Minutos después de conocer los resultados finales de la segunda vuelta de gobernadores regionales, el presidente de Renovación Nacional (RN), Rodrigo Galilea, recibió a La Tercera en la sede partidaria para analizar el saldo final de la elección. Chile Vamos compitió en nueve regiones y obtuvo triunfo en cinco: Arica (con Diego Paco, de RN), Coquimbo (Cristóbal Juliá, ind.-Evópoli), Maule (Pedro Álvarez-Salamanca, UDI), Biobío (Sergio Giacaman, ind.-UDI) y en Los Lagos (Alejandro Santana, RN). Seis, en total, sumando el triunfo en primera vuelta de Marcelo Santana (UDI) en Aysén.
Pero si bien el sector avanzó respecto a la primera elección de gobernadores en 2021 -oportunidad donde solo logró elegir a Luciano Rivas por La Araucanía-, tuvo derrotas sentidas en Santiago (con Francisco Orrego) y en Valparaíso (con María José Hoffmann). Algunos en el bloque tenían como objetivo equilibrar la balanza ideológica de gobernadores a razón de un 50-50 -es decir, alcanzar ocho autoridades opositoras- y aquello no se cumplió.
El senador Galilea llama a no perder la perspectiva de los resultados. “Sumado a lo que fueron las elecciones de alcaldes, de concejales y de consejeros regionales, habla de que hay un proceso de cambio político muy profundo en Chile”, afirma.
Con los resultados, los gobernadores oficialistas -o afines a la centroizquierda- siguen siendo mayoría por sobre Chile Vamos. ¿Cuál es su lectura de los resultados?
Que los procesos políticos hay que mirarlos con perspectiva. El resultado de hoy es indudablemente bueno para Chile Vamos. Pasamos de uno a seis gobernadores en un lapso de cuatro años. Y en algunas de las regiones que no logramos ganar, fuimos extremadamente competitivos. Esto, sumado a lo que fueron las elecciones de alcaldes, de concejales y de consejeros regionales en octubre, para mí es claro es que hay un proceso de cambio político muy profundo en Chile.
Es evidente que la ciudadanía se apartó fuertemente de los liderazgos extremos y hay dos derrotas que retratan eso: la del PC en Coquimbo y la de Navarro, representando una especie de chavismo chileno, en el Biobío. Y en la Región Metropolitana logramos levantar un liderazgo enorme con Francisco Orrego. Los más de dos millones de votos obtenidos son un resultado notable frente a un candidato incumbente (Claudio Orrego), que lleva años de exposición pública, con un conocimiento muy superior (…). La irrupción de un liderazgo como el de Francisco Orrego es muy notable en esta campaña. Nosotros estamos alegres con lo logrado.
¿No quedó su coalición con gusto a poco no habiendo logrado equilibrar la balanza ideológica de las gobernaciones?
Yo no me pongo ese tipo de objetivos. En RN queríamos ganar Arica, Coquimbo, Biobío, Los Lagos, Maule, y todo eso se logró. En todas las demás sabíamos que teníamos competencias estrechas (…). Los resultados que logramos en la Metropolitana, o haber estado ahí, a nada, en La Araucanía, nos dicen que estamos haciendo las cosas bien.
¿Esperaba un resultado más estrecho para Francisco Orrego?
El conocimiento de la figura de Claudio Orrego, que fuera la autoridad incumbente y todo el apoyo que recibió de los alcaldes oficialistas, hacían esto cuesta arriba. Pero el mensaje, la personalidad y el estilo de Francisco Orrego fueron un “campanazo” en política. Removió el cuadro electoral y estamos orgullosos de lo logrado por él en un periodo de tiempo muy corto.
¿Pero ese estilo más frontal del candidato pudo haber perjudicado? Francisco Orrego alcanza el 45% de los votos, eso es un poco más del 40% histórico de base que tiene la derecha.
Un 45% es una votación altísima en la Región Metropolitana, sobre todo cuando estamos hablando de elecciones que mezclan factores. Hay gente que puede mirar esto como gobierno-oposición, pero hay muchos otros votantes que miran y observan gestiones, trayectorias. Otros miran a quién apoya su alcalde. Son muchos los factores en una elección de carácter territorial. No me pondría a sacar conclusiones que van más allá de esto.
