R. Costa: Confundir reparto con solidaridad es un error

R. Costa: Confundir reparto con solidaridad es un error

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“Al jubilar, uno se enfrenta con el espejo de su vida laboral”. Con esa frase, la economista y subdirectora de Libertad y Desarrollo (LyD), Rosanna Costa, quiere dejar en claro que el debate previsional que está impulsando el gobierno debe ser analizado en conjunto con la situación del mercado del trabajo.

Costa habla con propiedad del tema, ya que en 2006 participó en Comisión Marcel que derivó en la reforma previsional de 2008. Cree que hay varios elementos del sistema de pensiones que deben ser actualizados desde su creación, como la edad de jubilación y el porcentaje de cotización, ya que se calcularon con una realidad distinta a la actual. Asimismo, como ex directora de Presupuestos, analiza cómo se pueden gestar estos cambios, tomando en cuenta la ya delicada situación del Fisco.

– ¿Cuál es su postura respecto a las propuestas que hizo el gobierno?

– El sistema sí necesita más cotizaciones en las cuentas individuales, con gradualidad eso sí, y hay que tener mucho cuidado con el momento económico. Eso mejorará las pensiones gradualmente en el tiempo pero, ¿qué pasará con los pensionados hoy? Ahí hay que tomar una decisión país y si en un contexto de recursos escasos el tema es mejorar las pensiones, hoy tenemos que acudir al pilar solidario.

– Algunas voces señalan que sería más solidario volver al sistema de reparto.

– El sistema de capitalización entrega una pensión basada en lo que depositaste en tu cuenta y lo que rindió, y el de reparto entrega una pensión basada en tu historia laboral. Y el pilar redistributivo solidario en ambos casos suma. Aquí estamos asociando el sistema de reparto con solidaridad y no es así, eso es un mito, porque el reparto se vincula a las remuneraciones, al número de cotizaciones y por eso excluye gente que, aunque haya aportado, si aportó menos que una cierta cantidad de años no recibe beneficios.

– Algunos economistas y empresarios han dicho que el aumento de 5% a cargo del empleador es un impuesto, ¿lo comparte?

– Es un impuesto claro y transparente al trabajo. Si yo lo deposito a mi cuenta individual, lo que sucede es que lo valoro, y lo valoro más porque lo que estoy haciendo es postergar mi consumo en el tiempo pero va a mí cuenta individual, y si va a un fondo que no sé cuánto de eso me toca a mí y si me toca, simplemente es un impuesto. En este caso es un impuesto al trabajo que significa que a la larga tenga una diferencia entre lo que le cuesta al trabajador contratarme y lo que yo me llevo para la casa para financiar mi hogar y mi familia. Esa brecha se traduce en menos empleo y en un efecto a la baja en las remuneraciones también, que es lo que hay que tratar de minimizar.

– ¿Cree que el 5% debe ir completo a la cuenta individual? De ser así ¿cómo se financiaría el pilar solidario?

– La cotización adicional debe ir a la cuenta individual y creo que es posible hacer reasignaciones de gasto público para fortalecer el pilar solidario. El pilar solidario hoy gasta US$ 1.800 millones, se puede incrementar gradualmente dándole la prioridad que queremos darle.

– ¿Se debe elevar la edad de jubilación para las mujeres?

– Una mujer en promedio trabaja y cotiza 15 o 20 años y tiene que financiar 28 años de sobrevida después de los 60. Entonces, hay que ser un poco realistas y en la medida que aumenta la expectativa de vida hay que postergar la edad de jubilación, ya que por cada año que se posterga, la pensión aumenta entre 8% y 10%. Otros hablan de 6%, pero de cualquier forma es un incremento importante. Estamos muy rezagados en este debate, los países de la Unión Europea están yendo más allá de los 65 años.

– Estas variables, como el procentaje de cotización o edad de jubilación, ¿se deberían revisar periódicamente?

– Cuando hicimos la reforma previsional, quedó un Fondo de Reserva de Pensiones para el financiamiento del pilar solidario que buscaba hacerlo sostenible, y quedó la obligación de hacer estudios periódicos para saber si era sostenible o era necesario cambiar los parámetros. Creo que eso debió haberse hecho extensivo a tener una obligación de revisar las pensiones que estaba entregando el sistema, hacer ejercicios de las pensiones, revisar las expectativas de vida, ajustar automáticamente la edad de pensión con las expectativas de vida de acuerdo a una fórmula que quede en la ley y revisar la tasa de cotización en función del resto de los parámetros. Y deberiera haber una fecha preestablecida para que eso se haga y que el debate se inicie. Es una forma de empujar este proceso y no dejarlo a la contingencia.

El dilema: sumar gastos con recursos limitados

– ¿Cómo se coordina este debate por mejorar las pensiones con la actual estrechez fiscal?

– La estrechez fiscal no es algo solamente de hoy. Desde el minuto en que tenemos tasas de crecimiento de largo plazo en 3% -y que incluso puede ser menos con varios años creciendo en torno al 2%- estamos en otra realidad fiscal. Y esta nueva realidad en un país de ingreso medio como el nuestro, tiene que contar no solo los ingresos nuevos, sino que tiene que mirar los ingresos que están.

