Un inminente y tenso cambio de rostros se avecina en el Consejo Directivo del Servicio Electoral, instancia crucial para la supervisión y la dictación de medidas para las elecciones y plebiscitos.
En febrero del próximo año culmina su mandato el actual consejero y presidente del organismo, Andrés Tagle (ingeniero ligado a la UDI), quien ya ha advertido públicamente que no pretende seguir en el cargo. A él se suma el caso de Alfredo Joignant (cientista político vinculado al PS), cuyo mandato expiró en febrero de 2023, pero que ha continuado en funciones debido a una cláusula legal que extiende su permanencia hasta que esté nombrado su reemplazante.
Ante estas dos vacantes, una de las cuales debiera otorgarse a la UDI y la otra al oficialismo, en el gobierno está cobrando fuerza la idea de entregar este segundo asiento al Frente Amplio (FA), cuya dirigencia viene exigiendo tener voz y voto en el Consejo del Servel.
Esta ola de rumores, sin embargo, tiene en estado de alerta a los senadores socialistas, que habían propuesto formalmente en 2023 al abogado Pablo Gutiérrez (PS), exencargado electoral de la OEA, para el cupo de Joignant. Sin embargo, tras meses de silencio de parte de Boric, el mismo Gutiérrez declinó sus aspiraciones.
Si bien es facultad del Presidente de la República proponer a los integrantes del Consejo Directivo del Servel, esas nominaciones requieren del apoyo de dos tercios de la Cámara Alta, es decir 33 senadores.
El jefe de senadores del PS, Gastón Saavedra, dijo que a pesar de que esta sea “una decisión presidencial, en el caso del Servel existe una historia, y esa historia dice que con anterioridad el cupo era parte del Partido Socialista, es decir, no tendría por qué cambiar”.
“Si el Presidente estima que así fuera (un cambio de equilibrios), me parecería improcedente. No sería aceptable. El Presidente no puede provocar una ruptura o un desbalance en los equilibrios políticos que existen, en la participación de los partidos en las diferentes reparticiones públicas donde se accede para cargos de dirección. En este caso, el Servicio Electoral. No me parece adecuado. Eso significa que se estarían debilitando las confianzas y las relaciones, lo que obligaría a repensar la votación en el Senado. Por lo menos no estoy disponible a ceder el cupo del Partido Socialista en ese servicio y, por tanto, mi voto no va a ser favorable si la persona nominada no corresponde a lo propuesto por el Partido Socialista”, añadió Saavedra.
DISYUNTIVA DE CUPOS
La encrucijada del Servel se debe a que los cupos en el organismo electoral hoy están distribuidos en función de un antiguo equilibrio político que no considera a las fuerzas de izquierda.
Si bien los consejeros no pueden ser militantes y deben renunciar en ese caso a sus colectividades, los nombramientos se ceñían a un cuoteo histórico, que hoy se mantiene: un RN (David Huina), una PPD (Pamela Figueroa), una DC (Cristina Escudero), además de Tagle (UDI) y Joignant (PS).
Ese diseño dejaba a la DC con un asiento a pesar de no tener la misma representación parlamentaria y al Socialismo Democrático con dos escaños (Figueroa y Joignant).
Para tratar de compensar esta situación, parlamentarios frenteamplistas han promovido el nombre de la abogada y antropóloga Antonia Rivas (FA), quien integró el Comité de Expertos en el segundo y fallido proceso constituyente.
El problema es que la ecuación no es sencilla de resolver para Boric, ni tampoco para el ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde (PS), quien está a cargo de destrabar los nombramientos, ya que si el Mandatario decide proponer a Rivas o a otra figura del Frente Amplio, al menos se encontrará con el voto en contra y la molestia de los socialistas.
Hoy la bancada del PS, con siete miembros, es el grupo oficialista más grande del oficialismo. Por lo tanto, un desaire al “partido de Salvador Allende”, como le dicen sus militantes para remarcar su peso histórico, puede tener efectos negativos en la relación con el Ejecutivo.
Por el contrario, el Frente Amplio hoy solo tiene a un representante en el Senado, Juan Ignacio Latorre, quien si bien con los dos senadores del PC (Daniel Núñez y Claudia Pascual) y los dos del comité FRVS (Esteban Velásquez y Alejandra Sepúlveda) puede hacer un mayor contrapeso al PS, sus votos son insuficientes aun sumando a toda la derecha en bloque (25 votos), cuyo alineamiento también es poco probable.