El precio del petróleo sigue en descenso y ha llegado a los 53 dólares el barril. Si bien muchos atribuyen esta caída al simple resultado de la oferta y la demanda por el hidrocarburo, hay otros, como Larry Elliott de The Guardian, que asignan este descenso a una burda manipulación de la política de Estados Unidos. Para Elliott, si Arabia Saudita fue capaz de cuadruplicar el precio del petróleo en los años 70 para castigar a Estados Unidos por su apoyo a Israel, y luego hundir el precio en los 80 para desestabilizar el régimen de Saddam Hussein, hoy tiene mayores razones para bajar el precio a la mitad y así eliminar a los enemigos número uno de Estados Unidos que son Siria, Rusia e Irán.
Según Larry Elliot, Washington ha convencido a los saudíes que deben inundar el mercado con petróleo barato para bajar los precios y así diezmar la economía de Rusia e Irán. Con esto se reduciría la resistencia de Moscú para la ampliación del cerco de la OTAN y el aumento de las bases militares estadounidenses en Asia Central. Según esta teoría el plan estadounidense-saudí ha conseguido reducir los precios del petróleo en un 50 por ciento desde sus últimos máximos hace seis meses, creando gran turbulencia en los mercados con un auténtico «golpe petrolero».
Otro autor que confirma la «conspiración» estadounidense es F.William Engdahl, quien en «El estúpido secreto entre Estados Unidos y Arabia Saudi sobre el reparto de Siria» señala:
«Los detalles entre un nuevo acuerdo secreto, y bastante estúpido, entre Arabia Saudí y Estados Unidos contra Siria y los llamados países del bloque IS están emergiendo… Esto implica el control del petróleo y el gas en toda la región y el inundamiento de petróleo barato por Arabia Saudita para el debilitamiento de Rusia e Irán. Estos detalles fueron acordados en la reunión del 11 de septiembre entre el secretario de Estado estadounidense, John Kerry y el rey saudí… Desde entonces, el reino de Arabia Saudita ha estado inundando el mercado con petróleo barato, lo que provocó una guerra de precios dentro de la OPEP… Los saudíes están apuntando las ventas a Asia y en particular a su principal cliente asiático, China, donde han comenzado a ofrecer el crudo a tan sólo 50 dólares el barril en lugar del precio anterior de 100 dólares el barril. Esta operación de descuento financiero saudí tiene todas las luces de constituir una operación de guerra financiera de Estados Unidos contra Rusia, a través de la oficina de Terrorismo e Inteligencia Financiera anclada en Wall Street, donde se controla el comercio de los derivados del petróleo. El resultado de todo esto ha sido un pánico que cobra fuerza diaria y al cual algunos mercados, como China, están muy felices de comprar petróleo barato, pese a que sus aliados más cercanos, Rusia e Irán, están siendo golpeados severamente…
Lo que se busca, de acuerdo a esta teoría «conspiranoica», es desestabilizar a la región asiática, ofreciéndole petróleo barato que las haga romper sus vínculos con Rusia, el proveedor oficial que resultaría cobrando precios «abusivos». De hecho, Arabia Saudí está vendiendo petróleo a China a 50 dólares el barril, bastante menos de los 110 dólares que tenía hace seis meses.
PETROLEO BARATO PARA HUNDIR A RUSIA
Para Rashid Abanmy, Presidente de las Políticas petroleras de Arabia Saudita, con sede en Riad, el colapso de los precios está siendo causado deliberadamente por los saudíes. El motivo esgrimido por Arabia es ganar nuevos mercados ante un debilitamiento global de la demanda de petróleo. Pero la verdadera razón, según Abanmy, es para presionar a Irán sobre su programa nuclear, y hacer que Rusia ponga fin a su apoyo a Bashar al-Assad en Siria. Más del 50% de los ingresos del Estado ruso proviene de sus venta de exportación de petróleo y gas. La manipulación de los precios del petróleo entre Estados Unidos y Arabia está dirigido a desestabilizar a los máximos oponentes de las políticas expansivas de Estados Unidos que hoy se encuentran a un paso de su broche de oro con el Tratado de libre comercio entre Europa y Estados Unidos, que no solo da amplias ventajas a las megacorporaciones de Estados Unidos sino que de acuerdo a un informe independiente generaría la perdida de 600 mil empleos.
Si bien las «teorías conspiranoicas» que exponen estos autores tienen un fundamento sólido como lo es la manipulación del precio que realiza Arabia Saudí, hay otros elementos que muestran que el tema es algo más complejo por las presiones geopolíticas que gravitan en el Medio Oriente.
En primer lugar, es efectivo que Arabia Saudí ha manipulado anteriormente el precio del petróleo. En 1973, el presidente egipcio Anwar Sadat convenció al rey Faisal de Arabia Saudi de reducir la producción y aumentar los precios, y luego ir aún más lejos como embargar las exportaciones de petróleo. Todo esto con el objetivo de castigar a Estados Unidos por su apoyo a Israel en su lucha contra los países árabes. El castigo funcionó y los precios se cuadruplicaron al pasar de 3 a 12 dólares el barril. Además, este hecho permitió idear el acuerdo que brindó la protección militar de Estados Unidos a Arabia Saudí y que dio inicio a los petrodólares.