Cuando yo miro el presupuesto y veo cómo aumentan las licencias, si bien son un derecho cuando hay abuso hay que cortar esos abusos, cuando uno ve lo que pasa con el sector salud, hay que ver más a fondo por qué genera los problemas que genera. Los recursos hay que usarlos y encauzarlos bien porque tenemos un gasto explosivo todos los años y las listas de espera crecen de igual forma. Ahí hay un problema que se debe mirar, hay que ponerse metas en los distintos sectores. Estoy alimentando expectativas de llegar al 100% de gratuidad en la educación, cuando tengo debajo prioridades urgentes que me está señalando la gente, en seguridad, en pensiones, en salud.

– ¿Cuál es la fórmula, entonces?

– Tenemos que racionalizar el gasto y buscar espacios de reasignación, hay que racionalizar en el debate, buscar prioridades. En eso consiste el proceso presupuestario y con menor crecimiento es más difícil.

– ¿Dónde se deberá priorizar en la discusión del Presupuesto 2017?

– Hay muchas partes en las que mirar. Muchas veces hay programas antiguos que no están dando los resultados esperando o que ya cumplieron su propósito y que requieren modernizarse. Eso hay que monitorearlo siempre y es un permanente esfuerzo al interior del gobierno. El Presupuesto no es sólo aditivo, sino que es revisar lo que está. Eso es un proceso que hay que incorporar a la fuerza, más aún de ahora en adelante, con un crecimiento bajo y sin reforma tributaria, hay menos recursos y las reasignaciones hay que mantenerlas. No es fácil, pero hay que hacerlo.

– La pregunta es si el Ministro Valdés tiene espacio para hacerlo.

– Habría que estar adentro y ver cuál es el apoyo real que tiene. Él ha hecho muchos esfuerzos por transparentar este cambio en el escenario fiscal. El pilar de ingresos tributarios se debilita cuando crecemos menos, el pilar del cobre también se vino abajo y hay que adecuar la realidad presente y futura a ese escenario.

SITUACIÓN FISCAL

De acuerdo a la ex directora de Presupuestos, es imperante que el gobierno tome medidas adicionales para disminuir el déficit efectivo del Fisco, que hoy está en 3% del PIB. «Hay que dar mensajes a los evaluadores de riesgo, porque es importante el acceso al crédito, tanto para el Estado como para una señal al resto del país», manifiesta.

– ¿Cuáles serían esas medidas adicionales?

– La forma de adherir recursos al Fisco para adelante, antes que la deuda, es impulsar el crecimiento de tendencia y tenemos que tomarnos en serio este desafío. Eso es central en el debate. Si seguimos con un crecimiento del 2%, hasta es posible que se reconozcan niveles de crecimiento más bajos. Este país tiene cómo crecer más y esa es la primera obligación de la autoridad fiscal. Racionalizar el gasto y ver cómo potenciar el crecimiento.

– En ese escenario, ¿cuánto se podría expandir el gasto público en los próximos años?

– Con un crecimiento entre el 3% y 3,2% y con esta regla de bajar un cuarto de punto el balance estructural, menos de 3%, ya que ese nivel significa mantener el déficit estructural si es que los parámetros no se debilitan. La regla no baja el déficit estructural respecto del último parámetro conocido, sino que lo baja respecto del recálculo del déficit dado los nuevos parámetros. Si los parámetros estructurales no están sincerados y el déficit estructural es más grande, la bajada de un cuarto de punto al año no garantiza que disminuyes el déficit ni que converges al equilibrio. Ahí hay un desafío. Lo más probable es que si no sube el crecimiento, el crecimiento del gasto público será inferior al 3% durante los próximos años.

– Tomando en cuenta esto, ¿es un buen momento para revisar la Ley Reservada del Cobre?

– Es una pregunta compleja de contestar. Esa ley hay que revisarla. El principio de tener recursos amarrados no es la forma más eficiente de realizar un presupuesto. Amarrados y sin saber a dónde van y cuánto es. Ese debate hoy, ayer y mañana es pertinente. Me parece sano que el Presupuesto, ya sea en una comisión reservada, incluya el gasto extra presupuestario que son los fondos reservados, eso sería una política sana.
Hoy los recursos van a un fondo que es de las FFAA y de ese fondo pueden gastar lo que autorice Hacienda, y si un año la plata que va al fondo es mayor, indirectamente está abriendo espacio en regla fiscal para otros gastos.

– Que podrían incluir una capitalización

– Como cualquier empresa, es el dueño el que define la cantidad de utilidades que se distribuyen y el Fisco como dueño es bien especial, ya que enfrenta muchas necesidades y además como dueño tiene que definir todos los años la rentabilidad de los proyectos y sus obligaciones y demandas.

Ahora, este año pasa algo especial. Si Codelco tiene pérdidas para el año completo, que traspase el 10% de las ventas con cargo a endeudamiento y eso signifique holgura para el gobierno no es razonable. Sería una circunstancia especial que creo no se ha dado antes y que también amerita un debate particular ahora. (DF)

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