

Luces en esa dirección dieron ayer tanto la presidenta del partido, Jacqueline van Rysselberghe, como el senador y extimonel UDI Juan Antonio Coloma. “No tengo problemas personales con ninguno de ellos, ni con la gente de Evópoli ni con la gente de RN, y mucho menos con sus presidentes, lo que sí me parece que tiene que haber acá es una decisión política para poder evaluar el rol que va a jugar la UDI dentro del gobierno y de Chile Vamos”, dijo la senadora, mientras que Coloma sostuvo que “para mí es momento de unirnos; veo con buenos ojos cómo se van generando acuerdos importantes”. (La Tercera)

Plebiscito: Campaña del Gbno. busca incentivar voto y meta de participación

Una campaña comunicacional para promover la participación de la ciudadanía en el plebiscito del próximo 26 de abril, elaborará La Moneda durante enero. Tarea que no es menor considerando el rol de «garante» que el Gobierno se autoimpuso para el proceso constituyente, más allá de la campaña por las opciones para votar por el «Apruebo» o por el «Rechazo» a una nueva Constitución.

«El Gobierno ha sido extremadamente claro, somos garantes del proceso constitucional y el 26 de abril de este año la gente va a decidir (…) Esperamos que participe mucha gente para que esa decisión sea extremadamente legítima y válida. Y ahí el Gobierno va a tener un tremendo rol, nos vamos a dedicar con mucha fuerza a incentivar la participación ciudadana», resaltó ayer la ministra vocera de Gobierno, Karla Rubilar.

Dicha campaña será organizada en conjunto por Presidencia, Segegob, Desarrollo Social y la Secom, desde donde saben la importancia de la misión. Incluso el Ejecutivo tiene como meta que en el plebiscito no voten menos personas que en la segunda vuelta presidencial del 2017, donde triunfó e Presidente Sebastián Piñera, ocasión en que participó un 49% del padrón electoral.

Así, Rubilar precisó que «queremos que sea mucha la gente que participe y ojalá fuera una muy buena meta lograr la participación de las elecciones presidenciales e incluso un poco más, ese es nuestro objetivo y vamos a trabajar para ello».

El tema no deja de ser relevante, así pensando en mejorar la participación en los procesos electorales, en el Congreso se debate un proyecto que busca reponer el voto obligatorio. Y si bien la iniciativa no se podría aplicar en el plebiscito, la iniciativa genera debate en el mundo político y hasta el Gobierno está analizando la discusión y próximamente emitirá una opinión. Además, ya hay proyectos de parlamentarios apuntando a incentivar la participación en el plebiscito, por ejemplo, la bancada del PS solicitó que el transporte público sea gratuito ese día.

¿META RAZONABLE?

Según el académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, «en condiciones normales, este plebiscito debiese convocar a más del 70% de la población. Eso significa cerca de 10 millones de votantes. Para que el ‘Apruebo’ goce de una legitimidad razonable, debiese convocar a más de la mitad del padrón. Es decir, cerca de 7.4 millones. Con ese apoyo, el avance hacia las elecciones de delegados en octubre será más participativo».

En cambio, Morales cree que «si la participación es inferior al 50%, el ‘Apruebo’ podría ganar representando sólo un tercio del padrón total, lo que nuevamente haría pensar en una Constitución de minoría».

Asimismo, el docente de la Universidad del Desarrollo, Eugenio Guzmán, planteó que «políticamente hablando, los de un lado u otro obviamente van a estar atentos al resultado y desgraciadamente si hay una votación menor o significativamente menor a lo que es el padrón se va a levantar la bandera de la ilegitimidad sobre todo en los sectores radicales. Que mejor muestra que lo que ocurrió con la PSU, hoy en día cualquier grupo, incluso por pequeño que sea obviamente puede restarle legitimidad al plebiscito«.

Para Guzmán, «si es que no ha habido tiempo para establecer la obligatoriedad del voto, bueno es razonable plantearse una meta a ese nivel, no me cabe duda que dado lo que significa este proceso uno esperaría que va a ser mucho mayor. Es una meta razonable (la del Gobierno), pero yo creo que va a haber mayor participación, eso es lo que uno esperaría dada la naturaleza de lo que se discute (…) Pero una cifra de que vaya a votar por lo menos lo mismo que ha ido a votar en otras elecciones ya es bastante razonable«.

FORMATO CAMPAÑA

Respecto a la campaña que deberá organizar La Moneda, el académico de la Universidad del Desarrollo recordó que todas las elecciones se buscan difundir y, por ende, los formatos son casi estándar, no obstante, apuntó que como «se trata de un proceso un poquito más complejo que en otra oportunidad, algo más denso, obviamente uno requeriría otros elementos como la importancia del voto responsable, la importancia de informarse previamente, de informarse de los lugares de votación, son cosas de esa naturaleza».

«Hoy en día está demasiado crispado todavía el ambiente y cualquier cosa puede ser interpretado como un sesgo, así que yo creo que va a ser (un formato) bastante estándar», precisó Guzmán.

Por su parte, el profesor de la Universidad de Talca consideró que «el Gobierno se debiera presentar como una agencia neutral, sin perjuicio de que algunos ministros ya hayan develado sus posturas frente al plebiscito. En el caso particular de Piñera, si él dijera que está a favor de la opción ‘Apruebo’, sería algo poco creíble y fuera de lugar. Si opta por el ‘Rechazo’, le hará un tremendo daño a una opción igual de legítima que el ‘Apruebo’. Lo único que puede hacer el Gobierno es llamar a votar y garantizar el orden público para ese plebiscito«.

«Ciertamente, un Gobierno con cerca del 10% de respaldo no convocará mucha gente, pero al menos tiene como misión resguardar o restituir el orden público, pues de lo contrario corre serio riesgo la implementación de este importante evento electoral. Es peligrosa la tesis de que a mayor violencia, mayor ‘rechazo’ a la nueva Constitución, pues un exceso de violencia generará dos condiciones negativas. Primero, una baja participación electoral en el plebiscito y, segundo- como consecuencia-, una escasa legitimidad de la opción ganadora», remató Morales. (Emol)

Contraloría propone retiro de Gral. Esteban Guarda por faltas «a la probidad»

«Propone aplicar a don Esteban Patricio Guarda Barros, general de División del Ejército de Chile (…) la medida disciplinaria de retiro».

Así se pronuncia la Contraloría General de la República respecto del actual comandante de Operaciones Terrestres y cuarta autoridad del Ejército, luego de que realizara una auditoría a la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN, dependiente del Ministerio de Defensa), de la que este último fue director general entre 2014 y 2015.

La auditoría se inició en octubre de 2016, y en diciembre pasado la Contraloría emitió un documento el cual responsabiliza a Guarda de «haber infringido gravemente el principio de probidad administrativa«.

Revisa más información en El Mercurio de hoy. (Emol)