El Presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció este jueves que los servicios especiales del país cometieron un error importante al referirse al asesinato el martes del general Igor Kirilov, en un atentado en Moscú reivindicado por Ucrania. «Nuestros servicios especiales no han visto venir estos golpes. Eso significa que tenemos que mejorar el trabajo. No podemos permitir que ocurran equivocaciones tan graves», dijo Putin en su conferencia de prensa de final de año.
El general Igor Kirilov, jefe de la unidad de armas químicas, biológicas y radiológicas del ejército ruso, murió el martes en un barrio residencial de Moscú junto a su asistente, al explotar un scooter eléctrico estacionado cerca de la entrada del edificio del que salían.
Kirilov es el militar de mayor rango asesinado en Rusia desde el inicio del conflicto hace casi tres años. El servicio de seguridad ucraniano (SBU) reivindicó la explosión, en lo que calificó de «operación especial», y tachó a Kirilov de «criminal de guerra», porque «ordenó emplear armas químicas prohibidas contra los soldados ucranianos».
«DUELO» CON OCCIDENTE
Con todo, Vladimir Putin se mostró confiado, considerando que la situación «cambiaba radicalmente» en el frente en Ucrania, donde sus soldados avanzan «por kilómetros cuadrados». Sus tropas están ganando terreno a un ritmo que no se veía desde principios de 2022.
El Ejército ruso tomó las localidades ucranianas de Avdiivka en febrero y de Vugledar en octubre, y está a las puertas de varias ciudades importantes a nivel militar, como Pokrovsk, Kurajove y Kupiansk.
En cambio, Putin admitió que no puede dar una «fecha precisa» de cuándo logrará su ejército expulsar a las fuerzas ucranianas de la región rusa de Kursk, de las que controlan una pequeña parte desde agosto gracias a una ofensiva sorpresa. «Por supuesto, las derrotaremos», aseguró aún así.
Esta ofensiva, la más importante ocurrida en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial, causa malestar en el Kremlin, que quiere convencer a la población de que la ofensiva en Ucrania no tiene ningún impacto en el día a día de los rusos.
Los ucranianos ocupan cientos de kilómetros cuadrados en Kursk, pese a los intentos de expulsarlos de las tropas rusas, que estarían apoyadas, según Kiev, por soldados norcoreanos.
Putin también ensalzó el nuevo misil ruso Oreshnik, un «arma moderna» capaz de transportar carga nuclear y con un alcance de miles de kilómetros. Rusia utilizó ese misil por primera vez el 21 de noviembre, contra la ciudad ucraniana de Dnipro, en respuesta, según Putin, a bombardeos ucranianos en territorio ruso con misiles estadounidenses y británicos.
Este jueves, el mandatario retó a Occidente a un «duelo de alta tecnología del siglo XXI» entre el misil Oreshnik y los medios de defensa antiaérea occidentales. «Que determinen un objetivo, por ejemplo, Kiev», lanzó Putin. «Lanzaremos un bombardeo allí y veremos qué ocurre«. (Emol EFE)