En 2016 comenzó un proceso que la comunidad de Batuco, en Lampa, exigió por años. Según sus habitantes, el humedal homónimo se encontraba seco y en riesgo de transformarse en un basural, pero un proyecto de conservación ha renovado su aspecto.
Con apoyo de la ONG The Nature Conservancy, la Fundación San Carlos de Maipo estableció un plan de manejo y construyó infraestructura como pasarelas para crear rutas que determinen por dónde se puede transitar, y así cuidar la flora y la fauna nativa.
El proyecto se concretó luego de que la institución adquiriera cerca de 300 hectáreas del área comprendida por la laguna, zona que era de gran interés para inmobiliarias.
«Era una amenaza para la biodiversidad del lugar junto con lo que hacían los antiguos dueños, que vendían el agua», recuerda Olga Parada, presidenta de la agrupación de organizaciones sociales de Batuco.
Hoy, en cambio, la comunidad busca potenciar el valor turístico del humedal para que la zona se perfile como un polo de desarrollo económico y social.
INFRAESTRUCTURA
La recuperación parecía difícil hace tres años, según los vecinos, cuando no existía una zona delimitada para ingresar al humedal, lo que aumentaba el riesgo de pisar huevos y molestar aves que están en proceso de crianza.
Raúl Perry, jefe de programas de la Fundación San Carlos de Maipo, dice que la idea del proyecto «no es solo mirar, sino que hay que poder relacionarse con el humedal. Por eso construimos 450 metros del sendero interpretativo».
La ingeniera Maryann Ramírez, conservation manager de The Nature Conservancy en Chile, afirma que la ruta, que básicamente es una pasarela de madera por la cual los visitantes pueden adentrarse al espejo de agua, «generó que la comunidad entendiera realmente el valor de este espacio natural y también ha significado el regreso de especies que habían abandonado el lugar debido a su deterioro».
Así, hoy es posible observar especies como pato rana, huala, garza chica, gaviota de Franklin, pitotoy chico, garza cuca, pequén, cisne de cuello negro, además de algunos reptiles y anfibios.
Sin embargo, los perros asilvestrados de la zona continúan siendo una amenaza para estas especies, por lo que este año se construirá un cerco perimetral para evitar que los canes lleguen hasta donde anidan las aves. La barrera también impedirá que terceros arrojen basura y escombros en las orillas de la laguna.
Además, se construirá una oficina de información donde los visitantes podrán aprender sobre la laguna y las diferentes especies que la habitan y se habilitará una zona de pícnic y baños para que más personas lleguen a pasar el día los fines de semana.
La alcaldesa de Lampa, Graciela Ortúzar, asegura que esto también debe ir acompañado de una labor de concientización sobre la biodiversidad: «Es un trabajo cultural y social que desarrollamos con nuestros adultos y escolares».
En esa línea, Perry destaca la importancia de contar con espacios verdes comunes, sobre todo para los menores: «Existe mucha evidencia de cómo estas zonas son claves para el desarrollo cognitivo de los niños y sus habilidades sociales». (El Mercurio)