Los palestinos rechazaron hoy (16.12.2017) que el Muro de las Lamentaciones, situado en el Monte del Templo (Explanada de las Mezquitas) en Jerusalén Este y sagrado para los judíos, sea reconocido como parte de Israel en el marco de un futuro acuerdo de paz, como señaló el viernes la Casa Blanca. «No aceptaremos ningún cambio de las fronteras de Jerusalén Este ocupada en 1967», dijo hoy el portavoz del presidente palestino, Mahmud Abbas.
Por su parte, el liderazgo palestino se reunirá el próximo lunes en Ramala para analizar la situación creada tras la declaración del presidente de EE. UU., Donald Trump, sobre la capitalidad de Jerusalén y la visita a la región del vicepresidente estadounidense, Mike Pence, al que no recibirá.
POLÍTICA EXTERIOR
El pasado 6 de diciembre, Trump rompió con un planteamiento que durante décadas había caracterizado la política exterior estadounidense y reconoció a Jerusalén como capital del Estado de Israel, al tiempo que anunció el traslado allí desde Tel Aviv de la embajada de Estados Unidos, decisión que suscitó la repulsa de los palestinos y del mundo árabe e islámico en general.
Por otro lado, un portavoz de la Casa Blanca dijo ayer que, incluso tras unas eventuales negociaciones de paz, el Muro de las Lamentaciones debería quedar dentro de Israel.
El portavoz de Abbas, Nabil Abu Rudeineh, citado por la agencia de noticias palestinas Wafa, respondió, por su parte, que dicha postura vuelve a confirmar que el actual Gobierno estadounidense no puede ser un mediador justo en el proceso de paz.
MURO DE LOS LAMENTOS
El Muro de las Lamentaciones, un resto del segundo templo de Jerusalén, es el lugar más sagrado del mundo para los judíos. Está situado en los pies del Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas, sagrado tanto para judíos como para musulmanes, donde se ubican las mezquitas de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca.
Administrado por Jordania, es uno de los puntos calientes de las disputas entre israelíes y palestinos por el futuro estatus de Jerusalén, que los israelíes ven como capital eterna e indivisible del Estado judío. Los palestinos, en cambio, reclaman la zona oriental, ocupada en 1967 por Israel y anexionada más tarde y que incluye la Explanada, como capital de su futuro Estado.
La comunidad internacional considera que el estatus definitivo de la ciudad debe ser definido en negociaciones entre las dos partes, consenso que Estados Unidos rompió la semana pasada. (DW, dpa, EFE)