En 1986, 1990 y 1998 los saudíes volvieron a manipular los precios para hacerlos caer en picado como una forma de hundir a Rusia. En 1998 tuvieron un gran éxito cuando lograron reducir el precio más del 50 por ciento (de 25 a 12 dólares el barril). Tras este hecho, Rusia dejó de pagar su deuda y entró en una severa crisis económica. La conocida crisis de 1998 que se sumó a la crisis asiática iniciada en julio de 1997 y que dio pie a la quiebra de Long Term Capital Management, la quiebra de Enron y la crisis de las puntocom.
GEOPOLíTICA Y GUERRA DE PRECIOS
Sin embargo, la teoría de la conspiración entre Washington y Arabia Saudí se desploma si consideramos que esta «guerra de precios» también destruye la industria del Shale Oil, incubada en Estados Unidos y responsable de reducir el desempleo y aumentar el crecimiento de manera muy significativa. ¿Puede querer, Estados Unidos, destruir sus fuentes de empleo y riqueza por una guerra geopolítica con Rusia? El análisis no es fácilmente atribuíble a una teoría conspiranoica dado que es más complejo.
Al bajar el precio del petróleo Arabia Saudí da un golpe a su principal enemigo en la región que es Irán, país que posee armas nucleares y que a su vez es el principal apoyo del gobierno de Siria en la región. Con su estrategia de bajar los precios, Abdullah da un serio golpe a Siria e Irán. El conflicto es una guerra de poder entre Irán y Arabia Saudi, que atraviesa el Libano, Siria e Irak. Los saudíes saben que Irán es vulnerable al precio del petróleo dado que necesita 130 dólares por barril para equilibrar su presupuesto. Con el petróleo a 50 dólares Irán tiembla y el ayatolá Alí Jamenei puede hacerse más flexible a las presiones de occidente para contener sus ambiciones nucleares. El presidente iraní Hassan Rouhani señaló que la violenta caída en el precio del petróleo era «una conspiración contra los intereses de la región, contra el pueblo musulmán y contra el mundo musulmán».
El descenso en el precio del petróleo afecta a todos los países productores. Las necesidades presupuestarias de Rusia y Arabia Saudí se encuentran casi en el mismo nivel de acuerdo a esta gráfica de Deutsche Bank y el FMI. Pero Venezuela, Nigeria, Algeria, Irán y Libia se deslizan hacia la asfixia financiera por la guerra de precios emprendida por Arabia Saudí.
El objetivo principal para los saudíes es deshacerse de Bashar al-Assad para romper el acuerdo entre Siria, Irán e Irak y la construcción del oleoducto que va desde el puerto iraní Assalouyeh a la ciudad siria de Damasco a través de Irak. Este proyecto de 10 mil millones de dólares tardaría tres años en terminarse y se alimentaría de gas en los campos de South Pars que Irán comparte con Qatar.
Las autoridades iraníes manifestaron su intención de extender el gasoducto hacia el Mediterráneo para suministrar gas a Europa. El temor a que este cordón umbilical económico ayude a consolidar un eje predominantemente chiita en la región siembra los miedos en occidente. Es el miedo que propaga Estados Unidos para impulsar una guerra estratégica que paralice a Rusia y China y evite la creación de una eje euro-asiático que ponga en apuros el orden mundial que controla Estados Unidos.
Sin embargo la guerra de precios está lejos de hundir a Rusia y más cerca de socavar los avances de Estados Unidos en materia de empleo y crecimiento en los últimos años. Rusia posee reservas por más de 500 mil millones de dólares lo que lo instala muy lejos de un colapso aunque caiga en una profunda recesión. Tras la crisis de 1998 Rusia aprendió la lección (al igual que los países asiáticos tras la crisis de 1997) y ha acumulado una gran cantidad de reservas. Asimismo, la deuda pública de Rusia llega al 14 por ciento del PIB, lo que instala a este país en una situación inmejorable frente a Estados Unidos y los países europeos donde la deuda pública supera el 100 por ciento del PIB. La amenaza de Rusia al igual que los países europeos, es la abultada deuda del sector privado, que llega a los 700 mil millones de dólares.
Los factores que no toman en cuenta las teorías conspiranoicas en torno al precio del petróleo, es quien pierde más a un precio de 53 dólares el barril. Como vemos en la gráfica siguiente, los países de la OPEP tienen un costo promedio de 37 dólares el barril mientras Rusia tiene un costo de 44 dólares el barril. Aún a 50 dólares el barril, Rusia (y por cierto los países de la OPEP) tienen un margen, aunque sea pequeño, de utilidades. No ocurre lo mismo en Estados Unidos donde el Shale-Oil, el producto estrella de Estados Unidos en estos seis años de crisis, tiene un costo de 75 dólares el barril.
El fuerte descenso en el precio del petróleo afecta, de sobremanera, a Estados Unidos y la industria del fracking se encamina a su desplome. La burbuja del fracking fue la responsable del aumento en la producción de petróleo y la disminución del desempleo en Estados Unidos. La reversa que ha comenzado a sufrir esta industria amenaza con volver a disparar el desempleo en Estados Unidos y devolverlo al epicentro de la crisis. Una vez que se agoten los stocks el petróleo volverá nuevamente a subir y puede volver sin problemas a los 145 dólares el barril de julio de 2008. Y en esta nueva explosión del precio también tendrá mucho que ver Arabia Saudí, el principal manipulador del precio del petróleo.(Blog Salmón)