El próximo domingo 2 de julio se celebrarán las primarias legales de Chile Vamos (ChV) y del Frente Amplio (FA). ¿En qué fijarse para ponderar los resultados de ese día? Por cierto, en los ganadores, pero también en los porcentajes de cada candidato y, de manera clave, en el universo de votantes. Ya se sabe que las elecciones no solo se ganan o se pierden, sino que se “interpretan”.
En materia de participación, la primaria de 2013 dejó la vara alta: poco más de dos millones de votantes en el caso de la Nueva Mayoría y de ochocientos mil en la derecha. El grado de implantación territorial de la derecha le debiera permitir rondar el millón de electores. Una participación inferior a 2013 constituiría un fuerte revés.
En el caso del FA, el universo de votantes es un dato político tan incierto como significativo. Si el FA es verdaderamente competitivo en primera vuelta; si sigue siendo un movimiento esencialmente juvenil y de clases medias altas, o bien va hacia una implantación territorial pluriclasista, se medirá, en gran medida, en la participación que alcance su primaria. Una cifra que sobrepase los quinientos mil electores constituiría un claro éxito y lo dejaría en una expectante posición en lo electoral. Bajo doscientos cincuenta mil participantes el resultado tendría sabor a derrota esa noche. Entre esas dos cifras, un amplio margen para la “lucha interpretativa”.
En la derecha, si bien el triunfo del expresidente Piñera parece seguro, será importante ver en qué porcentaje lo hace. La votación de Ossandón es relevante, pues se trata de un voto que no es fácilmente endosable a Piñera en primera vuelta. Menos luego del reciente debate que no solo fue de vuelo rasante, incluso chabacano, sino que terminó por escenificar la ruptura entre ambos candidatos y de enemistar a sus electorados.
La competencia entre Sánchez y Mayol será interesante de seguir. Luego de una indiferenciación política inicial, se fue instalando un clivaje en el cual Mayol comenzó a ocupar un espacio más definido de izquierda, apelando a sus señas de identidad más clásicas, y volviendo a la idea de disputar el espacio a la izquierda histórica. Por su parte, Sánchez se posicionó en un discurso y en una estética ciudadana transversal y emotiva, subordinando el eje derecha/izquierda y de clase. Un inesperado triunfo de Mayol marcaría un cambio de hegemonía en el FA. Por el contrario, un nítido triunfo de Sánchez reforzaría la tesis “ciudadanista” y consolidaría a Revolución Democrática como el eje del FA. Una llegada estrecha entre Sánchez y Mayol obligaría a renegociar el poder dentro del FA, entre lo que comienza a vislumbrarse como dos opciones estratégicas.
El próximo domingo, el protagonismo será para Chile Vamos y el Frente Amplio, como lo ha sido en estas semanas gracias a la cobertura televisiva que dan las primarias. Como mudos espectadores de este proceso, estarán la izquierda de la NM y la DC, todavía tratando de entender y de determinar responsabilidades por tan generosa ventaja regalada en esta etapa. (La Tercera)
Ernesto Aguila