Una nueva arista se abrió en el Caso Penta, donde se investiga por delitos tributarios y otros ilícitos a más de una decena de personas, entre políticos y empresarios. Según revela este viernes revista Qué Pasa, los controladores del grupo, Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano, admitieron en su declaración al fiscal Carlos Gajardo, del 5 de enero, haber practicado una fórmula para sacar dinero desde el holding sin dejar registro y, de esa manera, además del mecanismo de las boletas falsas que se investiga, rebajar su base líquida imponible en su declaración de impuestos.
La fórmula se explica a través de cuatro contratos de forwards con la empresa de asesorías financieras Siglo Outsourcing, representada por Roberto Carrasco. Este negocio implica un acuerdo entre dos empresas que apuestan al valor futuro de la moneda y sobre el tipo de cambio actual se calcula un diferencial con el proyectado. Una de las empresas pierde. Aunque es un mecanismo usado en el mercado, en este caso Penta siempre perdía, pero de manera ficticia, porque los contratos se firmaban con una fecha falsa, y como si hubiesen ocurrido varios meses antes y con el monto de la pérdida ya pactada para Penta.
En 2013, Penta “perdió” en estos contratos $350 millones, que en su declaración era declarado como gasto. Pero en realidad según declararon ante Gajardo, el dueño de Siglo Outsourcing devolvía este dinero a cambio de una comisión. La Fiscalía tiene dos contratos de este tipo y están firmados por Carlos Alberto Délano y Hugo Bravo, y los otros por Hugo Bravo y Marcos Castro, estos últimos formalizados ayer por la Fiscalía Oriente.
Los $350 millones fueron parte de la conversación entre Hugo Bravo y Carlos Eugenio Lavín, que quedó registrada en la grabación que hizo el primero el 7 de septiembre. En ella el ex gerente de Penta expresa su molestia ante Lavín por el hecho de que el abogado del grupo Alfredo Alcaíno le pregunta en detalle sobre el destino final de la plata después de la operación.
“Esa vez me exigió que le dijera en qué había gastado cada peso, los cheques que giré. Seguramente (Óscar) Buzeta (gerente de Administración y Finanzas de Penta) dijo: ‘Hugo Bravo cobró $200 o $300 millones, repartió un bono de $60 millones, y faltan $240 millones, se quedó con ellos…’. No han pensado ese tema, pero se les olvidó que le pagué $ 100 millones a Pablo Longueira en efectivo, otro tanto a Golborne…”.
Sin embargo, el reportaje señala que en la empresa dudan respecto a que esta versión de Bravo sea completamente cierta. Porque no hay rastro visible del dinero que eventualmente se le entregó a Longueira, como sí ocurre en otros casos donde las boletas tenían registradas las iniciales de los beneficiados.
Estos nuevos antecedentes pueden configurar nuevos delitos para los imputados, incluyendo contrato simulado y estafa. (El Mostrador)