La diputada y vicepresidenta de RN, Ximena Ossandón, sí reconoció que su estilo más “polemista” pudo haber afectado.
Hay personas que siempre tratan de encasillar a Francisco Orrego en su rol de “Sin Filtros”, pero la personalidad de Francisco Orrego es mucho más amplia que la de un programa de televisión y tiene muchísimos más intereses. Si hay gente que le molesta a la guayabera, allá ellos. O si hay gente que le molesta que sea un poco más intenso en algunas expresiones, allá ellos. Así como también hay gente que pasó a desconfiar de Claudio Orrego por su apoyo al “Apruebo”. Cada candidato tuvo sus pros y sus contras. Pero creo que prácticamente la mitad de la Región Metropolitana se ilusionara con un liderazgo como el de Francisco Orrego es lo rescatable.
¿El buen resultado le asegura a Orrego (RN) un cupo al Parlamento?
Sin duda que es una carta muy interesante y, llegado el momento, si es que él está interesado, el partido lo va a considerar. Francisco Orrego tiene un liderazgo extremadamente interesante que vamos a tratar de proyectar en el partido y Chile Vamos.
¿Fue un error haber planteado la elección como un plebiscito entre gobierno y oposición?
El oficialismo hasta hace unos días insistía en que esto no era un plebiscito. Hoy dice que era un plebiscito. Yo no me acomodo así con los resultados, ni con los triunfos, ni con las derrotas. Desde nuestro punto de vista siempre hicimos la diferencia: las elecciones locales tienen dinámicas distintas.
Se lo pregunto porque el propio Francisco Orrego lo planteó así en algún momento…
No tengo recuerdo de que haya sido así, pero probablemente estaba hablando de que hay gente que, enfrentada a este tipo de elecciones hace un raciocinio oficialismo-oposición. Pero hay otros que miran y evalúan al liderazgo que tiene cada uno, evalúan cómo fue el desempeño del gobernador incumbente (…). Se cruzan demasiados elementos como para hacer un razonamiento simplista. Si la cosa fuera tan simple, Claudio Orrego no debería haber sacado más del 28% o 30% de los votos si es que era simplemente evaluación de gobierno, pero la cosa es mucho más compleja que eso.
De todas formas, la derrota más estrepitosa fue la de Valparaíso. ¿Hace un mea culpa como sector?
Todavía no hemos hecho un análisis detallado, pero por supuesto que nos llamó la atención la diferencia. Es algo que queremos analizar muy profundamente, dónde estuvieron los factores que pudieran haber generado esa derrota. Es la que al sector más le duele, sin duda.
¿Había opción de llevar un candidato más competitivo? Ustedes en la negociación abogaron por el exparlamentario Luis Pardo (RN).
En RN optamos por competir en la Región Metropolitana con Francisco Orrego y la UDI optó por una persona que tiene trayectoria, María José Hoffmann, alguien que ha sido parlamentaria con primeras mayorías en su distrito. Teníamos encuestas que mostraban a Hoffman en buena postura. Ahora, hay que reconocer también que el gobernador Mundaca siempre marcó muy bien en las encuestas, pero pensamos tener un resultado más estrecho que desafortunadamente no se dio.
¿Pierde fuerza la abanderada presidencial de la UDI, Evelyn Matthei, con la derrota en Santiago y Valparaíso? La alcaldesa se desplegó intensamente en la campaña.
Para nada.
Pero en RN ya se abrió el debate sobre la presidencial, algunos abogan a que el partido tenga un candidato propio y que Chile Vamos defina la carta única a través de algún mecanismo como primarias.
Ya habiendo concluido el proceso electoral, eso ya empieza a conversarse con mayor intensidad. Es algo que probablemente entre enero y marzo vamos a tener resuelto como partido y están abiertas todas las opciones. Si se pueden hacer primarias, tendremos buenas primarias. Si es que hay liderazgos interesantes del partido que quieran participar en algo así, también. Si es que el partido optará por apoyar a Evelyn Matthei, el consejo general es soberano de hacerlo. Lo que busco como presidente de partido es que lo que se decida le haga sentido a la ciudadanía y al proyecto político. (La Tercera)