El 2016 marcó varios récords negativos para la economía brasileña. Así, el PIB del país se contrajo 3,6% en el año, lo que, sumado a la contracción de 2015, significó una caída de 7,2% en dos años, la peor recesión en la historia de la mayor economía latinoamericana desde que comenzó a llevar registro en 1948. Para el cuarto trimestre del año, la contracción fue de 0,9%, casi el doble del 0,5% esperado por los expertos encuestados por Bloomberg.
Con esta caída bianual el PIB brasileño retrocedió a sus niveles del tercer trimestre de 2010. “A partir de este período, había perdido todo el crecimiento observado de la economía”, dijo Rebeca Palis, coordinadora de Cuentas Nacionales del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la institución que elabora el dato.
Además, por primera vez desde 1996, los sectores agrícola, industrial y de servicios, todos mostraron un declive: el primero cayó 6,6%, el máximo desde ese mismo año, mientras que la industria se contrajo 3,8% tras un retroceso de 6,2% el año anterior. “Es una caída peculiar que afecta a todos los sectores en todos los ámbitos”, afirmó Palis.
El sector de servicios –responsable de 70% de la economía– disminuyó 2,7%, con las peores cifras concentradas en comercio (-6,3%) y transporte (-7,1%). El desempeño fue desalentado por el mercado laboral –que registró cifras de desempleo de dos dígitos durante la mayor parte del año pasado y llegó a 12,6% en enero– y por el débil gasto de consumo, que cayó 4,2% en 2016, a pesar del retroceso de los precios. “La inflación se redujo más desde la mitad del año en delante. Podemos esperar una mayor influencia de la caída de la inflación en 2017”, aseguró Palis.
INVERSIONES A LA BAJA
A la vez, las inversiones –indicador clave para medir la confianza de los mercados en las reformas del presidente Michel Temer- cayeron 10,2% el año pasado, llegando a 16,4% del PIB, comparado con 18,1% el año anterior. Para el cuarto trimestre, la cifra marcó 15,6% del PIB, y es otra “primera vez” para la economía del país, ya que es la tasa más baja desde que se inició el registro en 1995.
Eso puede ser explicado en parte por la alta tasa de interés, que el banco central empezó a bajar desde octubre a ritmo acelerado, llevándola desde 14,25% a 12,25% actualmente. “Hay mucha capacidad desocupada en la economía y es una razón para el banco central de moverse más rápido”, dijo a Bloomberg Cristiano Oliveira, economista jefe de Banco Fibra.
PRONÓSTICOS MODERADOS
Desde el gobierno atribuyeron las cifras publicadas ayer a la crisis causada por la administración anterior. “El PIB que fue publicado hoy se refiere al año pasado. Es el espejo retrovisor”, dijo el ministro de Finanzas, Henrique Meirelles. A su vez, el presidente, Michel Temer, aseguró que “la inercia es lo que produjo la recesión, de la cual ya estamos saliendo”. Además, agregó que las cifras de inversión extranjera directa –que llegó a US$ 11.500 millones en enero– muestran que la confianza de los mercados en el país se está restableciendo.
“Toma tiempo arreglar las malas políticas económicas y tomará todavía más tiempo ordenar el gran caos dejado por las políticas económicas del Partido de los Trabajadores después de 2005 y sobre todo después de 2011”, dijo a DF Claudio Considera, experto en economía aplicada del Instituto Brasileño de Economía FGV/IBRE. Según los expertos, la economía volverá hacia las cifras azules este año. Los pronósticos son moderados y apuntan a una expansión de hasta 0,8%. Sin embargo, dice Considera, “algunas de las políticas recientes como el control de inflación y la reducción de las tasa de interés pueden afectar positivamente al consumo y las inversiones privadas” y llevar a elevar los pronósticos.
SIGUIENDO LA AGENDA
Mientras tanto, el gobierno está apurando su agenda de reformas. El lunes, el presidente pidió a sus partidarios en congreso que aprueben la reforma clave de pensiones sin indicaciones, señalando de nuevo la necesidad de votar la ley antes de julio. Ayer, tras revelaciones del diario Folha de S. Paulo, confirmó que a fin de mes presentará las primeras medidas provisorias para su reforma fiscal: simplificará las reglas de recaudación de contribuciones de la seguridad social, que proveen 20% de los ingresos del gobierno, pero que son muy difíciles de recaudar. (DF)