Aunque tras la reunión que sostuvo ayer la ministra de Educación, Adriana Delpiano, con la Nueva Mayoría se filtraron nuevos detalles del contenido del proyecto de educación superior, al interior del Consejo de Rectores (CRUCh) persisten las dudas sobre la iniciativa, que debiera ingresar al Congreso en las próximas semanas.
Así lo indicó el vicepresidente del CRUCh, Aldo Valle, quien admitió que tienen «incertidumbres sustantivas» sobre el proyecto, debido a que aún no lo conocen completamente.
Una de las principales dudas que tienen los rectores es cuál será «el carácter o la estructura» que tendrá el nuevo sistema de educación superior, en términos de si se permitirá o no la «educación de mercado».
Al respecto, el rector de la U. de Valparaíso advirtió que «si aquí se busca la conciliación entre un sistema de mercado y un sistema público, tendremos diferencias sustantivas con la reforma a la educación superior».
A su juicio, en el proyecto debe quedar claramente establecido que «no debe haber educación de mercado«. Esto no implica que no haya provisión mixta en la educación superior, es decir, que participen instituciones privadas y públicas, pero que «que eso, en ningún caso, debe dar lugar a relaciones de mercado».
Dijo que mientras eso no se clarifique, «obviamente se va a mantener la impaciencia y la incertidumbre» entre los rectores.
«LAS TOMAS Y LOS PAROS DAÑAN LA EDUCACIÓN»
En ese sentido, el rector Valle dijo entender que se produzcan manifestaciones estudiantiles, las que, en su opinión, se explican porque «todavía no hay claridad acerca del diseño estructural del nuevo sistema de educación superior».
De hecho, sostuvo que los estudiantes de las universidades privadas –que esta vez han liderado las movilizaciones– «son las víctimas directas del lucro en la educación superior».
Pese a ello, y aunque reconoció que los estudiantes «tienen derecho a manifestarse», dijo que «no tienen derecho a interrumpir los procesos formativos» e «impedir que las instituciones puedan seguir funcionando», con las tomas y los paros.
«Obviamente, que las tomas y los paros dañan la calidad de la educación que reciben los estudiantes, y no nos podemos dar ese lujo, cuando hay otras formas de manifestarse. La convicción no tiene por qué ser sinónimo de introducir una situación caótica» en las universidades, afirmó el rector. (Emol)
