El periódico Süddeutsche Zeitung publica un artículo titulado «Definitivamente una dictadura”, en el que llama la atención sobre los resultados de las elecciones de Venezuela y, particularmente, sobre las cifras que siguen a la coma: «Exactamente 5.150.092 votos habría recibido el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en las elecciones del pasado domingo, según las cifras oficiales. Eso equivale al 51,2 por ciento, no redondeado, sino con toda exactitud, es decir: 51,20000 por ciento. ¿Sospechoso? Bueno, algo muy similar ocurre en el caso del candidato opositor: 44,20000 por ciento. ¿Y los otros contendientes? Exactamente 4,60000 por ciento.
La probabilidad de que los venezolanos hayan votado así por pura casualidad es de cerca de una en cien millones. Mucho más probable es, por eso, que alguien en el cuartel general de los gobernantes chavistas haya establecido a priori qué porcentaje se le asignaría grosso modo a la oposición. Luego se determinó rápidamente, con una calculadora de bolsillo, a cuántos votos equivaldrían tales porcentajes. Listo queda el resultado electoral.
Una farsa, sin duda, pero a fin de cuentas da igual. Porque, de todos modos, nadie sabe si los números presentados por el Consejo Nacional Electoral son correctos. Porque hasta ahora no se han presentado pruebas del resultado electoral, han desaparecido papeletas de votación y no ha habido un recuento independiente y transparente.
Hay que decir que hace tiempo que Venezuela no es una democracia cabal. Ya en el pasado, los chavistas gobernantes gustaban de bloquear a los candidatos opositores con más posibilidades. Se atraía electores con regalos financiados por las arcas estatales y, de ser necesario, también se amenazaba un poco. No obstante, al menos se hacía un intento de guardar las apariencias. Pero eso ha quedado atrás. Las elecciones del domingo no fueron simplemente manipuladas. El régimen de Caracas las robó, de forma descarada y burda. Si antes se solía calificar a Venezuela de democracia aparente o de Estado autoritario, ahora hay una sola palabra acertada: dictadura. (…)
Una elección robada y mano dura contra los manifestantes: el régimen de Maduro muestra lo que es”.
FALLIDA PINCELADA DEMOCRÁTICA
El matutino Die Tageszeitung (TAZ) apunta que, en vez de recibir respuestas, tras meses de tensión, la población de Venezuela está en la incertidumbre: «La comunidad internacional, que casi no estuvo presente en las misiones de observadores electorales, no solo debe exigir transparencia como condición para reconocer las elecciones. Si habla en serio, debe llevar también respaldo internacional independiente al país, para generar esa transparencia; y debe hacerlo rápido, antes de que las pruebas sean destruidas.
Está claro: para Maduro, el objetivo de los comicios era volver a dar una pincelada democrática a su régimen, tras años de no contar con reconocimiento internacional y de la debacle en torno al presidente interino Juan Guaidó. Independientemente de lo que ocurra en los próximos días, eso fue un estrepitoso fracaso. Lo que dicen Maduro y su gente demuestra que quieren seguir adelante como hasta ahora. Mienten y no tienen intención de cambiar nada en la situación del país, ni en cuanto a la represión, la tortura y el asesinato”.
FALTA DE UNIDAD EN OEA
El semanario Die Zeit, en su versión en línea, indica: «La Organización de Estados Americanos (OEA) no ha logrado hasta ahora una posición conjunta frente a lo que ocurre en Venezuela. Una resolución, que entre otras cosas demandaba la publicación detallada de los resultados electorales y una garantía de libertad de reunión, no obtuvo mayoría en la sesión de emergencia del Consejo Permanente del organismo. 17 países votaron a favor del borrador, 11 se abstuvieron y otros cinco no acudieron a la reunión en Washington, D. C.
Así, la resolución presentada por Estados Unidos, Argentina, Uruguay y Paraguay no logró, por poco, la mayoría absoluta requerida. También Brasil y Colombia se abstuvieron, pese a que sus presidentes de izquierda también habían expresado previamente dudas en cuanto al resultado electoral y habían demandado la publicación de las listas de escrutinios”. (DW)