R. Hormazábal (DC): «No aprobaré cosas que le hacen mal al país....

R. Hormazábal (DC): «No aprobaré cosas que le hacen mal al país. Votaré Rechazo»

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La carta que nueve ex presidentes de la DC enviaron al actual timonel de la tienda, Felipe Delpín, para pedir que se decrete libertad de acción a la militancia de cara al Plebiscito de Salida, dividió aguas dentro de la Falange.

Las divisiones internas ya eran visibles ante el referéndum. En el Senado la posición proclive al Apruebo de Yasna Provoste y Francisco Huenchumilla colisiona con la reforma constitucional impulsada por sus camaradas de bancada, Ximena Rincón y Matías Walker, en orden a disminuir el quorum hasta 4/7 para introducir modificaciones a la actual Carta Fundamental. Todo esto, mientras el partido espera tomar una posición institucional en la Junta Nacional convocada para el 06 de Julio.

En ese contexto, entre los nueve ex presidentes democratacristianos firmantes, se encuentra el ex timonel Ricardo Hormazábal, quien ve con preocupación el rumbo que está tomando la colectividad, no obstante su histórico domicilio en el ala progresista del partido: de esos militantes que aún cuestionan el sistema económico neoliberal. “Estamos ante la presencia de legítimas opiniones que no tienen fundamento en la doctrina, historia y en las propuestas que la DC ha servido”, advierte en entrevista con The Clinic.

“El tema no es que haya diferencias, sino que si hay o no un espíritu apropiado para resolverlas y hoy la DC no las resuelve”, agrega Hormazábal. Con todo, el otrora diputado, senador e histórico dirigente falangista, asume que la falta de puntos en común puede apartar a los liderazgos del partido. “Si ellos no deciden participar más en la DC, será un problema de ellos”, apunta en referencia a Huenchumilla y Provoste.

¿Qué lo motivó a pedir libertad de acción para los militantes de la DC? Dado su reconocida sensibilidad progresista dentro del partido, era más esperable de que usted estuviera en el Apruebo

Ser progresista no significa aprobar cosas que le hacen mal al país. Nunca he aceptado que me califiquen ni pro comunista ni progresista, yo me siento sólo un demócrata cristiano que analiza la situación como me enseñaron mis líderes y como me parece que es la responsabilidad que he tratado de transmitir en la formación política en el partido y en mi rol de académico.

Mi opinión se basa en que esta propuesta destruye el Chile que yo conozco y trata de volver al Siglo XIX derrochando sangre, dolor y lágrimas que hemos pagado durante nuestra historia por tener un país como el que tenemos.

¿Por qué un partido como la DC, con toda su densidad histórica, no es capaz de tener una opinión clara en un momento tan crucial como es el Plebiscito para una nueva Constitución? 

El tema no es que haya diferencias, sino que si hay o no un espíritu apropiado para resolverlas y hoy la DC no las resuelve. Desde que las élites intelectuales y políticas se pasaron al neoliberalismo, por convicción u oportunismo, el abandono de los proyectos DC me ha hecho ser crítico prácticamente de todos los gobiernos desde que fui senador.

Yo he estado por el cambio constitucional, aunque no es cierto lo que dicen que esta es la de Pinochet, porque se terminaron los enclaves autoritarios y lo que quedó, el núcleo central del modelo económico, fue porque Ricardo Lagos, la señora Bachelet y las demás fuerzas políticas compartieron ese modelo.

Ese es el que yo he combativo, porque representa una democracia semi democrática que hay que reemplazar, pero no estoy dispuesto a votar por una que destruye Chile y abre conflictos internos y externos.

¿Cómo interpreta la respuesta del presidente de la DC, Felipe Delpín, quien sentenció: ‘aquí no cabe libertad de acción’?

El presidente Delpín tiene una serie de confusiones muy grandes que yo espero que pueda resolver. Nosotros pedimos libertad de acción, no de conciencia. Y pedimos eso después que nos dijeron que no a un debate amplio. Yo firmé documentos públicos pidiendo votaciones en las bases para ver qué propuesta apoyábamos, Delpín se negó. Ahora dice que no es legítimo votar en conciencia.

Yo estoy de acuerdo con él, pero se contradice con otro Felipe Delpín que vi en un programa de CNN que decía que si el partido optaba por el Rechazo, él votaría en conciencia.

Entonces: ¿cuándo tenía razón el señor Delpín? Creo que estaba equivocado cuando habló de libertad de conciencia. Yo he pedido libertad de voto ante la incapacidad de la dirigencia de favorecer un debate informado.

En la carta se alude a la legitimidad que ha dado el Presidente Boric a las dos opciones del Plebiscito. Sin embargo, un triunfo del Rechazo dejaría en jaque el mismo programa de gobierno, según han reconocido sus propios ministros.

He seguido declaraciones del Presidente Boric cuando ha llamado a no confundir su gobierno con los acuerdos de la Convención. Ha llamado a la Convención a actuar con moderación y leer la nueva realidad, porque el voto enojado que permitió elegir a convencionales con menos de seis mil votos y desplazó con razón a muchos partidos tradicionales, entre ellos el mío, pero no le hicieron caso. Entonces, voy a tratar de hacer un distingo y ruego que el gobierno se mantenga distante.

