-El senador comunista Daniel Núñez dijo hace un rato que “ser gobierno significaba asumir sus costos”, ¿Qué le parece?-, le preguntó una reportera a José Miguel Insulza, el miércoles a la salida de un almuerzo con el ministro Giorgio Jackson (Segpres) en el piso 14 del Congreso.
-Sí, eso es muy cierto y nosotros lo sabemos muy bien- respondió el senador socialista con cierta ironía, dejando entrever la experiencia de su partido en los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría y los costos muchas veces enrostrados por el Frente Amplio y el propio PC.
Esa mañana, Núñez había criticado la actitud desleal de algunos senadores del PS, al desmarcarse de la decisión del gobierno de apurar una ley de amnistía para los presos del estallido. “Me atrevería a decir que para algunos senadores socialistas es un hobby criticar a los ministros del Presidente Boric (…)”, dijo Núñez, y los emplazó a analizar “si amerita ser gobierno en esas condiciones”.
Pero ese no fue el único impasse que ese día enfrentó a figuras del PC y el PS.
Los parlamentarios comunistas expresaron su malestar al ministro (S) del Interior, Manuel Monsalve (Izkia Siches se encontraba en cuarentena por Covid), por solicitar una nueva prórroga para el estado de excepción en la Macrozona Norte hasta el 16 de abril. “No es bueno habernos enterado a las 7.00 a.m. que se votaría un estado de excepción”, dijo Núñez. La extensión fue aprobada mayoritariamente, pero con votos en contra de los diputados del PC María Candelaria Acevedo, Lorena Pizarro y Matías Ramírez.
Pero el broche de oro a una jornada que enfrentó a socialistas y comunistas lo puso el alcalde Daniel Jadue, con duras críticas al titular de Hacienda, Mario Marcel (quien pese a no ser militante, es considerado como un ministro socialista). “Todos sabíamos quién era Marcel. Fue el presidente del Banco Central puesto por Piñera para resguardar la política neoliberal”, dijo el excandidato presidencial del PC en el programa Sin Maquillaje, transmitido en YouTube, que se viralizó rápidamente.
La serie de declaraciones de esa jornada es una clara muestra de la soterrada disputa por el poder de la nueva coalición de gobierno que se vive entre comunistas y socialistas. Y la dirección en que se mueven las primeras decisiones -más al centro o más a la izquierda- son las señales inmediatas sobre quién va ganando peso.
“Todas estas críticas al PS no son casuales”, revela un dirigente del PC, quien agrega que la estrategia del partido es velar por el cumplimiento del programa y hacer ver cuando los socialistas no lo estén haciendo.
El presidente del PC, Guillermo Teillier, resta dramatismo a esos impasses y advierte que las diferencias entre ambas colectividades continuarán: “Somos dos partidos distintos y no podemos pensar igual en todo. Lo que nos une es el programa y eso es lo más importante. ¿Habrá más diferencias? Sí, sería ilógico pensar que no”. Pero el exdiputado asegura estar confiado “en que haya un entendimiento cada vez mayor entre ambos partidos”. Para ello, dice, es muy importante que las cosas se planteen con franqueza los lunes en la reunión del comité político en La Moneda y no encontrarse con sorpresas en la prensa.
Marcelo Schilling, histórico dirigente socialista, reconoce que ha sido difícil, especialmente para los parlamentarios, adaptarse a esta nueva realidad, de ser un partido del gobierno de Apruebo Dignidad (AD). “Hay que acostumbrarse a jugar en esta nueva posición y no ha sido sencillo. Veníamos con el tic nervioso de ser oposición a Piñera y a veces no es fácil superar los tics”, comenta con humor.
Quizás por ello, tras el triunfo de Boric en segunda vuelta, había un grupo de socialistas que no eran partidarios de entrar al gobierno ahora, y esperar un segundo tiempo para entrar con mayor majestuosidad.
