Mientras en Chile ha vuelto el tema del derecho a la propiedad privada a la discusión pública, el Papa Francisco publicó su encíclica Laudato Si planteando que “la tradición cristiana nunca reconoció como absoluto o intocable el derecho a la propiedad privada”.
El documento hace una crítica al sistema económico actual, diciendo que “hay demasiados intereses particulares” y que los líderes toman decisiones desde “la comodidad del desarrollo”. Además, plantea que la privatización en los espacios ha llevado a que exista un mayor número de desigualdad social.
Al referirse a la propiedad privada, el documento señala que: “San Juan Pablo II recordó con mucho énfasis esta doctrina, diciendo que ‘Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno’”.
Así, con una fuerte crítica al comportamiento de gobernantes y empresarios, frente al daño medioambiental, que conlleva un impacto para el desarrollo de países más pobres, el Papa acusó a los líderes de no asumir responsabilidades.
Asimismo, señala que “hay demasiados intereses particulares. Y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos”.
Por esto, no es de extrañar que el Pontífice haga una crítica a la forma en que los líderes del mundo están llevando a cabo sus políticas y habla de una cierta “displicencia de la política”.
A eso suma que los poderes económicos continúan justificando el sistema mundial, “donde prima una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente”.
“Hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres”, sostiene el documento.
Con ello destaca que las autoridades tienen la responsabilidad de tomar medidas, que incluso pueden requerir “poner límites a quienes tienen mayores recursos y poder financiero”, para que todos se beneficien de la libertad económica.
Sin embargo, agrega que la actividad empresarial bien entendida “es una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos”. Y señala que para que la generación de empleos sea posible es necesario “promover una economía que favorezca la diversidad productiva y la creatividad empresarial”.
CONSUMISMO
Asimismo, el Papa Francisco critica el consumismo culpándolo de dañar el medioambiente, y rechaza la idea de que al crecimiento demográfico es el gran responsable de los problemas actuales.
“Culpar al aumento de la población y no al consumismo extremo y selectivo de algunos es un modo de no enfrentar los problemas. Se pretende legitimar así el modelo distributivo actual, donde una minoría se cree con el derecho de consumir en una proporción que sería imposible generalizar, porque el planeta no podría ni siquiera contener los residuos de semejante consumo”.
Según el Papa, “el calentamiento originado por el enorme consumo de algunos países ricos tiene repercusiones en los lugares más pobres de la tierra, especialmente en África, donde el aumento de la temperatura unido a la sequía hace estragos en el rendimiento de los cultivos”.
Es así como Francisco habla de una “deuda ecológica” entre el Norte y el Sur del planeta, relacionada con “desequilibrios comerciales con consecuencias en el ámbito ecológico, así como con el uso desproporcionado de los recursos naturales”.
ENCÍCLICAS CON TEMAS ECONÓMICOS
Rerum Novarum 1891
Es la encíclica escrita por el Papa León XIII caracterizada por realizar una fuerte crítica al socialismo. El documento lanzó un movimiento de educación social Católica, pidiendo por mejores condiciones para los trabajadores, sueldos justos, derechos de comercio y estándares morales en los negocios. También afirmaba la existencia del derecho a la propiedad privada y rechazaba firmemente las teorías de lucha de clases.
«Al hacer común toda propiedad particular, los socialistas empeoran la condición de los obreros», dice el documento.
Quadragesimo Anno 1931
Esta encíclica fue escrita por el Papa Pío XI, en la cual el Pontífice rechazaba el comunismo y destacaba las fortalezas del capitalismo. Su principal foco aducía a la solidaridad y subsidios, y los principios básicos en la toma de decisiones de la forma menos centralizada posible.
Mater et Magistra 1961
Encíclica elaborada por el Papa Juan XXIII, en la que se agrega un acercamiento global al hacer un llamado a ayudar a países pobres a lograr el desarrollo, y destacando comportamientos morales para las relaciones económicas globales. También discutía la ciencia y la tecnología como herramientas que podían mejorar la vida, pero que restringían la libertad.
Populorum Progressio 1967
Esta encíclica escrita por el Papa Pablo VI examina los desequilibrios en la economía global y propone un trabajo en equipo a nivel mundial enfocado en ayudar a erradicar la pobreza de los países en subdesarrollo, como también la hambruna, enfermedades y la ignorancia.
Laborem Exercens 1981
La encíclica dedicada al trabajo humano, escrita por el Papa Juan Pablo II, revisa la concepción del hombre y del trabajo a 90 años de la encíclica Rerum Novarum y discute la dignidad de los trabajadores, agregando nuevos temas de discusión como el trabajo de personas discapacitadas, emigrantes y la espiritualidad del trabajo.
Sollicitudo Rei Socialis 1987
También elaborada por el Papa Juan Pablo II, celebra el vigésimo aniversario de la encíclica Populorum Progressio.
Sollicitudo Rei Socialis habla de la brecha de crecimiento entre países ricos y pobres y discute que el verdadero desarrollo está basado en igualdad y solidaridad internacional.
Centesimus Annus 1991
Esta encíclica, cuyo autor fue Papa Juan Pablo II, se publicó justo después de la caída del comunismo. El Papa nacido en Polonia destacó en esta oportunidad la distribución injusta de salud a nivel mundial, la explotación del medio ambiente y la necesidad de regular los flujos de capitales internacionales para promover el bien común. «Quiero proponer ahora una «relectura» de la encíclica leoniana, invitando a «dar una mirada retrospectiva» a su propio texto, para descubrir nuevamente la riqueza de los principios fundamentales formulados en ella, en orden a la solución de la cuestión obrera», dice el documento.
Caritas in Veritate 2009
Esta es la tercera encíclica del Papa Benedicto XVI en el año en que la economía mundial se veía afectada por la Crisis Subprime. «La caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia. Todas las responsabilidades y compromisos trazados por esta doctrina provienen de la caridad», dice el texto. Propone profundizar en algunos aspectos del desarrollo integral de la época, a la luz de la caridad en la verdad. Así, Benedicto XVI buscó discutir la doctrina social de la iglesia y el desarrollo sostenible a la luz de las pobrezas y desigualdades existentes en el mundo y la crisis económica global del momento.