Escuché a Jackson y dijo que el gobierno tenía que ponerse en los dos casos. Ni siquiera fue capaz de decir ‘mire, tenemos un plan y lo comunicaremos el 05 de Septiembre’. Yo no voto ligado al gobierno de Boric. Estoy dispuesto a respaldar las acciones positivas del gobierno, independiente de mi voto Rechazo.

Yo voté por Boric en segunda vuelta, pero me da un poco de vergüenza algunos líderes que andan merodeando La Moneda a ver si cae algún cargo por ahí. No. El país y la alianza de gobierno nos quiere en la oposición y ahí hay que ser responsable. En momentos de crisis yo voy a estar al lado del gobierno, pero las diferencias son claras.

El ministro Jackson ha dicho que el gobierno se quedaría ‘sin herramientas para ejecutar su programa’ si gana el Rechazo. ¿No provocaría eso una crisis?

Si eso me dijera el señor Jackson como alumno, le diría que queda repitiendo. Porque ocurre que si se aprueba la reforma constitucional que presentaron tres senadores DC, entre ellos Ximena Rincón, podríamos tener desde ya un quorum de 4/7 en vez de los ⅔ Y como la derecha tiene miedo, aunque el miedo se está escapando cada vez que ve las encuestas y los errores del gobierno, podríamos asegurarnos que en la condición del Rechazo tendríamos forma de solucionar eso.

Además, le he pedido a mi partido y a los parlamentarios que aprobemos que los ciudadanos tengamos derecho a elegir si nos quedamos en las AFP o nos vamos a un sistema público, y que se apruebe al tiro el 5% patronal, ¿para qué esperar tres años?

En una disposición transitoria dice que el gobierno tiene un año para presentar proyectos sobre seguridad social. ¿Alguien cree que la tramitación en un Senado con el 50% de la derecha va a ser rápida? Si decimos que aprobada la Constitución se terminan las AFP, es una mentira que genera expectativas que cuando se frustren van a producir violencia.

“DIRECTIVA HA INCUMPLIDO ESTATUTOS”

Y si la DC opta por el Apruebo, ¿reconsideraría su militancia?

No, por ningún motivo. Igual voy a votar Rechazo. La actual directiva, apurada para aparecer en la televisión u otros fines, citó a la Junta Nacional e infringió un artículo de los estatutos que dice que las juntas nacionales deben citarse con treinta días de anticipación y entregando los antecedentes sobre los cuales se va a pronunciar.

Yo aprendí en derecho y en mi partido que la autoridad necesita dos elementos para ser legítima: la capacidad de hacer cumplir lo decidido, y el factor moral que permite que sus decisiones sean obedecidas. La directiva ha incumplido los estatutos y no puede exigir el cumplimiento de otros. Yo voy a votar Rechazo.

¿Cómo anticipa que será la definición de la Junta Nacional?

Nublado con precipitaciones. Tiempos borrascosos nos siguen porque la falta de una visión de partido común es lo que nos hace daño.

¿Estamos ante un quiebre irreversible en la DC? Figuras como Francisco Huenchumilla y Rodolfo Seguel, han criticado la carta de los ex presidentes y en el Senado, con Yasna Provoste y Ximena Rincón, hay una división insalvable respecto a la definición ante el Plebiscito.

No. Estamos ante la presencia de legítimas opiniones que no tienen fundamento en la doctrina, historia y en las propuestas que la DC ha servido, no hemos tenido la oportunidad de debatirlas en un Congreso. Nunca Huenchumilla ni la Yasna hablaron el 2007 cuando tuvimos un Congreso. Si ellos no deciden participar más en la DC, será un problema de ellos. Así se fue Adolfo Zaldívar, la Soledad (Alvear) con Gutenberg (Martínez) y la Mariana (Aylwin), que por fin está cómoda porque llegó a la derecha ¡Donde ella quería siempre estar!

Yo sólo he dicho que no me voy aunque cometan estos errores trágicos. Fuera del partido no hay ningún espacio disponible para una fuerza política de inspiración cristiana que quiera los cambios sociales, y una sociedad distinta en que respetemos los derechos de todos.

Con ‘orgullo’ en la carta se hace mención a la historia de la DC. En vista de la postura de figuras como Eduardo Frei Montalva en contra de la Constitución de 1980 en dictadura, ¿no sería más acorde con ese pasado a inclinarse por el Apruebo?

No, por ningún motivo. Lo que dijo Frei en el Caupolicán fue que para salir de la dictadura era posible un gobierno cívico-militar, nadie cita eso. Una asamblea constituyente o alguna otra solución, dijo don Eduardo. Pero cuando habla de Asamblea Constituyente es un abuso decir que don Eduardo Frei Montalva habría apoyado cualquier resolución de una Asamblea Constituyente.

Las enseñanzas que él escribió y que yo recibí oralmente de él, me inducen a pensar en un Chile pluriétnico y pluricultural, no plurinacional.

