Tengo las mejores referencias humanas e intelectuales de la actual ministra de Salud. Por eso escribo esta carta. Pregunto: ¿Es razonable aprovechar la crisis del sistema de salud privado para lograr el objetivo ideológico de darle ahora el golpe de gracia y destruirlo?
Seamos francos: desde un punto de vista ideológico, la izquierda extrema utiliza las crisis para avanzar en el establecimiento de sus utopías.
¿Es racional elegir este momento de crisis del sistema privado para hacer el cambio político buscado por las actuales autoridades? Me parece que no solo no es racional, sino temerario hacerlo, pues son demasiadas las incertidumbres y los riesgos de ese cambio, que afectará la vida y la salud de más de tres millones de personas usuarias del sistema privado.
Y por si eso no fuera suficiente, también se afectará al resto de la población que se atiende actualmente en el ya colapsado sistema público, al que en breve se sumarán los afiliados de las isapres y sus cargas.
Mi sugerencia no es técnica, sino de sentido común: privilegiemos la racionalidad sobre la ideología en un tema tan sensible como este y hagamos los cambios como los quiere la inmensa mayoría, es decir, con racionalidad y solvencia técnica.
Me parece que hoy no están dadas esas condiciones. Que no se diga después que no se advirtió el peligro. (El Mercurio Cartas)
Julio Dittborn C.