Pero Schilling -actual coordinador de la bancada de diputados- se pone muy serio al señalar que su partido, desde que aceptó apoyar a Boric sin condiciones -la tarde del 21 de noviembre, al pasar a segunda vuelta- y luego ingresar a su gobierno, resolvió las dos grandes interrogantes que había sobre el futuro de la colectividad. “Estas eran, cuál sería el carácter en la relación con el nuevo gobierno y cuál será su política de alianza en los próximos 10, 15, 20 años. Eso se zanjó y si hoy hay una elección nacional, el PS iría junto Apruebo Dignidad”, sentencia.
En estas primeras semanas de gobierno, marcadas por las discrepancias y tensiones entre AD y el llamado Socialismo Democrático, Boric replicó una fórmula que sus antecesores usaron con habitualidad para limar asperezas al interior de sus coaliciones: un cónclave en los amplios comedores y jardines de la casona en Cerro Castillo frente al mar. Según algunos presentes, en el encuentro realizado el viernes, tanto el PC como el PS dejaron claro que buscarán ser un actor relevante del gobierno. Pero el mensaje central de Boric esa mañana fue que en su gobierno “no hay partidos de primera o segunda categoría”. “Todos van a ser tratados con el respeto y la deferencia que merecen”, dijo el Mandatario, quien puso sobre la mesa la posibilidad de agrupar en un solo bloque a todos los partidos que apoyan su gobierno.
El vínculo de socialistas y comunistas carga una pesada historia de desencuentros. Para Ana María Stuven, académica de la UDP, es difícil predecir cómo le irá al “matrimonio PS-PC” en este gobierno: “El PS ha convivido con coaliciones de izquierda en las cuales ha estado el PC, pero no siempre de acuerdo con la ortodoxia comunista. Sus diferencias de estrategia fueron evidentes durante la Unidad Popular”.
El sociólogo Tomás Moulian, actual integrante de Revolución Democrática, pero que ha mantenido una estrecha relación con los comunistas, coincide que es muy temprano para decir si la convivencia de ambos partidos perdurará en el tiempo o el PS volverá a una alianza con la DC. “Es una incógnita. Creo que si la Democracia Cristiana se acerca al gobierno, facilitará un buen entendimiento entre comunistas y socialistas, pero eso no lo sabemos todavía. Aparte de ello, veo muy complicado el panorama para el gobierno de Boric, porque la oposición de derecha será muy dura, al igual como ellos lo fueron”, señala.
En este juego por el poder, las próximas elecciones internas en ambos partidos cobran mayor relevancia y han activado a la militancia, especialmente a las bases socialistas. Tras una gestión de cinco años con luces y sombras, Álvaro Elizalde dejó la presidencia el 11 de marzo al asumir la jefatura del Senado. El comité central (110 miembros) deberá elegir su sucesor o sucesora el domingo 8 de mayo y las inscripciones cierran el 7 de abril.
Si bien habrá competencia entre las distintas facciones, se espera la conformación de una mesa de consenso entre los sectores mayoritarios.
Luego de que el gobierno descartara su designación como embajador en Washington, propuesta por su partido, el exsenador Juan Pablo Letelier confirma aquí su intención de aspirar a la presidencia. “Soy de los que creen que el PS tiene una responsabilidad muy grande en esta coyuntura. Fui uno de los que promovieron (en mayo de 2021) que participáramos en las primarias con la izquierda (FA y PC) y soy de los que creen en un tránsito natural a una alianza amplia de toda la izquierda. En ese sentido, me sentiría muy honrado en ser candidato al comité central y liderar un proyecto colectivo”.
El senador Fidel Espinoza es otro de los candidatos en carrera: “Tengo muchas ganas de presidir el partido, para ser una voz potente ante el gobierno del Presidente Boric, que defienda nuestro legado y sea crítico, como lo he sido en estos días, cuando se toman decisiones erradas”.
El PC, en tanto, tenía agendado para abril el inicio de un congreso que debía resolver la elección del nuevo comité central, comisión política y los cargos de presidente y secretario general (electos por la comisión política).
Sin embargo, Teillier (quien lidera el PC desde 2005) cuenta que una vez más le pidieron que postergara su salida. “El acuerdo es comenzar el congreso (que durará entre tres y cuatro meses) una vez que termine la Convención”, cuenta, ya que la prioridad hoy es apoyar una nueva Constitución. (La Tercera)