Los diputados de la Duma apoyaron este martes por mayoría abrumadora un proyecto de ley por el cual Rusia creará su propio internet. La ley apunta ala creación de una infraestructura propia para el internet ruso o «Runet”, que permitirá al país cerrar sus puertos virtuales en caso de ataque. En total, 307 diputados votaron a favor de la ley frente a 68 votos en contra. La medida será probablemente aprobada en el Consejo de la Federación (Cámara Alta) en los próximos días y ratificada por el presidente ruso Vladimir Putin. Está previsto que entre en vigor el 1 de noviembre de 2019.
Dicha ley siempre tuvo un apoyo muy amplio por parte de los diputados de la Duma. Sus autores alegan que la seguridad nacional estaría en juego. Así el internet nacional podría seguir funcionando incluso aunque se desconecte de los servidores raíz de fuera del país. Es decir, Rusia estaría preparada si otros países intentan aislarla. «Si otros tienen la capacidad técnica para atacar al internet ruso, nosotros deberíamos tener capacidad para resistir ante esos ataques”, dijo a DW Andrei Klishas, uno de los autores de la ley.
Como miembro del Consejo de la Federación, para Klishas la procedencia de posibles ataques a «Runet” no es ningún secreto: «No hay duda de que Estados Unidos tiene capacidad técnica para desconectar internet donde lo considere oportuno”. El mismo proyecto de ley contempla explícitamente que quiere contrarrestar la «agresiva estrategia de Estados Unidos sobre ciberseguridad nacional”, en referencia a un documento de 2018 que catalogaba a Rusia como uno de los adversarios estratégicos de Washington.
MANTENER DATOS RUSOS EN RUSIA
Todavía queda por aclarar muchos detalles técnicos sobre cómo se llevará a la práctica esta ley. Su objetivo parece ser regular las rutas de tráfico de internet y definir los puertos de intercambio. El organismo regulador de las telecomunicaciones rusas Roskomnadzor actuará como órgano de gestión en caso de ataque. Según los legisladores, todos los proveedores de internet tendrán que informar a esta instancia sobre el flujo del tráfico y sus clientes.
Uno de los objetivos de la ley sería mantener el intercambio de datos rusos dentro de sus fronteras en la medida de lo posible. Podría interpretarse como una estrategia para proteger a usuarios rusos de amenazas externas, pero algunos activistas advierten que las nuevas medidas podrían afectar más a los críticos con el Kremlin que a los enemigos internacionales.
La idea de aumentar el control gubernamental del internet a largo plazo es una tendencia política nacional. En 2017, algunos oficiales dijeron que aspiraban a controlar el 95% del tráfico de internet hasta 2020. Desde 2016, la ley exige que las redes sociales almacenen los datos de usuarios rusos en los servidores del país. Esto fue presentado como una medida antiterrorista, pero también muy criticado por tratar de controlar plataformas online que podrían usarse para organizar manifestaciones antigubernamentales. Por otra parte, la reputación del organismo regulador Roskomnadzor está a la baja, por reprimir a críticos del Kremlin. Algunos hablan de presiones para bloquear la aplicación de mensajería encriptada Telegram, normalmente utilizada para evitar el control del Kremlin.
¿ESPACIO SEGURO O CORTINA DE ACERO?
«La ley obedece simplemente a intentos del Gobierno por regular internet”, declaró a DW Alexander Isavnin, activista del proyecto ruso de internet libre RosKomSvoboda: «Sigue aumentando la influencia del Gobierno y los poderes de las agencias de inteligencia para determinar a qué contenido se puede acceder”. Tras su primera lectura en marzo, el proyecto de ley provocó grandes protestas y miles de personas salieron a la calles en Moscú coreando «manos fuera de internet”. Las protestas se referían a lo que muchos llaman la nueva «cortina de acero” o el «gran cortafuegos ruso”, en referencia a la censura de internet en China. Para Michail Svetov, del Partido Libertario de Rusia, la nueva ley es un paso más para restringir libertades democráticas como la libertad prensa y de expresión. «‘Si se llevan internet, no tendríamos nada”, declaró a DW.
Los representantes del Gobierno descartaron en repetidas ocasiones una comparación con las restricciones de internet en China. Andreas Klishas insiste en que la ley «no quiere aislar a Rusia ni aislarla de fuentes externas”. Según él, se trata de proteger internet de la injerencia externa porque es un espacio publico cada vez más importante en la Rusia moderna y muchas infraestructuras están conectadas a internet”. La portavoz del Consejo de la Federación, Valentina Matvienko, insistió por su parte en la necesidad de explicar esa nueva ley a los ciudadanos preocupados: «Rusia no quiere cerrarse o aislarse del mundo, no tendría sentido y es imposible”, declaró. (DW)