En 1989 Aylwin firmó un pacto con Clodomiro Almeyda, quien el 73 defendía la dictadura del proletariado. Patricio Aylwin había sido el DC que encabezó el partido en el momento del Golpe y que hizo una declaración muy equivocada el 12 de Septiembre, de la cual se arrepintió con el valor moral que tenía don Patricio. Y entre los dos firmaron un pacto que le dio estabilidad a este país por veinte años.

¿Cómo me vienen a decir a mí que es un pecado ponerse de acuerdo con otro cuando se trata de los intereses principales del país? Esa actitud es de estos líderes enanos que tiene hoy día el país. Con respeto por los enanos.

¿A qué se refiere?

¡A su estatura moral y política! Estos no son capaces de levantar la vista para mirar el bien común, ver América Latina. Si detrás de esta Constitución hay propuestas ideológicas.

Esta concepción indigenista nos lleva al siglo XIX y nos abre problemas, porque la pacificación de La Araucanía fue una guerra en la cual derrotó el Ejército chileno a una parte de las tribus que fueron capaces de mantenerse como cien años independientes. Otra parte de las tribus formaron parte del Ejército chileno.

En el sur hemos devuelto tierras y generado oportunidades, pero esas son reparaciones legítimas que hace una gran nación feliz de tener esta plurietnicidad y pluriculturalidad y que quiere aprender de los errores para construir un país más justo.

PLURINACIONALIDAD: «JUSTICIA O PRIVILEGIOS”

¿Esos son los aspectos que más le preocupan del texto, los relativos a la plurinacionalidad?

En Santiago viven seiscientos mil mapuches. Si creamos una justicia del mismo nivel que la que vamos a tener los mestizos, pasamos a ser ciudadanos de segunda clase ante los privilegios que se otorgan a los pueblos originarios. Una cosa es justicia y otras son privilegios.

Si usted tiene una discusión con una persona que pertenece a un pueblo originario, ¿qué justicia se aplica? Puede darse un conflicto de competencia: ¿quién lo resuelve? La Corte Suprema. ¿Y la Corte Suprema chilena va estar en condiciones de resolver en un período corto una situación como esa? ¿Tiene capacidad para resolver todos los líos que vienen? Primer punto.

Yo he sido diputado y senador, y por ningún motivo le entrego a los diputados y senadores la facultad para gastar fondos públicos, por ejemplo. Eso es fomentar una demagogia e irresponsabilidad tremenda. Yo respaldé el 70’ a don Eduardo Frei que puso esa norma en la Constitución y la he respaldado siempre después.

El Presidente podría rechazar un proyecto de ley, según el texto…

Pero después de ser aprobada en el Congreso con toda la gente yendo a ver los debates, con los periodistas informando, aprobado también en la Cámara de las Regiones, aunque no pasarían todos los proyectos por ahí. ¿Cómo sería la movilización ciudadana contra el Presidente si no la aprueba? Eso es una irresponsabilidad con el destino del país.

Cuando la Constitución diga que es posible pedir a juicio de los indígenas la recuperación de sus tierras originarias con derecho a la autodeterminación, a ejercer cierto grado de soberanía, yo me pregunto: ¿qué pasaría en Antofagasta y Tarapacá si los pueblos originarios de ahí, apoyados con sus hermanos iguales, porque Aimara hay en Bolivia y Quechuas en Perú, empiezan a pedir que se les devuelvan las tierras originarias también?

El Presidente Boric hizo dos gestos extraordinarios. Pidió establecer relaciones diplomáticas con Bolivia, le dijeron que no. Hizo un gesto que es muy valioso: nos incorpora de nuevo a la Corporación Andina de Fomento. Volvemos a ser parte de un instrumento, el Pacto Andino, creado por Eduardo Frei Montalva y Gabriel Valdés, para establecer relaciones armoniosas. ¿Usted cree que no van a haber problemas en las fronteras y en el interior del norte cuando tengan que reclamar la autonomía?

Además, se le autoriza a firmar convenios con las regiones fronterizas. A mí me gusta eso, qué bueno que los alcaldes fronterizos tengan cosas en común. Creo en la integración latinoamericana, pero cuando se juega la soberanía del país hay que ser más responsable que pensar en votos, en el oportunismo o soñar con un pasado que no va a volver.

Si usted es crítico del borrador de la Convención, se presume que le acomoda la idea del proyecto de reforma constitucional de 4/7 de los senadores Rincón y Walker…

Esa reforma viene a llenar un vacío, descartarla como una maniobra de la derecha es una caricatura sin fundamento. Lo que le he dicho a la Ximena (Rincón) y a Matías (Walker) es que la complementen con que podamos elegir ahora si nos quedamos en la AFP o nos vamos. Como van a pasar dos o tres años en que se apliquen las reformas si se aprueba la propuesta de nueva Constitución, podemos ejercer durante ese tiempo un conjunto de cosas que van a generar un escenario nuevo y que el legislador va a tener que tomar en cuenta.

Esa reforma es válida, pero le hacen falta algunas propuestas que yo, como ciudadano normal, puedo decir ‘chuta, aquí me puedo definir ahora y recibir beneficios, y no esperar tres años o más’. (The Clinic)