Patria

Patria

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Palabra que alude a nuestros padres y a nuestra tierra. Contiene una historia en cuanto que remonta el tiempo y localiza un espacio. Se identifica con una colectividad, un grupo humano también llamado nación. Normalmente, se nos manifiesta en tradiciones, costumbres y modos de ser compartidos, es decir, una cultura que ha ido surgiendo anónimamente por generaciones y que se prolonga en el tiempo mediante los que nos suceden. Sin embargo, supera todo esto.

Es una palabra cuyo significado no se deja precisar con facilidad, por lo que ha sido objeto de múltiples definiciones. Pero esto no significa que sea una palabra indefinida. Por el contrario, la sentimos con fuerza. Es una realidad que está dentro de nosotros y que nos llena el alma. Implica una singularización que nos diferencia de otros grupos patrios o nacionales, o de la humanidad, expresión muy genérica. Pero a la vez, permite que otros se incorporen: es el caso de los inmigrantes que más pronto que tarde la sienten como propia. Y como los padres de estos últimos se ubican en otra tierra, sienten las dos patrias dentro de ellos. O sea, no es un concepto excluyente, sino que abraza a gentes diferentes y nos aúna en el alma, sin que nadie reniegue de sus orígenes. Definitivamente, es una palabra difícil de definir y por eso empleo el término palabra y no concepto ni idea. Es una realidad inasible dentro de nosotros y de la cual no podemos desprendernos.

Llevarla dentro compartiéndola nos genera alegrías y tristezas; y nos exige desprendimientos, esfuerzos y superación, que la dejación, la flojera o los intereses personales nos incitan a evadirlos o disimularlos, sacando la vuelta u obteniendo ventajas indebidas.

En este 2023, nuestros políticos están enfrentados a renovar las reglas para la convivencia en la Constitución. Y también hay problemas acuciantes que afectan nuestra vida, como la incertidumbre generalizada, la violencia por doquier y las dificultades materiales que requieren legislaciones y acciones precisas y oportunas. En este año que comienza les pedimos a ellos, que tienen el privilegio de velar por la vida nacional, que, sobrepasando sus intereses y sus cálculos, velen por la Patria antes que nada. Que si la Constitución y las leyes no son más que normas para ordenar y encauzar la convivencia, las vivifiquen con esta inasible realidad a la que pertenecemos.

Hoy, como pocas veces, la Patria, esta seña espiritual que nos reúne e identifica, requiere de una presencia guiadora. (El Mercurio)

Adolfo Ibáñez